¿Necesidad o capacidad de ahorro?
No lo digo de broma. Hasta en la miseria hay clases. Como diría Alejandro Sanz, Nooooooeeeees lo mismoooooooo.
Muchas veces puede verse a alguien removiendo entre los deshechos del vecindario un menú del día. Portan poco más que sus harapos y una bolsa de plástico donde envolver el pan suyo que cada día les niega la vida y sólo pueden mendigar de rebote para comer en la calle, su único hogar.
Otra imagen muy distinta es la que vais a ver.
Son los profesionales del ‘caduqueo’. Ahorradores sin pudor que seleccionan entre los productos pasados de fecha de cualquier supermercado la oferta de la semana.
Bien vestidos, organizados y con una despensa donde almacenar la ‘compra’.
Entre aquellos y estos… un abismo. El que hay entre la necesidad, siempre cruel para los que no tienen elección o la virtud del ahorro, voluntaria y caprichosa.
Algunos incluso encuentran en los contenedores una fuente de ingresos y un negocio que monopolizar. Establecen las rutas, cargan furgonetas y marcan su territorio a la competencia.
A mi no me parece mal. Al fin y al cabo la mercancía está ahí, alguien lo tira porque no lo quiere y creo que cualquiera está en su perfecto derecho de aprovecharlo.
Afortunados ellos que no se dejan tiranizar por el qué dirán.
A veces me gustaría ser más libre… otras, simplemente libre. ¿Y a vosotros?