Dicen en la radio que Elena está de puente, Cristina está en Barcelona trabajando, y no acaban de confirmar que vayan hoy a conocer a la Infanta Leonor.
Algunos clientes del bar Aquilino de Jerez de los Caballeros están tan escandalizados como yo.
Les da en la nariz que las Infantas no parecen haber hecho muy buenas migas con Doña Letizia.
Porque se ha hablado siempre de la extraordinaria relación que mantienen la Reina y la Princesa, pero sobre las Infantas y Letizia no se dice ni pío.
A fin de cuentas, les ha nacido una sobrina, y si no como tías, sí como futuras súbditas, y supuestamente, las más monárquicas de todas, deberían haberse pasado ya por la Clínica.
Que Froilán, el Príncipe destronado, pueda tener pelusa de la recién nacida sería lógico, pero que dos mujeres hechas y derechas estén celosonas no tiene ni pies ni cabeza.
Ya el día de la Hispanidad se las vio cuchichear entre ellas, cuando casi nunca se dirigen la palabra en público. Y mi amiga Carmen, que es muy larga, observó que miraban de refilón a Letizia. Hubo movida, asegura muy convencida.
Un consejo para las señoras Marichalar y Urdángarín. Pidan un avioncito y plántense ya en Madrid. Que no creo que tengan precisamente muchos problemas de transporte.
Y si Paloma Rocasolano no puede ir a buscar al abuelo taxista, que está deseando ir, que le manden un conductor, hombre…Eso sí que es el chocolate del loro.
Muchísimas gracias, David, si puedo me paso por el bar de tu hermano, y si no, al próximo viaje. Vengo mucho por aqui. ¿Qué dicen en Irlanda sobre nuestra Infantita? Un abrazo.