Masterchef parecía haber sucumbido al reality en su última edición con concursantes anónimos. Este viraje le hizo perder enteros para una audiencia seducida por la evolución a los fogones de los aspirantes a chef con mayúsculas. Pero gracias a la edición celebrity, el formato ha renacido.
En esta versión con caras conocidas, el concurso se va cocinando a fuego lento a medida que ves a gente con trayectorias profesionales y mediáticas contrastadas desenvolverse entre solomillos, postres y ollas. A los concursantes les baja del pedestal o del papel ‘couché’ y a los espectadores les aporta una visión inédita suya.
Por ejemplo, Cayetana Guillén Cuervo, una actriz con ‘glamur’, se despeina cada vez que se pone ante una prueba de eliminación. A Fernando Tejero, actor a quien vemos a menudo una cara amable gracias a sus desternillantes personajes en cine y televisión, le conocemos una vertiente personal más enfadadiza, con una amiga dentro y fuera de los platós (Loles León) que también se muestra menos frívola y más sensible entre trapos de cocina.
A El Cordobés hijo, lo descubrimos como ‘padre’ protector de su mujer, que también concursa y busca su dosis de independencia en la competición respecto a su famoso marido. Y así, seguimos, hasta la irascible María del Monte, que montó el ‘pollo’ y se fue por donde vino, porque no aguantaba el ‘borderío’ del jurado.
Pues eso, que volvemos a darle menos importancia a la gastronomía y más al ‘aprendizaje’ de los candidatos. Pero al menos, ya sabemos de entrada, que Masterchef y celebrity son sinónimo de espectáculo.
ESTE DOMINGO, a las 22.05, ESTRENO de #MASTERCHEF Celebrity. Sigue todos los detalles en https://t.co/5KB3O2GWnE #LlegaMCCelebrity pic.twitter.com/V6AGuEt6ir
— MasterChef (@MasterChef_es) 2 de noviembre de 2016