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Eso que llaman ‘target’

Ha tenido que llegar un banco para confirmar lo que los profesionales de los videojuegos llevamos diciendo muchos años: que las consolas y sus juegos cada vez tienen más éxito entre los adultos y que los fabricantes que hacen plataformas y contenidos están definiendo la mayoría de su ‘target’ como un adulto de entre 18 y 35 años.

Banesto, consciente de la expectación que se ha generado ante el lanzamiento de la PlayStation 3 el próximo 23 de marzo, no ha querido dejar pasar la oportunidad de captar nuevos clientes que, obviamente por una cuestión de dinero, no son niños. En una promoción sin precedentes en España (nunca un banco había abierto a medianoche sus oficinas para entregar consolas), Banesto ofrecerá una PS3 por 350 euros (su precio en el mercado son 600) a cambio de domiciliar la nómina, un par de recibos y firmar un contrato de permanencia de 25 meses.

Es posible que algunos padres recurran a esta oferta para solucionar el capricho de sus hijos pero ni Xbox 360 ni PS3 son consolas orientadas a los más pequeños, por su precio, posibilidades y catálogo. El público objetivo de los videojuegos está creciendo, y, por suerte, la imagen que se tiene de esta forma de entretenimiento está madurando.

En EE. UU. ya hay 45,7 millones de hogares que cuentan con una consola, pero más importante que el número es ser consciente de los cambios que se están produciendo. Los que pretender abrir nuevos modos de negocio ya lo son.

PlayStation 3 en Europa, ¿tarde y mal?

Tengo que reconocerlo: me gusta dar una de cal y otra arena a los fabricantes de consolas. Como todas suelen tener sus puntos positivos y negativos no es algo que me cueste en exceso. Pero la PlayStation 3 últimamente sólo me permite dar arena, y arena, y arena, y arena, y así una vez tras otra (suponiendo que la arena sea lo malo, algo sobre lo que tengo mis reservas).

El retraso en Europa fue un insulto para los seguidores europeos, considerados de tercera categoría. El precio, muy caro para los bolsillos de la mayoría de los españoles, fue otro palo para una legión de seguidores que cada día tiene más difícil defender su consola favorita. Y la semana pasada, por si fuera poco, se hacía público que la PlayStation 3 europea será menos compatible con los juegos de PS2 que la japonesa y la americana. Los europeos debemos estar considerados como lo peor de lo peor porque no nos merecemos ni un detalle. La explicación según Sony, me hace abrir los ojos como platos:

«En lugar de concentrarse en la compatibilidad con la PS2, en el futuro, los recursos de la compañía se centrarán cada vez más en desarrollar nuevos juegos y funciones de entretenimiento exclusivamente para la PS3»

Sé que no es obligatorio que las consolas de nueva generación sean retrocompatibles, pero estamos acostumbrados a que así sea en la medida de lo posible. De cualquier forma, los usuarios europeos de una consola por la que van a pagar 599 euros deberían tener los mismos derechos que los japoneses o los americanos. Tengo ganas de ver ese listado de juegos compatibles ahora que sé que no es el mismo que el americano. A la vez me da miedo.

Que alguien me explique la estrategia de Sony con la PlayStation 3

La semana pasada Sony anunció lo que todo el mundo decía a voces pero sin confirmación: que la fecha de salida para su PS3 en Europa se cerraba para el próximo 23 de marzo (después de los retrasos, la diferencia en el lanzamiento con respecto a EE UU podría hacernos creer que se trata de la PlayStation 3.5, pero no).

La auténtica sorpresa provenía de las versiones que se pondrán a la venta. Mientras que en EE UU tienen la posibilidad de elegir entre comprar la ‘versión barata’ y la ‘cara’, en Europa, en principio, sólo saldrá la versión cara.

El asunto no ha sentado demasiado bien a los usuarios europeos, y no es porque pensaran adquirir la versión de precio inferior, es porque no se les va a ofrecer la opción de decidir.

Cuando salieron a la venta las dos versiones de Xbox 360 la que más se vendió con diferencia fue la consola cara. Eso no fue impedimento para ofrecer una alternativa a los usuarios que no querían hacer un desembolso mayor, al menos en ese primer momento.

Si sólo atendemos a las finanzas, teniendo en cuenta el coste de fabricación de la PS3 y el del Blu-ray, da la impresión de que Sony quiere recuperar parte de la inversión en el menor tiempo posible. Pero con esta decisión, parece que sólo quiere hacerlo a costa de los jugadores europeos.

Estoy segura a la vez de que la compañía debe tener una estrategia muy clara en lo relativo a su consola y al Blu-ray que los tristes mortales como yo no somos capaces de comprender.

Después de más de un año de Xbox 360 y de las cifras de venta de Wii, muy bien le tiene que salir la jugada. Y ahora nos vienen con esto…