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Pulitzer, el premio del desastre

Guerras, inundaciones, terremotos… son catástrofes que casi siempre aparecen inmortalizadas por los objetivos de los ganadores del más prestigioso galardón periodístico. Este año el premio Pulitzer en la categoría de fotografía de noticias, ha sido concedida a una serie de fotografías sobre el desastre de Haití, tomadas por los fotógrafos de The Washington Post, Carol Guzy, Nikki Kahn y Ricky Carioti.

En la categoría de reportaje, la fotógrafa Barbara Davidson de Los Angeles Times, consiguió el galardón por el reportaje sobre las víctimas inocentes de la violencia de las pandillas en la ciudad de los Ángeles, EE UU.

Dolor,muerte, desolación, ruina, desesperación ,… Adjetivos que sugieren estas fotografías, sinónimos de desastre.

The Washington Post/Nikki Kahn.

REUTERS/Carol Guzy/Washington Post

REUTERS/Carol Guzy/Washington Post

 

REUTERS/Carol Guzy/Washington Post

 

REUTERS/Ricky Carioti/Washington Post

 

REUTERS/Nikki Kahn/Washington Post

EFE/The Washington Post/Nikki Kahn.

REUTERS/Barbara Davidson/Los Angeles Times

 

REUTERS/Barbara Davidson/Los Angeles Times

¿Qué te parecen las fotos ganadoras?

Reyes del ladrillo

Mientras el precio de la vivienda en España, antiguo paraíso del ladrillo, sigue bajando poco a poco y todavía no se vislumbra un suelo en el que apoyarse, en Hong Kong ocurre todo lo contrario y lo que no frena es la subida: desde enero hasta noviembre, un 48%, una delicia para los especuladores. La antigua colonia británica es uno de los centros financieros más gigantescos de Asia.

EFE / F. PEREA

¿Por qué será que todos los centros financieros tienen que ser un monumento al cemento, al acero y al cristal?   Es difícil para el fotógrafo, profesional u ocasional, sustraerse a la tentación de captar las sensaciones que le invaden al caminar por una jungla llena de vida pero carente de corazón.

EFE

En las fotos superiores se atisban trocitos de pulmón verde tratando de emerger entre las impresionantes torres de cemento. En la otra siente uno claustrofobia al pensar que en esas pequeñas celdillas de colores vive mucha gente, que seguramente trabajará en alguno de los edificios que intentan asfixiar la escasa naturaleza que pugna por sobrevivir. Llama la atención la cantidad de aparatos de aire acondicionado que se observan en la imagen; juraría que uno por vivienda. Apretados, pero fresquitos.