Marca España

14-06-16esperma

6 comentarios

  1. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    .Marca España, son los genes
    y desde el día diecinueve
    puede que sean las genas.
    y es que ahora se dan prisa
    en modificar o cambiar
    el artículo constitucional
    de esa ley Agnaticia dichosa,
    que da prioridad al varón
    aunque sea menos que sus hermanas
    y que para la próxima abdicación
    sea una princesa la que herede,
    el trono, cetro y la corona,
    haya o no haya un varón.
    Pero la marca España
    por ahora son, las colas del paro,
    hambre en el pueblo y miseria.
    La bandera, los harapos
    y las astas… quien los llevas.
    Vergüenza debiera darnos
    al pueblo llano y mucho más,
    a los políticos que mandan,
    y a los políticos que al pueblo roban,
    y sobre todo… al Gobierno
    y al Estado que más que madre,
    se porta como madrasta.
    ¿Marca España?
    ¿Quién marca a España las pautas?

    16 junio 2014 | 17:33

  2. Dice ser cadista

    El mas claro ejemplo de que el neoliberalismo se esta cebando con España, es que han convertido al pais en una marca… es una lastima, realmente.

    16 junio 2014 | 19:44

  3. Dice ser Julian Martinez

    ESTO ES MARCA ESPAÑA Y LOS JEFES ACTUALES DEL ESTADO

    La Marca España, tiene una antigüedad de varios siglos, difiriendo las circunstancias en los tiempos. Su decadencia mas aguda comenzó en la época de Felipe II, con la perdida batalla de «Trafargar contra los ingleses», mas las continuas Monarquías de fiestas de Palacios y corruptos hasta nuestros días. Ante estos cataclismos, se fue perdiendo todo eso que el Imperio español, tenia donde el sol, nunca se ponía. No se perdió por guerras de sublevados esclavos que creo en esas tierras conquistas sin oposición, fue por los mismos Jefes y militares que el Imperio español mando, se sublevaron por la falta de necesidades y falta de atención de los Monarcas de los Reinados, ante tanta degeneración. Estas pérdidas están muy recientes con el «Desierto del Sajara español», El dictador Franco, nunca lo entrego lo peleo pero llego el Barbón, y por razones que el pueblo no sabe lo perdió, una riqueza donde se encuentran las mayores reservas del mundo en fosfatos, etc. etc.

    Estos cataclismos los tenemos hoy dentro de la península Ibérica, de todo color, con el desbarajusté regional y gritos de separatismos en lugar de crear una gran sociedad, mas con el retorceso social para el pueblo trabajador, que hoy supone un siglo ya.

    Todo esto y mucho mas, es producto porque en nuestra Nación, en cada minuto nace un «tramposo y corrupto ladrón». Yo no quiero tener razón, pero al ver que mis hijos y nietos ya no tienen futuro ni derecho a una educación entre tantos recortes para la vida y encima se les crea una fantasma hipoteca con intereses que tendrá que pagar el día, si llega que pueda trabajar.

    Pensar en esta brutal tiranía, es terrible porque mis bisnietos nacerán con la hipoteca montada de antemano que naturalmente por ley, tendrán que pagar, y los padres ancianos al morir tendrán que entregar sus hogares y demás bienes, a los burócratas democráticos de turno nacional, aunque esto hoy se roba ya, a los ancianos que necesitan la asistencia social ya que no tiene precio el ingreso en una residencia de tercera edad. Todo este montaje es para que los hijos nunca puedan heredar. Así es la ley que hay que respetar porque sobretodo es para beneficio social.

    ESTO ES MARCA ESPAÑA, PERO TRADICIONAL QUE EN EL SIGLO XXI, CON TODOS LOS ALIADOS SE QUIERE GLOBALIZAR

    17 junio 2014 | 02:01

  4. «Georg Pieper es un psicólogo alemán que sabe de traumas. Considerado un experto en el tratamiento del estrés postraumático, acude cuando se produce una catástrofe en Alemania para atender a los supervivientes. Viajó también a Noruega tras la matanza protagonizada por Anders Breivik. En octubre, visitó Grecia para dar conferencias a especialistas locales y lo que vio le dejó profundamente impactado. Ciertas palabras terminan perdiendo su significado por repetidas: crisis, pesimismo, recesión. Para Pieper, lo que está ocurriendo allí es algo más. Tiene todos los rasgos de un trauma colectivo.

    Una sociedad puede sumirse en una profunda depresión, no sólo en términos económicos. Corre el riesgo de perder la capacidad de sobreponerse a las dificultades, de rebelarse contra las injusticias, de ser capaz de admitir los errores cometidos y obrar en consecuencia. A partir de ahí, cualquier cosa puede ocurrir.

    No hay que dejarse llevar por la desesperación, pero negar la realidad sólo puede servir para sufrir una recaída posterior aún más dolorosa. La campaña promovida por la empresa Campofrío –con el eslogan #elcurriculumdetodos– es un ejemplo de manual de ese voluntarismo que tanto gusta a la gente. Somos un gran país y todo se solucionará más pronto que tarde. Si los de fuera cuentan que nos hemos quedado en los andrajos es sólo porque son unos envidiosos.
    Es una respuesta muy habitual en la propaganda de regímenes autoritarios. Cuando ocurre en una democracia, hay motivos para preocuparse aún más.

    No podemos extrañarnos. Esa actitud es marca de la casa en los políticos españoles, y no es sino el reverso del triunfalismo con que nos regalaban los oídos no hace muchos años. La euforia desmedida de Aznar y Zapatero se convirtió después en el voluntarismo vacío de Zapatero (versión postmayo 2010) y Rajoy. Las dos actitudes no son tan diferentes como parece.

    Ya dijo Rajoy una vez que «hay lugar para el optimismo porque España tiene españoles y eso es una cosa muy seria». Y en el anuncio de Campofrío salen muchos españoles.

    Es difícil pensar en un ejemplo más redondo de humor negro, casi descarnado, a cuenta de la terrible situación económica española. Lo malo es que la intención no era esa, y mucha gente lo ha valorado y lo ha compartido como el mensaje de optimismo que todos necesitan. El guión adjudica a los artistas frases sencillamente hilarantes porque pueden interpretarse desde el orgullo o desde la vergüenza. Todos van recordando los muchos motivos de los que los españoles pueden presumir.

    Siete premios Nobel. No es que eso nos coloque en una posición de dominio. Trasplantes. Eso es cierto. Idiomas. ¿Idiomas? No será por el inglés. Ah, se refieren a los otros idiomas de España, esos que el PP suele contemplar con desconfianza. Cuando aparece la mención al AVE, ya está claro que el guionista ha perdido la cabeza. «El tren de alta velocidad. Que se lo hemos vendido a los chinos» (?), dicen dos humoristas. ¿Será todo esto una colección de chistes? Acto seguido, la generación del 27, el Quijote y Velázquez. Y por esto último no ha habido que pagar nada en los últimos años. «Infraestructuras, que aquí tenemos aeropuertos para aburrir». ¿Presumimos de haber levantado las obras públicas que pagamos con dinero de los bancos alemanes en la época del dinero fácil? ¿Los españoles deben levantar el ánimo al ver las pistas vacías del aeropuerto de Castellón o la estatua en honor al cacique local?.

    De eso se trata, de levantar el ánimo. Con todas esas aportaciones, Fofito escribe la lista de éxitos. Y es al final cuando ya no podemos hablar de humor negro. El nivel de sarcasmo es ya excesivo, inhumano. No pueden estar intentando burlarse de jóvenes y ancianos.

    Resulta que tenemos que presumir (va directo a la lista del orgullo) de que estamos expulsando a los jóvenes porque aquí no hay nada que hacer: «No te olvides de los jóvenes que exportamos, la generación más preparada de la historia». No se exporta a las personas. No es ningún motivo de satisfacción perder a las personas cuya educación has pagado con fondos públicos. Y pasan al lado unos jóvenes y, en vez de reaccionar con la lógica violencia tras escuchar algo así porque el país en el que quieren vivir es un páramo y no tiene nada para ellos, se giran y dicen: «Pero volveremos». Quizá, pero no se irán con una sonrisa en los labios ni sabiendo cuándo regresarán.

    Luego, no falta la referencia elogiosa a los abuelos «que con su pensión están sosteniendo a sus hijos y sus nietos». WTF? ¿Pensiones de 400, 500 y 600 euros están pensadas para mantener a tres generaciones diferentes? Ese es el progreso del que debemos sentirnos satisfechos.

    La España de Campofrío es la España de la que hay que huir corriendo. La que se queda ensimismada con las glorias del Siglo de Oro. La que arruinada, como los viejos hidalgos, se siente obligada a continuar aparentando que todo va bien, que es una privilegiada por vivir bajo el sol de España. La que no cree que haya que cambiar nada porque todo terminará solucionándose como por arte de magia. La que antes rezaba a la Virgen –y ahora también en el caso de la ministra de Trabajo– y actualmente ni siquiera eso.

    «Es inadmisible que hace diez años se hablara del milagro español, y ahora nos saquen en la prensa internacional comiendo del cubo de basura», dice la directora creativa de la agencia de publicidad autora de la campaña. Ajá, el contubernio contra España, «que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece». El ABC llamó «una campaña de la prensa anglosajona contra España» a los artículos de The New York Times sobre la crisis. Rita Barberá ha tocado la misma tecla nacionalista y patriotera con ocasión de un reportaje reciente emitido por la BBC: «Parece que a los británicos les molesta nuestro progreso», ha dicho la alcaldesa de Valencia, la capital de la comunidad del bono basura, y ya sabemos que no es la única.

    Lo de siempre, nos envidian por lo que somos. Norteamericanos, franceses, británicos, alemanes… El hidalgo no tiene que afrontar la realidad, puede seguir trampeando a la caza de la comida suficiente para sobrevivir, alardeando de lo bien que se vive en su país. Lo que ha pasado es culpa de todos y por tanto no es culpa de nadie. Que siga la fiesta. Como diría Rajoy, este país está lleno de españoles. ¿Qué puede salir mal aparte de todo?

    BOLA EXTRA: ¿De qué me suena esta campaña? ¿No la hemos visto antes? Pues claro. Se llamaba «Esto lo arreglamos entre todos».

    por Iñigo Sáenz de Ugarte.
    20-12-2012

    18 junio 2014 | 00:41

  5. Dice ser Marca España

    Hoy a propósito de una entrevista en el canal más señero y radcializado del PP en todo el territorio nacional (Telemadrid), se concentraban varios periodistas en torno a la figura de Eduardo Sotillos uno de los (pre)candidatos -aún no posee avales para la misma- a ocupar la nueva secretaría general del PSOE y por tanto a liderar un cambio más o menos profundo en su seno, acorde con los tiempos de cambio «que se avecinan» en nuestro desmantelado y cada vez más desigual país. Algunos dirán que es «más de lo mismo» (sobre todo, para aquellos/as que detestan todo lo que huela a progresismo o a izquierda, en este cainista país nuestro), otros utilizando la coartada del «pasado reciente» dirán que el PSOE es heredero de la última etapa de Zapatero y que «nunca volverá a rehabilitarse tras los últimos batacazos electorales», otros haciendo uso de un cinismo recalcitrante (cuando no amoral, el contenido de esa entrevista lo demuestran), recordarán que este nuevo candidatable fue un componente más de la plataforma ciudadana y apartidista del 15M (sólo recordar que no defendió ningún interés partidista durante su convocatoria) para intentar desacreditarlo ante la opinión pública (como ya se está intentando con Podemos, desde todos los medios de prensa -obvio es citar a la casi totalidad de medios de prensa conservadores o ultraconservadores, obsesionados con todo lo que represente un cambio al status quo actual-, incluido el que fuera la vanguardia de la prensa de centro-izquierda, El País o lo que queda de él tras el cambio de dirección, de accionariado y de línea editorial), y por tanto su posible candidatura quedaría para este tipo de prensa sectaria y sus acólitos, «ensombrecida» por esa pertenencia a una plataforma que más allá de las perversiones dialécticas cotidianas de la que hacen gala esos medios oficialistas, ha sido a día de hoy un referente de participación democrática, tolerancia y ciudadanía para cualquier ciudadano realmente demócrata -no sectario – en este país nuestro, muy a pesar de las insidias e infamias que se suscitaron en torno a su irrupción días después de aquel histórico 15M. Huelga mencionar aquí cualquier matiz con respecto a la «entrevista» de esa cadena, porque los/as periodistas allí concentrados nunca se han distinguido precisamente por su «objetividad» ni por su rigor periodístico (a ello responde que estén en ese canal «público»), pero lo realmente reseñable (afortunadamente) hay que reconocerlo (a pesar de que yo no soy una fiel votante socialista, que nadie se equivoque), es que el mencionado Sotillos ha mostrado no sólo un discurso coherente, bien armado y fresco, sino que además ha huido de «medias tintas» o de ambigüedades calculadas para poner a la ciudadanía en el centro del mismo (algo que aún no han hecho el resto de candidatos a esa secretaría general), apostando por un cambio profundo del partido, abriéndolo a la participación de las bases, reconociendo el gravísimo error que supuso para el socialismo fundacional (y para la democracia en general) la reforma conjunta con el PP y express del artículo 135 de la C.E. (por fin algo de autocrítica, si bien éste candidato todo hay q decirlo no formaba parte de esa legislatura) que venía a hipotecar de facto el margen de maniobra del expoliado Estado de Bienestar para adecuar el mismo a las necesidades socioeconómicas de un país en gravísima recesión. Lejos de cuestionar lo que uno de los periodistas populares llamó etapa del Zapaterismo, Sotillos empero rehuyó criticar «la herencia recibida» (la crítica tramposa y ya manida que vemos a diario en los medios afínes al PP desde que llegaron al gobierno), y trazó en líneas muy generales (la entrevista duró muy poco -o demsiado para sus entrevistadores o habituales telespectadores de ese canal «público»), las líneas básicas de su discurso de presentación, no sin antes responder con sensatez y honestidad (virtud ésta impropia de los tiempos que corren) tb a uno de los mayores disparates o libelos periodísticos jamás redactados en los ultimos años en un periódico nacional por José Mª Carrascal (articulista de El País, sí, del periódico más riguroso y menos conservador de los que aún siguen a la venta), en el que venía a denunciar y a poner en solfa nada menos que la deriva prebélica que estaba adoptando el país equiparable al ambiente prebélico que sufrió el mismo en el año 1936, cuando entró a escena el levantamiento militar contra un gobierno democráticamente elegido (se le olvidó citar, debe ser que su memoria es demasiado «selectiva», cuáles fueron realmente los acontecimientos -antidemocráticos- que la desencadenaron). Su respuesta, insisto esclareció todas mis posibles dudas precedentes sobre su posible inmadurez o excesiva juventud para ese complejo cargo, desconozco ya he comentado antes si Sotillos va a poder optar a la secretaría general del PSOE pero desde luego, valentía, discreción, coraje, independencia y voluntad de cambio (real, no calculado, su lenguaje es cercano y nada ambiguo, algo que se echa de menos en el resto de candidatos presentados hasta el momento, a pesar de que Madina tiene un perfil más centrista), no le faltan.

    Ahora eso sí queda corroborar sus buenas intenciones en un programa coherente con las mismas, y sobre todo poder plasmar en él todas y cada una de las legíitmas revindicaciones democráticas que él conoce mejor que nadie, demadadas por la ciudadanía, porque no lo olvidemos, es la única que posee la soberanía nacional, que reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado». Sólo la recuperación de la vigencia del título preliminar de nuestra constitución (soberanía nacional, estado social y democrático de derecho, hoy en gravísimo peligro de extinción), a partir del cual se vertebra el resto del texto constitucional, podrán revitalizar la salud democrática de un país, que requiere un cambio profundísimo de todas sus instituciones (lo especialmente llamativo es que algunos crean que la abdicación de la Corona por el rey precedente, suponga de facto un cambio institucional profundo, especialmente si tenemos en cuenta que de hecho, la Monarquía es la única institución que no es elegida mediante sufragio activo por la ciudadanía -aunque es cierto que en la actualidad tampoco lo es en otros ámbitos), no sólo la meramente «cosmética» relativa a la persona sucesora de la jefatura del Estado (un puesto meramente institucional al fin y al cabo, sin relevancia política), y en todo caso, la misma desde luego no puede provenir de quienes han formado, forman y seguirán formando parte de los graves problemas que acucian a este desmantelado y desdemocratizado país nuestro (el PP, el único partido de todos los que han concurrido a las últimas elecciones europeas en el que a pesar de ser la causa principal del descrédito de la Marca España en el ámbito internacional en los últimos años, ha sido incapaz de depurar responsabilidad alguna por los ingentes casos de corrupción que son portada de los medios de comunicación de medio mundo -sí porque en España ser connibente o silente con el estado de corrosión institucional actual parece ser que te garantiza cierta supervivencia en el sector periodístico-), ya que esas reformas -tecnocráticas en lo económico, anacrónicas o regresivas en lo social o en lo jurídico, ideológicas en lo educativo- que tanto se han autopromocionado por esos mismos agentes «de cambio» no suponen más que intentos deseperados por recuperar las prebendas, el espacio y tiempo perdidos por unas élites que han dinamitado ellas mismas una democracia que corre peligro (ésta sí, sr Carrascal, no la de los nuevos y emergentes grupos políticos) de fracturarse para siempre, de no prducirse esos cambios en profundidad demandados por una ciudadanía ignorada, expoliada, humillada y empobrecida gracias al reparto arbitrario y perverso que se ha hecho de los «costes de la crisis», anteponiendo los intereses financieros, económicos y partidistas (aún a costa del descrédito institucional mediante), a los intereses generales, tan desahuciados como los millones de personas que a diario han de acudir a instituciones caritativas o a sus familiares para sobrevivir, una realidad ésta de la que se abstraen (ignorandola, callandola, disfrazandola) esos mismos medios de comunicación que mañana (coincidiendo con el partido de la selección española de fútbol, curioso cuanto menos) convocan al pueblo llano (ése mismo al que tachan de filoterrorista o de radical, o de ansistema, cuando hace uso de sus derechos constitucionales) a engalanar sus balcones con la bandera española para saludar al nuevo monarca (los mismos que mandaban a recluirse en sus hogares a «callar» los duros efectos de los recortes sociales perpetrados por los grupos liberales y conservadores de la Eurocámara a la que pertenece no lo olvidemos el partido que va a salvar España, el PP), y con ello, «la consagración del cambio institucional» que requiere nuestro país. Lo que no saben muhcos de eesos ciudadanos a estas alturas de esta tragicomedia cotidiana, es si reir o llorar ante semejante y tamaña (y cruel en muchos casos) paradoja. Esperemos, no obstante, que tenga toda la suerte del mundo en su nueva andadura institucional, falta le va a hacer si el resto de instittuciones no ponen a sus responsables a abdicar -ésta vez sí- de sus particulares «tronos» sustentados en una soberanía absolutamente desvirtuada, habida cuenta de la ruptura del «contrato social» subsiguiente (en forma de reversión de todos y cada uno de los puntos prometidos en su programas electoral), cuya última nueva vícitma es una reforma fiscal viciada en forma de subida escandalosa de los impuestos de productos sanitarios.

    18 junio 2014 | 05:23

  6. Dice ser maricasreunidas

    No comprendo al venezolano este ¿qué hace aquí sufriendo pobreza? La bolivarianidad le espera en su país. ¡¡ Ale Enekko !! La felicidad te espera en la república de Maduro.
    Eso si es un excelente jefe de estado !!!! Casi como Zapatero, alias ZP

    20 junio 2014 | 00:49

Los comentarios están cerrados.