Todas las mujeres de mi edad que son madres me dicen: verás cómo te cambia la vida cuando tengas hijos. Y yo les respondo: me lo imagino. (Pero la verdad, viendo cómo me miran estoy convencida de que creen que no puedo ni imaginármelo).
Yo no digo nada. Me limito a escucharlas -hay más mujeres que hombres que me explican sus intimidades- confiando en que cuando me llegue el momento habré aprendido algo de estas conversaciones.
Los comentarios más comunes son:
-El más obvio: no es lo mismo ser dos que ser dos + uno (o dos + dos depende de si vienen mellizos o más)
–Olvídate de ir al cine, como mínimo los primeros meses.
-Los padres son distintos a nosotras; el bebé te necesita mucho más a ti y es imposible equilibrar responsabilidades por mucho que lo intentes.
-Vas a descubrir lo que es pasar sueño de verdad.
-El sexo, claro, durmiendo poco, ¿cuándo vas a practicar sexo?
-… pero tener hijos es muy bonito ¡es lo mejor que te puede pasar! (qué suerte, me digo para mis adentros).
Bien, pues, queridos lectores y lectoras, en pocos mesos descubriré qué es eso de ser madre y cómo se vive con un padre al lado que, por primera vez, no es el tuyo. Mi relación de pareja está a punto de transformarse, un proceso de transformación que, como mi cuerpo, también vivirá este blog. Ya os iré contando.