Yes, we camp… in the USA, por Violeta Barba Yes, we camp… in the USA, por Violeta Barba

Los sueños hay que pelearlos
para que sean menos sueños
y más realidad

Ahí va la despedida (aún con ‘jet-lag’)

Una vez ya de vuelta en Zaragoza, he necesitado 24 horas para ordenar las ideas después de varios días de largo viaje y muchos nervios. Y es que la vuelta a la normalidad no ha sido fácil. Y no lo digo en sentido figurado: me cancelaron los vuelos del viernes debido a la nieve, y el sábado casi vuelvo a quedarme tirada en uno de los aeropuertos de Nueva York debido a otra tormenta. Pero al final, y tras correr por los pasillos de la terminal neoyorquina como si de una película se tratara, logré llegar a tiempo y coger el último vuelo.

Salí de España hace tres semanas con dudas normales, supongo: ¿será verdaderamente útil el programa? ¿tratarán de hacer proselitismo y vendernos solo las bondades de USA? ¿Qué tal será la convivencia durante tres semanas con personas de diferentes países europeos, con tantas maneras de distintas de pensar?

Ya de vuelta a las Cortes de Aragón he podido hacer balance -algo sesgado por el jet-lag, no lo dudéis- pero puedo afirmar que el viaje ha merecido, sin ninguna duda, la pena. Y si me pongo a pensar diría que me quedo con las siguientes ideas:

El viaje estuvo muy bien planificado y nos sirvió para conocer diferentes realidades como las agencias federales y el oficialismo de Washington D.C., mientras que con los siguientes destinos conocimos la alta capacidad legislativa de los Estados: comparando en California las políticas migratorias federales y de integración racial y LGTBQI californianas; aprendiendo de las políticas del Partido Demócrata y sobre el sistema educativo en Iowa, así como del sistema electoral americano en Carolina del Norte.

Estados Unidos es el país del libre mercado y el capitalismo por excelencia (no lo digo yo, lo dicen ellos) con un Estado del bienestar muy inferior al de los países europeos en cuanto a servicios público se refiere. Pero, a cambio, uno de los pilares fundamentales de la sociedad americana es el “sentimiento de comunidad” y el voluntariado. Fue muy interesante aprender cómo se han ido auto organizando muchas asociaciones para suplir la falta de servicios que aquí se prestan desde los servicios sociales o públicos. De la misma manera que es curioso que no se planteen que, tal vez destinando cuantías similares a impuestos en vez de lo que ahora dedican a donaciones o caridad, se podrían prestar esos servicios de forma pública en vez de desde ONGs.

A pesar de las peligrosas y racistas declaraciones de Donald Trump sobre el dichoso muro con México, nos llevan adelanto en algunas políticas de integración racial (lo cual no dice nada bueno de nosotros), y eso que siguen teniendo muchísimo camino por recorrer, como expliqué en el post anterior.

A cambio, hay muchas otras cosas que jamás importaría, como el sistema sanitario o el electoral. A este respecto, diré que sigo prefiriendo un modelo plural, sobre todo en cuanto al número de partidos se refiere, antes que la “estabilidad” que defienden algunos ya que solo juegan dos partidos políticos, republicanos y demócratas.

¡Qué diferentes son entre sí los estados que componen EEUU! Y no me refiero a que el mismo día puedas salir de California con 30 grados y aterrizar en Iowa a -15, que también, sino a que existen grandes diferencias culturales dentro del mismo país, con las dificultades que ello conlleva para alcanzar grandes consensos. Y con esas grandes diferencias culturales y de pensamiento, se entiende la existencia de un modelo federal, pues permite hacer políticas más cercanas al ciudadano del Estado y votante directo. Además, no es obstáculo para permanecer unidos en la diversidad.

Pero también, qué diferentes somos los países europeos entre nosotros, y qué falta nos hace recuperar los valores que sirvieron para crear la Unión Europea para evitar que acabemos siendo solo un territorio donde haya moneda común y libertad de mercancías. Solo hace falta ver los fallos que ha tenido la UE al afrontar la crisis de los refugiados y el cumplimiento de los derechos humanos.

Si habéis llegado hasta el final del post solo me queda daros las gracias por haber recorrido este trocito de mundo conmigo, y espero que os haya resultado tan interesante como a mí.

¡Ahora solo me queda aplicar lo aprendido!

 

Del d’Hondt al sistema Gerrymandering… (sí, en Charlotte también se habla de reformar la ley electoral)


Charlotte (Carolina del Norte) está siendo la última parada de nuestro viaje, pero no por ella la menos interesante. Además de seguir tratando temas de desarrollo económico o de fakes news junto a profesionales de periódicos de gran tirada, ¿qué mejor qué conocer cómo funciona en otros países la reforma de la Ley Electoral ahora que tanto se está hablando de ella en España?

Y a eso nos hemos dedicado durante dos de las jornadas de trabajo, a indagar y debatir sobre el sistema electoral americano que, por qué no decirlo, está en entredicho entre ciertos sectores. Si en España nos preguntaran cuáles son las circunscripciones electorales podríamos contestar sin dudar que las provincias, pero aquí poder responder a esa pregunta con una respuesta clara sería mucho más complejo.

¿Por qué? Porque sus circunscripciones pueden ser rediseñadas por el partido ganador de elección en elección. Y este sistema, conocido como Gerrymandering tiene un componente peligroso: puede ser utilizado para intentar mantenerse en el poder o para diluir la influencia de los votos de un determinado colectivo social.

El problema es que lo tienen establecido así en la Constitución, de tal forma que la única manera de poder conseguir la presión suficiente para cambiar este sistema es lograr una mayoría social suficiente que lo pida, algo que vimos que están intentando conseguir a través de los movimiento sociales y campañas como esta: Flushgerrymander.com

También tuvimos la oportunidad de conocer cómo funciona su Junta Electoral o de ver su sistema de votación electrónica en vez de con urnas y papeletas, lo cual resulta curioso. A la pregunta de cómo evitan los virus informáticos o los hackeos tienen fácil respuesta: las máquinas de votación no tienen conexión a internet o remota de ningún tipo.

Por otro lado hemos seguido trabajando los temas de integración, esta vez no desde el punto de vista de la inmigración sino de la diversidad racial. Y es que si recordáis en Charlotte hubo importantes disturbios en septiembre del 2016 después de que la policía matara de un tiro a un hombre afroamericano. Y esta fecha, según nos han contado, supuso un antes y un después en la forma de hacer política en Charlotte. Comenzó a hablarse abiertamente de racismo en pleno siglo XXI y de violencia policial. Gran parte de la población se atrevió a expresar que se siente apartada, invisible y oprimida por el hecho de ser afroamericana.

Los disturbios generados, pero sobre todo la movilización social, pacífica en su práctica totalidad, conllevaron que se formara una mesa redonda entre las asociaciones de derechos civiles afroamericanas y las instituciones de Charlotte para intentar mejorar esta situación. Como posibles soluciones, se valoró mejorar la inversión en barrios deprimidos (generalmente habitados por personas afroamericanas y hasta entonces olvidadas) o en la educación pública, o avanzar hacia un cuerpo de policía más inclusivo que reflejase la sociedad a la que sirve.

No obstante según nos han comentado en la NAACP (National Association for the Advancement of Coloured People), o en el Centro de Servicios Comunitarios de Charlotte, el camino que queda por recorrer es aún largo.

Como él que me queda a mí por hacer de vuelta a España, y que emprendo mañana mismo.

¡Nos vemos en el último post!

Caucus, primarias y rendiciones de cuentas

Y seguimos con la ruta de viaje en la siguiente escala, Des Moines (Iowa). Pero esta vez, en vez de venir el grupo completo, nos han dividido y solo lo hemos hecho cuatro personas. Si a nosotros nos ha tocado esta ciudad del medio oeste americano, al resto de compañeros del programa les han asignado ciudades de los Estados de Arkansas, Nebraska e Indiana. Nos volveremos a juntar todos en la última parada del viaje, en Charlotte (Carolina del Norte).

Al dividirnos en grupos nos preguntamos el porqué, y nos dijeron que lo entenderíamos al terminar la estancia aquí. Y sí, lo hemos hecho: el medio oeste americano es tan diverso y distinto que merece la pena tener diferentes perspectivas y poder luego compararlas.

Por ejemplo, Iowa tiene un sistema federal bicameral, con su Congreso y Senado propios, pero en cambio Nebraska sólo tiene una Cámara (como nuestros parlamentos autonómicos). Y para nuestra gran sorpresa, mientras muchos Estados del interior de USA son extremadamente conservadores, Iowa es más abierto. De hecho, fue de los primeros territorios en aprobar el matrimonio homosexual y en la actualidad cuenta con un potente sistema de educación pública.

Durante estos días aquí hemos podido comprobar las diferencias con California en materia de inmigración, puesto que aquí hay un porcentaje muy bajo, y hemos tenido la oportunidad de conocer a miembros del Partido Demócrata. Asimismo hemos visto cómo funcionan los ayuntamientos y los gobiernos locales, y nos hemos reunido con el alcalde de Perry, un pequeño municipio de Iowa con 7.500 habitantes (nada que ver con los “pequeños” municipios aragoneses, pues como podéis comprobar todo es relativo).

Pero sin duda lo que más me ha llamado la atención, en primer lugar, ha sido su sistema de escuelas públicas, con la llamada Central Academy que viene a ser un centro de estudios intensivo público. A este colegio puede acudir cualquier estudiante de primaria o secundaria de forma gratuita para cursar de forma específica y voluntaria aquellas asignaturas que se le den mejor, de tal manera que no pierda el interés si tiene una vocación o facilidad especial para ellas.

Y lo cierto es que funciona: nos sometimos a las preguntas de un grupo de alumnos de entre 14 y 16 años de la clase de Historia contemporánea y política. ¡Y tanto su interés como su conocimiento previo sobre la situación europea eran altísimos!.

En segundo lugar, también me ha sorprendido su sistema legislativo pues, como os comentaba antes, a diferencia de lo que pasa en las autonomías españolas aquí tienen Congreso y Senado en vez de una única cámara. Para explicárnoslo, nos atendió la diputada demócrata Marti Anderson, que nos contó, entre otras cosas, que han frenado la penalización del aborto que algunos sectores sociales volvían a proponer, y que no tienen sistema de Iniciativa Legislativa Popular.

Me interesé también por su sistema de elección, los caucus y las primarias (a los seguidores de House of Cards les sonará seguro). Y de la misma manera que me sorprendió mucho saber que se sigue reuniendo con sus votantes todos los lunes en un encuentro abierto para escuchar sus propuestas, ella se interesó mucho por nuestras “Rendiciones de cuentas” cuando le expliqué lo que eran. Quién sabe, igual lo pone en práctica a partir de ahora.

Ahora nos toca viajar de nuevo, porque salimos hacia la última parada del viaje, Charlotte, ¡donde espero que nieve menos que aquí!

Mi primer (y descorazonador) discurso del Estado de la Unión


Apuramos nuestras últimas horas en San Diego (California) antes de hacer la siguiente parada en el viaje que nos llevará hasta Des Moines (Iowa). Allí vamos a hacer una inmersión en cómo se debaten y votan las leyes a nivel estatal en la Asamblea General de Iowa, compuesta por dos Cámaras: House of Representatives (lo que vendría a ser un Congreso) y el Senado.

Pero también podremos seguir hablando de políticas migratorias e integración, porque así como San Diego es una ciudad acostumbrada a la multiculturalidad -no en vano acoge a 4.500 refugiados y refugiadas al año de media- Iowa por su posición geográfica está menos acostumbrada a la inmigración. Aún con todo hay zonas que cuentan con un 35% de población latina, que espero nos trasladen sus inquietudes y qué entienden ellos como migrantes que es necesario para conseguir una integración real.

Estos últimos días en San Diego hemos seguido hablando de derechos fundamentales. Nos hemos reunido con la comunidad LGTBQ que nos ha relatado su lucha para ser escuchada hasta conseguir un importante desarrollo legislativo en materia de protección y de equiparación de derechos (y no solo una simple simpatía o normalización social de la homosexualidad o intersexualidad pero sin un respaldo legal suficiente). Como curiosidad os contaré que San Diego tiene al primer jefe de policía transexual del Estado y cuenta con baños públicos respetuosos con la identidad de género de cada cual.

Pero además de otros encuentros como los que os relato en el vídeo, también hemos coincidido con un gran evento (por llamarlo de alguna manera): el primer discurso del Estado de la Unión, que sería algo así como nuestro Debate sobre el Estado de la Nación.

En este discurso, el primero de Donald Trump, que tiene lugar en el Congreso americano y es televisado y bastante seguido, el presidente valora lo hecho hasta ahora y marca las líneas estratégicas para los próximos meses.

Lo seguí con mis compañeros del programa de jóvenes líderes europeos. Y después de escucharlo hablar sobre el aumento del armamento nuclear, la importancia de mantener abierta Guantánamo o lo contento que estaba por haber sacado a EE UU del acuerdo de París por el medioambiente, aún me dura la congoja (como a la mayor parte de los americanos, por otra parte, que lo vieron junto a nosotros y que también parecían consternados, pese a estar más acostumbrados a las salidas de tono .del presidente)

Bueno, os dejo que toca hacer maletas de nuevo.

¡Nos vemos en Iowa!

Del poder de las mujeres y de lo absurdo del muro

Bienvenidas y bienvenidos de nuevo a este trocito de experiencia que estoy viviendo en el programa para jóvenes líderes europeos, ahora desde San Diego (California).

Desde que llegamos de Washington D.C no solo ha cambiado el clima, sino también los temas de debate y estudio. Si la semana pasada conocíamos los Departamentos de Estado que diseñan las políticas federales (por ejemplo, las de inmigración, en la reunión que tuvimos con el Departamento de Salud y Servicios Sociales) hoy en San Diego hemos podido contactar con las personas que las viven en primera persona, gracias a un encuentro con asociaciones de inmigrantes.

Y ha sido especialmente provechoso porque hemos pasado de tener el punto de vista teórico al práctico, pudiendo comprobar si las medidas que nos explicaron y que ellas han vivido en sus propias carnes verdaderamente han sido bien diseñadas. Y digo “ellas” porque si hay algo que he descubierto es que la comunidad de mujeres está tremendamente empoderada, siendo las mujeres las que lideran los grupos de inmigrantes y refugiados que se han creado para asegurar que se respetan sus derechos y que tienen acceso a la prestaciones básicas.

Y en esa estela de empoderamiento femenino hemos continuado, porque acto seguido hemos acudido a una mesa redonda para relatar nuestras experiencias y preocupaciones en la que hemos intervenido varias personas del programa, todas nosotras mujeres. Y creo que esto resume bien lo que puede ser este 2018: el año de acabar de una vez por todas con la desigualdad y la brecha de género, devolviéndonos a las mujeres la voz y el lugar que nos corresponde en el espacio público.

El día, sin embargo, ha terminado de una forma menos amorosa de lo que prometía, aunque he de decir que también ha resultado interesante o útil. Nos hemos reunido con la oficina del Congresista Duncan Hunter, del partido Republicano, fiero defensor de la construcción de un muro con México de costa a costa para evitar la inmigración, así como de impedir la entrada de inmigrantes y refugiados en los EE UU, apelando a la seguridad nacional.

Y a pesar de que no hemos sido capaces de convencerlo, sí que ha sido muy esperanzador el haber visto a los 15 jóvenes que estábamos debatiendo con él aunar nuestras voces en contra de la construcción del muro, incluso a los provenientes de países europeos con políticas de migración más conservadoras en materia de refugiados.

Porque si una cosa nos ha demostrado la historia es que poner vallas y dejar fuera a quien busca ayuda, además de atentar contra la dignidad humana y la solidaridad, nunca funciona. Para cualquier país receptor resulta mucho mejor invertir en integración, garantizar la convivencia y sacar el máximo partido a la multiculturalidad.

Los próximos días prometen ser intensos porque seguiremos debatiendo sobre diferentes leyes californianas y distintas cuestiones, como los derechos LGTB en este Estado o el empoderamiento de los jóvenes en sus comunidades.

¡Os mantendré informados!

Clientes Vs. pacientes y otras perlas de la sanidad-negocio estadounidense

Parece que el tiempo pase más rápido a este lado del charco, porque cuando me he querido dar cuenta está acabando la semana en Washington D.C. En estos días he podido reunirme con diferentes agencias del Gobierno federal para tener una visión general de cómo llevan a cabo sus políticas en un sistema en el que los distintos Estados tienen prácticamente todas las competencias y el Gobierno necesita su cooperación para poder aplicar casi cualquier cosa.

Y para alguien que viene de un país como el nuestro y que se dedica a la política autonómica como yo, teniendo siempre un ojo puesto a las cuestiones que sólo el Congreso de los Diputados puede decidir, es bastante fascinante descubrir que los 50 Estados que componen los EEUU tienen capacidad para determinar casi la práctica totalidad de sus leyes. Por ejemplo, los impuestos y en qué se gastan depende de cada Estado, por lo que un americano puede tener colegios públicos o podría tener sanidad en California pero no en Nebraska. Pero también las leyes que afectan a la vida diaria son distintas, por lo que te podrías casar con tu primo hermano, por ejemplo, en Massachussets, pero no en Nevada.

Y esta organización estatal conocida como federalismo tiene su pros y sus contras, y tuvimos oportunidad de conocerlas en la Universidad George Mason donde recibimos una clase magistral

Otro tema que también hemos debatido en profundidad en el Departamento de Salud Federal es sobre la existencia de un sistema público de salud, o más bien sobre la falta de él. He de decir que esta reunión fue absolutamente sorprendente porque nunca había escuchado a un Gobierno hablar abiertamente de la sanidad en términos mercantiles (aunque estoy tristemente convencida de que en nuestro país hay mucha gente con poder que ve la sanidad como un negocio), utilizando expresiones como “beneficios” o “mercado” y “consumidores” o «clientes», en vez de “pacientes”.

Esta reunión me hizo reafirmarme en eso que escribía el otro día de que este viaje iba a servir para anotar ideas para importar, pero también para conocer partes de un modelo que no funciona. Este sector es uno de ellos: su sistema sanitario, basado únicamente en la idea de que hay que pagar por tener acceso a la sanidad. Y… ¿sabéis qué? que me hizo querer todavía más el nuestro y convencerme aún más de que tenemos que cuidarlo y financiarlo suficientemente para asegurar que todos tenemos acceso a una sanidad pública y de calidad.

Pero no solo de política vive el hombre, (o la mujer, en mi caso), así que si queréis saber más, tenéis el vídeo.

Nos vemos muy pronto pero ya desde San Diego (California)

Y aquí estoy… Washington, D.C.

Nunca imaginé que empezaría un blog desde Washington D.C. Pero aquí estoy, escribiendo esta primera entrada desde la capital de los Estados Unidos, como miembro del programa para Jóvenes Líderes europeos al que me invitó a participar directamente la Embajada de los EE UU en España. Un programa con el que voy a tener la oportunidad de conocer de primera mano el modelo político y legislativo de EE UU: el modelo federal.

Este programa funciona desde hace más de 70 años y, en esta edición, he tenido la oportunidad de juntarme durante tres semanas con otros 15 jóvenes de distintos países dedicados también al mundo de la política como diputados nacionales, eurodiputados o asesores de ministros.

En un momento como el que nos encontramos en España, debatiendo sobre si la reforma de nuestra Constitución es conveniente o no y hacia dónde nos podemos dirigir con ella, creo que puede resultar muy útil el poder conocer otros modelos políticos en primera persona.

Tal vez para importar ideas de cuestiones que nos son, quizás un tanto ajenas, pero que funcionan, o para descubrir también medidas que no funcionan y que de ninguna manera querría que se aplicaran en España.

De momento llevamos aquí ya un par de días y el programa promete. Además de las lecciones puras sobre modelo federal, ya he podido debatir con el Comité para Asuntos Internacionales del Senado sobre la falta de implicación de los Estados Unidos en la crisis de los refugiados, a pesar de que es algo que afecta a los derechos humanos y a nivel mundial.

O de preguntar qué opinan en la Oficina para Asuntos Europeos del Departamento de Estado sobre la situación que se está viviendo en Cataluña. La verdad es que ahora no sé si volverían a invitarme (je, je).

También he descubierto que no es oro todo lo que reluce. Cuando aterricé en Washington, capital de la primera potencia mundial y supuesto modelo económico, 800.000 funcionarios federales en todo el país habían sido enviados a su casa porque Trump no podía pagar sus nóminas al no haber conseguido un acuerdo para prorrogar el presupuesto federal.

Todos los Departamentos de Estado (Ministerios) oficinas y edificios que dependen del gobierno estaban, literalmente, cerrados a cal y canto. Es lo que se llama un shutdown. Algo que de haber sucedido en otro país nos hubiera hecho poner el grito en el cielo.

Así que espero con ganas lo que este programa y este viaje me deparen, porque estoy segura que será sorprendente y útil, tanto para adquirir ideas nuevas como para desaprender cosas que daba por sentadas. Y confío en que me acompañéis en él a través de este blog.

¡Seguiremos informando!