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Drímaco y el precio por su cabeza [Anécdota]

Drímaco y el precio por su cabeza [Anécdota]En el siglo VI a.C. varios fueron los esclavos que lograron huir de sus respectivos amos y se refugiaron en las montañas de la Isla de Quíos (en el mar Egeo, junto a la costa de Turquía).

Estos prófugos se organizaron como una banda de forajidos bajo las órdenes de Drímaco, quien se había convertido en un temido caudillo que lideraba con mano firme a sus secuaces. En poco tiempo lograron tener atemorizados a los habitantes de la capital y poblaciones cercanas, donde bajaban a desvalijar y robar cuanto querían.

A pesar de su origen como siervo, Drímaco supo formar y controlar a sus hombres como si de un verdadero ejército se tratase, por lo que las autoridades de Quíos, cansadas de los continuos asaltos, decidió aceptar un pacto de no agresión a cambio de permitir que de vez en cuando los bandidos bajasen y se llevasen aquello que realmente precisasen para subsistir en las montañas. Por su parte, Drímaco se comprometió a no aceptar a cualquier esclavo fugado y tan solo acogería a aquellos que realmente se hubiesen escapado de sus amos por alguna buena razón.

Durante largo tiempo no hubo problemas y se llevó a rajatabla lo pactado: los bandidos solo se aprovisionaban de lo estrictamente necesario, mientras que el número de esclavos fugados descendió vertiginosamente. Pero de la noche a la mañana, cansados de ceder al chantaje de los delincuentes, los quiotas cambiaron de parecer y se propusieron acabar con la banda, poniendo un alto precio por la cabeza de Drímaco. Algunas crónicas indican que esto propició la codicia entre los propios componentes de la banda siendo traicionado y decapitado por uno de ellos.

Pero también encontramos otros historiadores que le dan un final a Drímaco y su cabeza algo diferente y vienen a explicar que siendo éste ya anciano le dijo a uno de los hombres que tenía bajo su mando que le cortase la cabeza y la entregase a las autoridades que Quíos, de ese modo recibiría una gran suma de dinero con el que podría vivir el resto de su vida sin tener que robar ni estar escondido en las montañas, pudiendo convertirse en un hombre de provecho (hay quien apunta que se trataba de su joven amante).

 

 

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Fuentes de consulta: Rebeliones populares en la Grecia helenística de Ricardo Martínez Lacy (Google Books) / El modo de producción esclavista (varios autores) (Google Books)/ Las revueltas esclavas y el discurso hegemónico de los libres de Carlos García (Dialnet) pdf / Las anécdotas de la política de Luis Carandell (Ed. Planeta)
Fuente de la imagen: conceptart