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¿Cuál es el origen del término ‘barbitúrico’?

El término ‘barbitúrico’, que empieza a estar algo en desuso y suena a palabra antigua, hace referencia a cierto tipo de sedante, narcótico o somnífero, un ácido cristalino orgánico con propiedades hipnóticas.

¿Cuál es el origen del término ‘barbitúrico’?

Sobre su origen etimológico hay cierta confusión y discrepancias y, dependiendo de la fuente de consulta, podemos encontrar que nos ofrece una explicación diferente.

En el diccionario de la RAE encontramos que señala que llegó al castellano desde el francés ‘barbiturique’ y este del alemán ‘barbitursäure’, de idéntico significado.

Los posibles orígenes que circulan alrededor de por qué se acuñó de ese modo al término ‘barbitúrico’ son los siguientes:

Por una parte (y como una de las explicaciones más difundidas, aunque ya sabéis que en ocasiones lo más difundido o popular no es lo cierto o correcto) está la explicación que indica que se llama de ese modo debido a que cuando el químico alemán Adolf von Baeyer lo sintetizó por primera vez fue el 4 de diciembre de 1863, siendo aquel día la festividad de Santa Bárbara, yendo a una taberna a celebrarlo con sus colegas y en donde un grupo de artilleros estaban celebrando una fiesta en honor a su patrona.

Esta explicación choca con la que señala que los documentos y notas de Adolf von Baeyer la fecha que puso sobre su descubrimiento fue el 27 de noviembre de 1864  y no la del 4 de diciembre de 1863, por lo que la explicación sobre Santa Bárbara carecería de lógica.

Hay quien señala que proviene del nombre (Bárbara) era el de una camarera de Múnich que donó orina a von Baeyer para que éste pudiese hacer sus investigaciones en el laboratorio y que el químico, en agradecimiento, denominó el hallazgo con el nombre de la voluntaria donante.

También hay quien dice que Bárbara era el nombre de la mujer, una antigua novia e incluso de la amante de Adolf von Baeyer o alguno de sus colegas de laboratorio.

Algunos son quienes defienden la teoría de que se le nombró de ese modo por la ‘usnea barbata’, líquenes que crecen colgantes de los árboles, de donde se obtenía el ácido malónico.

Otras fuentes indican que Adolf von Maeyer denominó de ese modo a su descubrimiento en honor a Barbara von Cilli (en español conocida como Bárbara de Celje) esposa del emperador Segismundo y que practicó la alquimia en el siglo XV.

 

 

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Stupeo, el verbo latino del que surgieron términos tan diversos como: estúpido, estupor, estupefaciente, estupefacto o estupendo

Stupeo, el verbo latino del que surgieron términos tan diversos como: estúpido, estupor, estupefaciente, estupefacto o estupendo

Numerosísimos son los términos provenientes del latín que se han incorporado a nuestro idioma y de los que han surgido muchísimas palabras de las que hoy  en día utilizamos de modo coloquial, pero lo curioso son aquellos vocablos que de un solo tronco han ramificado proporcionando varios términos que, aparentemente, no tienen relación alguna entre ellos pero que realmente tienen mucho que ver.

Este es el caso de ‘stupeo’, un verbo que los antiguos romanos utilizaban para referirse al estado de quedarse parado o aturdido.

De stupeo podemos encontrar que surgieron los términos:

Estúpido: Necio, falto de inteligencia (debido a que se  señalaba como estúpido a un individuo bobo que se quedaba ‘parado’ al contemplar/escuchar algo que no comprendía)

Estupor: Asombro (estado de inmovilidad que se quedaba alguien al asombrarse)

Estupefaciente: Droga que produce alucinaciones o tranquiliza (por el poder paralizante de ese tipo de sustancias)

Estupefacto: Atónito, pasmado o incapaz de reaccionar (quedarse paralizado a causa de algo que nos ha dejado maravillado o desconcertado)

Estupendo: Algo admirable o asombroso (lo cual dejaba pasmado/parado ante una sorpresa)

 

 

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