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¿Sabías que el legendario General Custer y su Séptimo de Caballería no fueron tan ejemplares como el cine nos mostró?

La glorificación cinematográfica del Séptimo Regimiento de Caballería de los Estados Unidos, liderado por el legendario General Custer, ha forjado una imagen de héroes intrépidos que contrasta drásticamente con la cruda realidad.

¿Sabías que el legendario General Custer y su Séptimo de Caballería no fueron tan ejemplares como el cine nos mostró?

George Armstrong Custer, al mando del regimiento, en realidad tuvo una carrera militar controvertida marcada por la indisciplina. Aunque ascendió rápidamente a General durante la Guerra de Secesión, su comportamiento problemático y su falta de respeto por la autoridad sembraron dudas sobre su idoneidad como líder.

Cuando se le encargó liderar el Séptimo Regimiento de Caballería, Custer demostró ser un comandante deficiente. Su desaparición en un momento crítico (para ir a visitar a su esposa) provocó el caos entre sus tropas, y su desesperación por lograr una victoria rápida lo llevó a perpetrar un ataque brutal contra un poblado indígena en Washita.

El resultado fue una masacre, con mujeres, niños y ancianos siendo asesinados o tomados como prisioneros, llegándose a rumorear incluso que el General Custer mantuvo una relación con una prisionera indígena, teniendo un hijo con ella. Fue expedientado, juzgado y apartado del servicio durante un año, pero gracias a su estrecha amistad con el presidente de los Estados Unidos, Edward Johnson, éste intercedió por él y propició que se reincorporara a su puesto sin cumplir la totalidad del castigo.

Aunque la imagen del General Custer y del Séptimo de Caballería se ha tratado de mitificar en la literatura y el cine, la verdad detrás de sus acciones ha sido mucho más oscura y menos gloriosa de lo que mostraron las narrativas populares.

 

 

 

Fuente de la imagen: getarchive

Rebecca Lee Crumpler, la primera mujer afroamericana que se graduó en medicina en EEUU

11 de Febrero: Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia

El 11 de febrero está declarado como el ‘Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia’ desde que fue instaurado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta es una fecha en la que desde numerosas instituciones, plataformas, redes sociales y blogs se pretende dar visibilidad al trabajo de tantísimas científicas que, a pesar de estar en pleno siglo XXI, siguen encontrándose con innumerables barreras.

El pasado año participé en esta jornada con el post: ¿Quién fue la primera científica de la Historia? y este quiero hacerlo con la curiosa historia de Rebecca Lee Crumpler, la primera mujer afroamericana que logró graduarse y ejercer medicina ‘de forma legal’ en los Estados Unidos. Si ya era complicado que una mujer pudiese estudiar en el siglo XIX imaginaos lo difícil que sería cuando además su piel era negra, en una época en la que en gran parte de los Estados Unidos todavía estaba en vigor la esclavitud.

Y quiero hacer hincapié en el entrecomillado que he puesto en el párrafo anterior (‘de forma legal’), debido a que a lo largo de la Historia y mucho antes de que pudiesen estudiar la carrera, muchísimas fueron las mujeres de todos los rincones del planeta que la ejercieron, ya fuera porque fueron autodidactas, lo hicieron de manera clandestina o travestidas en hombres.

Rebecca Davis (Lee fue su apellido de casada en su primer matrimonio y Crumpler lo adoptó de su segundo esposo) nació en 1831 en Delaware, creció en Pennsylvania y posteriormente se trasladó a vivir a Massachusetts, tres Estados abolicionistas y en los que no vivió como esclava, como era el caso de otras muchas personas negras, motivo por el que pudo acudir a la escuela y trabajar como enfermera (no titulada).

A pesar del carácter antiesclavista del lugar donde vivía, no fue hasta 1860, a los 29 años de edad, cuando se le permitió matricularse en la ‘New England Female Medical College’ (un pionero centro de estudios superiores para mujeres) en el que solicitó entrar durante ocho años seguidos. Una vez le concedieron una plaza para estudiar medicina se convirtió en la primera mujer afroamericana admitida en una universidad.

El estallido de la Guerra de Secesión, en abril de 1861, provocó que viese interrumpidos los estudios durante un par de años, en los que ejerció nuevamente como enfermera y en 1863 pudo retomarlos (coincidiendo con el fallecimiento de su esposo Wyatt Lee, con quien se había casado en 1852) gracias a la beca que le concedió el senador Benjamin Wade, famoso abolicionista que tuvo un destacadísimo papel en el fin de la esclavitud en los Estados Unidos.

Rebecca terminó sus estudios en tan solo un año y en 1864 se graduaba con la titulación de médico, volviendo a conseguir un hito histórico.

En 1865 contrajo segundas nupcias con Arthur Crumpler y durante los siguientes años se encargó a atender y curar a personas negras (la mayoría habían sido esclavos) a través de la recién creada Oficina de Libertos, proporcionándoles una atención médica digna, que de otro modo nunca hubieran podido tener.

En 1860 se establecieron en Boston y abrió una consulta donde atendió principalmente a mujeres y niños afroamericanos a lo largo de las siguientes dos décadas y en 1880 se trasladaron a Hyde Park (Massachusetts). Allí escribió un libro titulado ‘A Book of Medical Discourses: In Two Parts’ que fue publicado en 1883 y que se convirtió en todo un referente para la época, además de ser el primer libro de medicina escrito por una persona afroamericana.

La doctora Rebecca Lee Crumpler falleció en 1895, a los 64 años de edad, tras una vida dedicada a la medicina.

 

 

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Post escrito con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia (11 de febrero) y al que me he querido sumar. Más información sobre esta iniciativa:  11defebrero.org, Naciones Unidas y Naukas
Fuente de la imagen: María del Álamo Ortega @marialamort (vía 11defebrero.org)

La curiosa anécdota de cuando Lincoln defendió al mejor de sus generales

La curiosa anécdota de cuando Lincoln defendió al mejor de sus generales Conocida era la profunda admiración que sentía Abraham Lincoln por el general Ulysses Grant. Pero el militar no era santo de la devoción de todos los que lo rodeaban y, a pesar de ganar una batalla tras otra durante la Guerra de Secesión, tenía un buen número de enemigos entre sus propios compañeros, quienes envidiaban todos y cada uno de sus triunfos.

Esta situación provocó que algunos de ellos comenzasen a hacer correr el rumor de que Grant era un borracho empedernido llegando hasta oídos de Lincoln, quien preguntó con qué tipo de licor se emborrachaba el mejor de sus generales. La respuesta fue: ‘con whisky’.

Acto seguido el presidente quiso saber cuál era la marca de ese whisky y ordenó que enviaran una caja del mismo a cada uno de sus generales, a ver si éstos ganaban tantas batallas como las del propio general Grant.

 

 

Lee y disfruta de más anécdotas como esta en el apartado Anecdotario de este blog

 

Fuente de la imagen: mrlincolnandfriends

¿Sabías que la famosa expresión ‘Hogar, dulce hogar’ proviene de una antigua canción?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Hogar, dulce hogar’?

Muchas son las casas en las que nada más llegar te encuentras un felpudo, cuadro o cualquier otro objeto de decoración en la que aparece la conocida expresión ‘Hogar, dulce hogar’.

El origen de esta famosa locución se la debemos a la canción ‘Home! Sweet Home!’ compuesta en 1823 por John Howard Payne (letra) y Henry Rowley Bishop (música), la cual formaba parte de la ópera ‘Clari, or the Maid of Milan’ (Clari o la doncella de Milán).

La canción (pero sobre todo el estribillo) se hizo inmensamente popular en los Estados Unidos durante los años en los que duró la Guerra de Secesión (1861-1865), siendo cantada por ambos bandos y con la curiosidad añadida de que tuvo que ser prohibida entre los miembros del Ejército de la Unión debido a que su letra provocó la deserción de un buen número de soldados impregnados por la melancolía y añoranza de su hogar que la canción les suscitó.

A pesar de pertenecer a una ópera, la canción empezó a cantarse en solitario, siendo grabada, ya en el siglo XX, por numerosos cantantes melódicos e incorporada en in infinidad de películas, que ayudaron a que esta expresión se hiciera enormemente popular y pasase a ser una frase de bienvenida situada en la entrada de millones de hogares.


 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

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