Un gran número de historiadores coinciden en señalar a los godos como impulsores de la actual costumbre de entrar en brazos a la recién casada al interior de la casa.
El origen y razón se podría encontrar en que éstos salían a la búsqueda de mujeres de los poblados cercanos cuando en el suyo no había suficientes. Evidentemente el único modo posible de hacerlo era a las bravas, por lo que llegaban al lugar, escogían a la mujer que querían que se convirtiese en su esposa, la cogían en brazos y la trasladaban hasta la casa donde debían convivir como pareja.
La costumbre indicaba que, para quedarse en propiedad con la mujer raptada, ésta no podía pisar el suelo durante el trayecto que iba desde el lugar del secuestro hasta el que iba a ser su nuevo hogar, ya que si lo hacía quedaba en libertad. De ahí que fuesen llevadas en volandas.
Con los años, este acto se ha convertido en toda una tradición que envuelve un sinfín de significados de prosperidad.
Otra versión de la historia tiene mucho que ver con la que señala el rapto de mujeres, tal y como realizaban los godos, pero cambia a sus protagonistas por los fundadores de la Antigua Roma.
En la leyenda romana del rapto de las Sabinas cuenta el mito del secuestro de mujeres de la población de Sabinia a manos de los fundadores de la Antigua Roma, para poder poblar de hembras lo que después sería la capital del gran imperio. Famosa es la escultura realizada por Giovanni Bologna y varias las representaciones pictóricas que existen sobre este capítulo mitológico.
Curiosidad que forma parte del libro “Vuelve el listo que todo lo sabe” de Alfred López.
Compra el libro online y recíbelo cómodamente a través de Amazón: http://amzn.to/2CbI1Cw