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¿Cuál es el origen del término ‘vocación’?

El término ‘vocación’ deriva del latín vocatio, conectado con el verbo vocare, cuyo significado era ‘llamar’, ‘llamamiento’ y, originalmente, estaba ligado a la llamada divina que un individuo recibía, por parte de Dios, hacia la vida consagrada a la religión.

¿Cuál es el origen del término ‘vocación’?

La palabra vocación fue recogida por primera vez en el Diccionario de Autoridades  de 1739 con la acepción: ‘La inspiración con la que Dios llama a algún estado de perfección, especialmente al de religión’, y con el tiempo ha evolucionado para hacer referencia también a una inclinación profunda por una carrera, causa o misión, tengan o no connotaciones religiosas (vocación por la música, la arquitectura, la medicina, la ayuda humanitaria…).

Cabe destacar, que de la misma raíz etimológica de ‘vocación’ nos han llegado otros términos usuales como vocablo, provocar, voz, invocar, evocar o vocabulario.

 

 

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Fuente de la imagen: pexels

¿De dónde surge la superstición sobre las herraduras y la buena suerte?

¿De dónde surge la superstición sobre las herraduras y la buena suerte?

Como bien sabréis, las supersticiones son la extraña creencia que tienen algunas personas a pensar que poseer algún objeto, hacer algo concreto o evitar según qué situaciones influirá en su destino, otorgándole buena o mala suerte; todo ello por una rara e inexplicable conjunción mágica fuera de cualquier tipo de razonamiento científico, explicación lógica y coherente o demostración empírica.

Una de las supersticiones más extendidas es la que indica que tener una herradura colgada sobre la puerta de entrada de una casa la protege de la mala suerte, dotando al hogar con la fortuna y alejándolo de cualquier tipo de adversidad.

¿De dónde surge la superstición sobre las herraduras y la buena suerte?El origen a esta creencia, tan arraigada popularmente, se la debemos a una antigua leyenda que surgió en el siglo X alrededor de San Dustan, quien, antes de ser nombrado Arzobispo de Canterbury y ser canonizado tras su fallecimiento, trabajó como herrero en Baltonsborough (suroeste de Inglaterra).

Dicha leyenda explicaba como se le apareció a Dustan una extraña criatura (mitad hombre mitad animal) que le solicitó que le pusiera un par de herraduras, descubriendo el herrero de que se trataba del mismísimo demonio y con gran habilidad se deshizo de él gracias a un ingenioso engaño, clavándole las herraduras de una manera muy dolorosa hasta conseguir que el diablo le suplicase clemencia.

Fue a partir de la divulgación y el boca a boca de esta historia donde surgió todo el aura y simbología que se le ha querido dar a las herraduras como talismán de la buena suerte (muy posiblemente de todos los amuletos el más famoso).

Cabe destacar que en algunos lugares se indica que en tiempos de la Antigua Grecia, estos ya le atribuían dones de buena suerte y fortuna a las herraduras, pero no hay ninguna historia/relato lo suficientemente difundida que pueda demostrar que el origen de esta superstición se debe a los griegos y no a la leyenda de San Dustan.

 

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Fuentes de las imágenes: Leo Reynolds (Flickr)  / Wikimedia commons