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‘Argumento ad hominem’: recurrir a la descalificación cuando no se está de acuerdo con alguien

'Argumento ad hominem' recurrir a la descalificación cuando no se está de acuerdo con alguien (Mercedes Milá y JM Mulet)

Numerosos son los ejemplos que, casi a diario, podemos ver en cualquier medio de comunicación o red social en el que, en el trascurso de un debate o discusión, una de las partes ataca al contrario (o a un tercero) utilizando argumentos con los que intenta desacreditarlo, ya sea por su aspecto personal, género, rasgo físico, opción sexual, nacionalidad, cultura o religión.

Esto es conocido como ‘Argumento ad hominem’ que, traducido del latín, significa ‘Argumento contra el hombre’ (la persona) y se trata de una de las falacias más famosas y utilizadas en múltiples discusiones cuando una de las partes en lugar de rebatir lo que la parte contraria dice y argumentar su postura con algo demostrable que le dé la razón lo que hace es ofender al contrincante.

No solo es utilizado en discusiones, sino que en cualquier conversación entre dos personas conocidas una de ellas en un momento dado no esté de acuerdo con algo de lo que expresa la otra y traté de tener razón con ese tipo de falacia.

Algunos ejemplos prácticos:
Los niños pequeños quitan mucha libertad / Tú que sabrás si no tienes hijos
Deberías tomar algo para la alopecia / Y me lo dice uno que parece una bola de billar
Pues a mí me parece una chica monísima / Pero si tú eres homosexual, qué vas a saber de mujeres

Uno de los casos de ‘Argumento ad hominem’ que más ha dado que hablar en los últimos días es el que tuvo lugar la noche del pasado domingo 5 de marzo en el programa Chester in love que presenta Risto Mejide en el canal Cuatro.

El programa de ese día llevaba por título ‘Life’ y la primera invitada (entrevistada) fue Mercedes Milá, gran defensora desde hace unos años de ‘La enzima prodigiosa’ del japonés Hiromi Shinya, un libro sobre una supuesta ‘dieta milagro’ que ha vendido más de dos millones de ejemplares pero ha sido muy criticado por la mayor parte del colectivo científico.

Risto Mejide, buen experto en proporcionar momentos de gran audiencia en los programas en los que trabaja, conociendo el carácter y talante de Mercedes Milá (a la que se le calienta la boca con facilidad, tal y como ha demostrado en otras entrevistas), llevó al plató a José Miguel Mulet (@jmmulet) profesor titular de biotecnología (área de bioquímica y biología molecular) en la Universidad Politécnica de Valencia (entre otras muchas cosas) además de amigo personal mío (de quién he recomendado varios de sus libros en este blog) y gran experto en el tema, quien argumentó, entre otras cosas:

‘No existen enzimas prodigiosas, no hay ninguna enzima madre que se vaya convirtiendo en otras enzimas y no hay alimentos que contengan enzimas’

La respuesta de Mercedes Milá fue un ataque directo a José Miguel Mulet utilizando la táctica del ‘Argumento ad hominem’:

‘Lo primero que te digo es que te leas el libro y adelgaces porque estás gordo’

Una respuesta que ha generado mucha polémica en las redes sociales y medios de comunicación y que quedará como uno de los argumentos ad hominem más famosos de los últimos años.

A continuación podéis visionar el vídeo con ese momento

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Este post, tres horas después de ser publicado, ha conseguido convertirse en la ‘noticia más viral en español’ en twitter

Fuente de la imagen: Captura vídeo Cuatro.com

La verdad del famoso mito sobre tragarse un chicle y que tarda siete años en digerirse

El falso mito de que si te tragas un chicle tarda siete años en digerirse

Quién no ha escuchado alguna vez la advertencia, por parte de nuestros mayores, que tuviera cuidado de no tragarse el chicle porque éste tardaba siete años en ser digerido, ya que se quedaba adherido en las paredes del estómago o taponaba nuestras tripas.

Pues bien, éste como otros muchísimos consejos que nos daban de pequeños no deja de ser un mito inventado por la creencia popular y sobre todo como método de asustar a los más pequeños de la casa con el fin de evitar que mascasen chicle y, en caso de hacerlo, se lo tragasen.

Está totalmente demostrado que es una falacia, no existiendo casos conocidos en el que se haya dado que alguna persona mantuviera en su interior un chicle más tiempo del establecido para ser digerido y expulsado como cualquier otro elemento ingerido.

Un chicle ni se queda pegado en las paredes del estómago (el cual cada tres o cuatro días forma un nuevo revestimiento y por lo tanto se desprendería en ese plazo de tiempo), ni obstruye o tapona las tripas ni conductos de salida (en este caso teniendo en cuenta el hecho de tragarse un chicle, que es de lo que estoy hablando. Diferente sería el tragar de golpe una gran cantidad de chicles que sí podrían hacer un pequeño y momentáneo tapón, pero que podría ser expulsado en poco tiempo –me refiero a un plazo de días, no años-).

El chicle, al igual que todo lo que ingerimos, pasa por el proceso digestivo y se elimina a través de las heces, a veces incluso más rápido que cualquier otra cosa que hayamos comido, ya que muchas gomas de mascar (de las llamadas ‘sin azúcar’) son endulzadas con sorbitol, un componente que tiene efectos laxantes (de ahí que se desaconseje mascar grandes cantidades de ese tipo de chicles).

Para terminar, tan solo queda apuntar que, tal y como indico al inicio del post, el mito de que se tarda siete años en digerirse surge de la necesidad de asustar a los más pequeños de la casa y el hecho de que se utilice el número 7 es por ser un número cabalístico, utilizado para infinidad de cosas y dichos (la superstición de los siete años de mala suerte si se rompe un espejo, las siete vidas de un gato, como número de la buena o mala suerte, los días de la semana, las notas musicales, los pecados capitales, los brazos del candelabro Judío, los chakras, los arcángeles, los siete enanitos, los siete magníficos y un larguísimo etcétera…)

 

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Fuente de la imagen: ccmackay (morguefile)