¿Te has fijado alguna vez que, dependiendo del color de la superficie sobre la que cae, los excrementos de paloma pueden ser blancos o negros? Esto tiene una sencilla respuesta y es que las aves en su mayoría no tienen vejiga (salvo alguna excepción como en el caso del avestruz o el ñandú).
Esto hace que tanto la orina como los excrementos se les mezclen en un mismo depósito (la cloaca) y a la hora de expulsarlo lo haga todo de golpe y en forma de residuo pastoso de un color indeterminado que tanto puede ser blanco como negro.
Ello es debido a que las palomas (y otros muchas aves) producen dos tipos de orina: una líquida (como el pis que normalmente conocemos) y otra pastosa y blanquecina formada de cristales de ácido úrico. En la concavidad que se encuentra al final del intestino (cloaca) va a parar y se junta con los excrementos y restos de comida de aspecto oscuro, siendo expulsadas conjuntamente, aunque se puede ver que esos restos tienen diferentes texturas (líquido, sólido y pastoso).
Y es justo en el momento de impactar sobre una superficie cuando se pude apreciar la tonalidad predominante. Si es sobre algo negro se verá que los restos son blanco y en una superficie clara destacará el negro de las heces.
Ese es el motivo por el que, depende de dónde caiga, los excrementos de paloma se vean de un color u otro.
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