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¿De dónde surge llamar ‘leoninas’ a unas condiciones injustas o abusivas?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan de dónde surge llamar ‘leoninas’ a unas condiciones injustas o abusivas.

¿De dónde surge llamar ‘leoninas’ a unas condiciones injustas o abusivas?

Cuando dos o varias personas firman un contrato o llegan a acuerdo y una de las partes sale más beneficiada que el resto, debido a imponer unas condiciones injustas o abusivas, se dice que se trata de un ‘contrato leonino’ o también en la forma ‘clausulas leoninas’, ‘condiciones leoninas’

El origen de utilizar el término ‘leonino’, para señalar ese abusivo trato, lo encontramos en una de las fábulas escritas por el autor griego Esopo (siglo VI a.C.) llamada ‘La parte del león’ y que explica cómo un león se asoció junto a otros tres animales (una vaca, una cabra y una oveja) para cazar un ciervo y a la hora de realizar el reparto el felino se quedó con las cuatro partes del animal, dando como respuesta, ante las quejas de sus socios de cacería, que le correspondía la primera parte por el solo hecho de ser el león, la segunda por ser el más fuerte de todos, la tercera porque se lo merecía más que los demás y la cuarta y última porque le daba la gana (cabe destacar que dicha fábula ha sufrido numerosísimos cambios y diferentes traducciones a lo largo de la historia y, según la fuente que se consulte, explicará las razones del león de un modo u otro e incluso cambia el tipo de animales con los que se asocia el león).

A partir de esta fábula, cada vez que alguien quiere sacar una mayor ventaja que sus socios, en algún tipo de acuerdo o contrato, se indica que está imponiendo unas condiciones leoninas.

 

 

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Fuente de la imagen: pxhere

¿Cuál es el origen de la expresión ‘poner el cascabel al gato’?

¿Cuál es el origen de la expresión 'poner el cascabel al gato'?

‘Poner el cascabel al gato’ o ‘¿Quién pone el cascabel al gato?’ (y otras variantes) son de esas frases proverbiales que se utilizan ante una dificultad y la imposibilidad de llevar a cabo alguna tarea que acarreará cierto peligro. Un grupo de personas podrán ponerse de acuerdo en la conveniencia de realizar un acto que beneficiará al colectivo, pero el riesgo que comporta realizarlo provocará que no haya voluntarios para ponerlo en práctica.

Se utiliza la figura del gato debido a que dicha expresión se originó a raíz de una antiquísima fábula que versaba en la historia de un grupo de ratones que deseaban salir de la ratonera para ir a buscar comida pero que les era imposible hacerlo debido a que siempre eran sorprendidos por el felino que habitaba en aquel lugar. Tras reunirse los roedores decidieron que una buena idea para enterarse cuándo se acercaba el gato sería colocándole a éste un cascabel, pero ¿quién sería el valiente que se lo pondría?: Ninguno se presentó voluntario.

Son numerosísimas las fuentes señalan como origen de la expresión a Félix Lope de Vega, uno de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro español, debido a que dicha fábula estaba introducida en la comedia ‘La esclava de su galán’ (publicada 1647, doce años después del fallecimiento del escritor madrileño) y que fue puesta en boca de Pedro (uno de los personajes) en la escena IX del primer acto:

El cuento viejo ha venido
aquí a pedir de cogote.
Juntáronse los ratones
para librarse del gato,
y después de un largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
guardarse mejor podían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo,
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
«¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?»

Pero realmente Lope de Vega no fue el primero en escribir dicha fábula, sino que mucho antes que él hubo hubo otros que también lo hicieron.

¿Cuál es el origen de la expresión 'poner el cascabel al gato'?La primera referencia que existe es la que señala al fabulista griego del siglo VI a.C. Esopo, a quien se le atribuye la fábula ‘El gato y los ratones’ (en algunos lugares se encuentra bajo el título ‘Los ratones y el gato’):

Una gran familia de ratones vivía en una gran mansión. La vida fue siempre buena con ellos ya que siempre había comida en abundancia, sobre todo en la cocina.
Pero un día, el dueño de la casa trajo un gato. Desde entonces la vida de los ratones fue miserable.
El gato merodeaba día y noche. Los ratones no osaban salir de sus madrigueras porque el gato estaba siempre al acecho.
Con el paso de los días los ratones estaban más y más débiles porque no se aventuraban a salir de sus madrigueras para buscar comida.
Finalmente, un viejo ratón dijo: “No podemos continuar así o moriremos de hambre y de sed muy pronto. Tenemos que encontrar un modo de ocuparnos del gato”.
“Efectivamente, tenemos que idear un plan” dijo otro ratón. “Reunámonos todos los ratones esta noche y veamos si podemos pensar en algo”.
Enseguida anocheció. Todos los ratones se habían juntado en el lugar acostumbrado de reunión en la casa.
El ratón más anciano se aclaró la voz y dijo: “Estoy seguro de que ninguno de nosotros ha sido feliz últimamente debido a nuestro común enemigo, el gato”.
Todos los ratones asintieron con la cabeza.
El anciano ratón continuó: “Tenemos que actuar juntos y pensar en un plan para deshacernos del gato sino un día vamos a acabar siendo su comida”
Uno de los ratones sugirió matar al gato y a todos los demás le pareció una buena idea.
De modo que los ratones empezaron a idear la mejor manera para matar al gato. Pero tan pronto como uno proponía un plan los demás lo rechazaban porque era inviable.
Por fin, un joven ratón dijo: «Es posible que no podamos matar al gato pero quizás podamos pensar en algo para saber su paradero. De esa forma, cuando sepamos que viene tendremos tiempo para salir corriendo”
Los otros ratones aplaudieron la propuesta.
El joven ratón continuó: «Tengo un plan. Es realmente simple. Todo lo que tenemos que hacer es colgar un cascabel alrededor del cuello del gato. Por donde vaya sonará.
Si el cascabel es grande podremos incluso escuchar cuando el gato está viniendo antes de que esté demasiado cerca».
Todos los ratones saltaron de alborozo y aplaudieron la idea.
De repente, un ratón sabio dijo: “Esa es una idea brillante. Ahora.. Quién pondrá el cascabel al gato?”

Posteriormente otros muchos fueron los escritores y fabulistas que escribieron textos similares, como es el caso del clérigo inglés Odo de Cheriton quien en el siglo XIII publicó la obra en latín ‘Fabulae, Narrationes o Parabolae’ y que en la España Medieval fue traducido por un monje anónimo bajo el título ‘Libro de los gatos’, en el que Cherinton, en clave de metáfora, hacía una crítica a ciertas situaciones que vivían algunos clérigos de la época (nombrados en el texto como mures, forma antigua de referirse a los ratones) respecto a algún prelado u obispo (gato).

El texto (en castellano antiguo) dice lo siguiente: Lee el resto de la entrada »