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¿Cuál es el origen del famoso saludo ‘ciao’?

Esta popular palabra (conocida en el mundo entero aunque no hables italiano) se puede utilizar tanto para decir “hola” como “adiós” indistintamente, en un contexto informal, y de ella deriva la castellanización “chao” (que se pronuncia  igual) y que en nuestro caso suele limitarse a las despedidas. Muchos son los países de Latinoamérica que utilizan este saludo en el modo “chau”.

Entre las variantes de la palabra ciao que se usa en otros países, podemos encontrarnos que los alemanes dicen tschüß/tschau, los portugueses tchau o lo checos čau (pronunciado chau). Entre los de habla inglesa alcanzó una gran popularidad  a raíz del libro “Adiós a las armas” de Ernest Hemingway, publicado en 1929, en el que el famoso escritor la utilizó, debido a que la historia transcurre en el noroeste de Italia.

Pero, ¿de dónde proviene su etimología? Hay que retroceder unos cuantos siglos e irnos directamente al dialecto véneto, en el que s’ciavo (que pasó a ser s’ciao y finalmente ciao) significaba esclavo (en italiano schiavo) y era utilizado por los esclavos para dirigirse a sus señores con el significado de  “soy su esclavo”, “servidor suyo”, “a sus órdenes”.

Otra variante, sin embargo, explica que no puede atribuirse directamente a los esclavos pero sí a las personas que pretendían expresar una posición de inferioridad o respecto a su interlocutor mediante esta fórmula “schiavo vostro” también bastante utilizada en castellano en su símil “para servirle”, “servidor de usted” o “a su servicio”.

 

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¿Cuál es el origen de los Sanfermines?

Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio, siete de julio…  ¡San Fermín!

Esta canción de pegadiza melodía es la que nos recuerda cada año que por estas fechas ha llegado una de las fiestas más populares y multitudinarias que se celebran en España: los Sanfermines.

Debemos retroceder hasta la Edad Media para encontrar las primeras referencias a la festividad de San Fermín quien, a pesar de lo que la mayoría de personas creen, no es el patrón de Pamplona sino de Navarra, título que comparte con otro insigne de la comunidad: San Francisco Javier.

San Fermín fue un mártir nacido en la ciudad de Pompaelo (actual Pamplona) y murió, recién iniciado el siglo III dC, a manos de los romanos en la población de Amiens (Francia), en donde ejercía como obispo. En el siglo XII, el obispo Pedro de Artajona llevó a Pamplona un hueso de la cabeza del santo como reliquia  y al que se le veneraba y realizaba una procesión cada 10 de octubre.

Hacia finales del siglo XVI y debido a las inclemencias del tiempo, que había en el mes de octubre en tierras navarras, el consistorio pamplonés solicitó al obispo de Pamplona el traslado de la festividad, adelantándola así tres meses en el calendario, con lo que  la hicieron coincidir con las grandes ferias comerciales que se celebraban en la ciudad a lo largo de un mes y que iban desde San Juan (24 de junio) hasta Santiago (25 de julio).

La fecha escogida fue el 7 de julio y desde 1591 se oficializó ese día como celebración de la festividad de San Fermín.

Las ferias comerciales  llevaban hasta la ciudad de Pamplona a mercaderes y ganaderos que trasladaban sus mercancías y animales; aprovechando para realizarse algunas corridas de toros, las cuales coincidían con los festejos y procesiones de carácter religioso y con los institucionales promovidos por el consistorio, que se componía  de torneos de lanzas, danzas callejeras y obras de teatro.

Los famosos encierros que todos conocemos se vienen celebrando ya desde entonces (Edad Media) y se realizaba como modo de entrada a Pamplona de los toros de lidia que se llevaban para participar en las corridas que se  celebrarían en los siguientes días. Los mozos de la población salían a la espera de la llegada de los ganaderos quienes llevaban a los animales sueltos y los iban guiando corriendo junto a ellos ayudados de varas y sus propios gritos y así conducirlos hasta los corrales, donde permanecerían encerrados hasta el momento de la lidia.

Con el transcurrir de los siglos las celebraciones religiosas y paganas se fueron unificando hasta convertirse en la fiesta de los Sanfermines tal y cómo las conocemos actualmente. Ya entrados en el siglo XX se fueron añadiendo otros elementos a la celebración, como el Riau riau (1914), el chupinazo o los famosos cánticos como el ‘pobre de mí’ al finalizar las fiestas.

Los Sanfermines alcanzaron la fama internacional a raíz de la publicación del libro “Fiesta” (The sun also rises) que en 1926 escribió Ernest Hemingway.

Por cierto, el patrón de Pamplona es San Saturnino de Tolosa (Cernin)  cuya festividad es el 29 de noviembre.

 

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Fuentes de consulta: turismo.navarra / sanfermines / wikipedia 1 y 2
Créditos imágenes: Chupinazo Sanfermines (deviajepornavarra) / Sexto Encierro Sanfermines 2011 (Susana Vera / REUTERS) / Ernest Hemingway firmando un autógrafo a un sacerdote en los Sanfermines del año 1959. (Julio Urbiña / Paris Match)

El curioso origen de los libros de bolsillo

El origen de los libros de bolsillo fue en 1935 a raíz del viaje que efectuó Allen Lane con motivo de la visita que realizó a Agatha Christie en su casa de verano en Greenway, en el condado de Devon (sudoeste de Inglaterra).

Lane era, por aquel entonces, director de la editorial The Bodley Head y estando en la estación de tren decidió comprar algo para leer durante el viaje. Se encontró con que solo vendía periódicos, revistas y algún pesado y grueso libro victoriano, muy incomodo de transportar.

De regreso de su viaje comenzó a idear un tipo de libro que fuese tan fácil de adquirir y transportar como una cajetilla de tabaco… Ahí nació Penguin Books [libros pingüinos], una pequeña división dentro de la editorial The Bodley Head que se encargaría de la edición de libros de bolsillo.

Los lugares de venta de estos libros no solo serían las típicas librerías, sino que abarcaría también a los comercios situados en estaciones ferroviarias, estancos y cadenas de tiendas.

El verano de 1935 salieron a la venta los primeros ejemplares de libros de bolsillo de la editorial Penguin Books. Los autores elegidos fueron Ernest Hemingway, André Maurois y Agatha Christie.

Los libros iban catalogados por colores (naranja para la ficción, azul para los biográficos y verde para el suspense) y el precio de cada ejemplar era solo de seis peniques, el mismo precio que tenía un paquete de cigarrillos.

Rápidamente los libros de bolsillo se popularizaron y en 1936 Penguin Books se independizó como editorial. Al año ya había vendido más de tres millones de ejemplares

 

 

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Fuente de consulta: Penguin Books