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La insalubre costumbre de beber agua de un vaso que lleva varios días en la mesita de noche

La insalubre costumbre de beber agua de un vaso que lleva varios días en la mesita de noche

Posiblemente, la mayoría de vosotros tiene la costumbre de tener un vaso de agua en la mesita del dormitorio del que bebe durante la noche cuando le entra sed. Este es uno de los actos que más personas repiten cada noche, pero muy pocas de ellas son las que cambian el recipiente o su contenido a diario.

Suele dejarse el mismo vaso durante varias noches seguidas y muchas son las ocasiones en las que el agua es la misma o se va rellenando una vez tras otra echándole agua que se mezcla con la que ya contenía.

En esta repetida e insalubre costumbre es donde se encuentra el verdadero motivo de algunos casos en los que hayamos podido enfermar levemente, tenido ocasionalmente fiebre o haber padecido alguna gripe intestinal.

El hecho de utilizar el mismo vaso un día tras otro y además aprovechar el mismo líquido hace que ese recipiente se convierta en un perfecto lugar donde crearse un cultivo de bacterias y microorganismos que posteriormente ingerimos a la hora de beber.

Además debemos tener en cuenta que ese vaso suele estar descubierto (muy pocas personas colocan un platito o algo que haga de tapa), por lo que todo lo que está pululando por el ambiente de la alcoba puede ir a caer ahí dentro (sin mencionar las veces que tosemos, estornudamos o lo hace la persona con la que compartimos cama). Todo eso sin tener en cuenta que muchas son las parejas que beben de un mismo vaso (motivo por el que el riesgo es doble) e infinidad de factores (algunos de higiene bucodental) que pueden hacer que continuamente las bacterias vayan a parar al vaso, entren en contacto con el agua y acaben convirtiéndose (como ya he comentado en el párrafo anterior), en un cultivo de bacterias de donde podría surgir alguna infección -tras ingerirlo- que acabaría provocándonos una enfermedad.

Es aconsejable que se utilice el mismo vaso como máximo cinco días seguidos (mejor si se cambia a diario), pero siempre tirando el líquido de la noche anterior y rellenando de nueva agua cada jornada.

 

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Fuentes de consulta: prevention / cienciaxplora / foxnews
Fuente de la imagen: Alfred López (@yelqtls)

El curioso e histórico origen de llamar alcoba a los dormitorios

El curioso e histórico origen de llamar alcoba a los dormitorios

Si buscamos en cualquier diccionario los diferentes sinónimos para referirnos a un dormitorio podremos encontrarnos que nos ofrece los siguientes resultados: habitación, cuarto, estancia, aposento, cámara, recámara, pieza, cuchitril y alcoba. Y es precisamente ese último del que explicaré, en esta ocasión, su curioso e histórico origen etimológico.

Como muchas de las palabras que empiezan con al- (equivalente al artículo el o la en español), la palabra alcoba es de origen árabe [al-qubbah]. La segunda parte de la palabra -coba [qubbah] significa cúpula, por lo que en su origen, el término al-qubbah significaba literalmente «la cúpula».

En tiempos de la presencia musulmana en España muchas eran las construcciones que éstos hacían en el que una de las estancias tenía una cúpula. Ese lugar solía ser el destinado para los objetos más valiosos y sagrados.

Eran habitáculos espaciosos, con buena ventilación y fácil acceso, por lo que tras la reconquista y expulsión de los árabes por parte de los Reyes Católicos se tomaron esas edificaciones y sus nuevos inquilinos empezaron a utilizar esas estancias con cúpula (alcobas) como dormitorio principal, de ahí que haya llegado hasta nuestros días con tal significado y sigamos utilizando el término.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘cementerio’?

¿Cuál es el origen del término ‘cementerio’?

Como es habitual en aquellos lugares con predominio del cristianismo, cada primero de noviembre infinidad de personas acuden a los cementerios para visitar las tumbas de sus difuntos, rezarles una oración o llevarles flores. Esta tradición originalmente se realizaba el 2 de noviembre que es la fecha en la que cae el Día de los Santos Difuntos y que la iglesia católica dedicó a las almas de los fallecidos, pero al no caer en festivo se comenzó a realizar el día 1.

Pero, tal y como indico en el título, el post de hoy trata sobre el origen del término ‘cementerio’ que es el nombre con el que conocemos habitualmente al lugar destinado para dar entierro a los fallecidos.

El término cementerio tiene mucho que ver con el cristianismo y cuando éste comenzó su expansión, ya que se impuso a la palabra que, hasta aquel momento, se usaba para designar a los emplazamientos donde se realizaban los entierros: necrópolis.

La palabra necrópolis (de origen griego) significa literalmente ‘ciudad de los muertos’ (necro: muerte, polis: ciudad).

Ante la creencia cristiana de que la muerte solo es un tránsito y, por tanto, al fallecer lo que se hacía era ‘dormir’ para posteriormente ‘resucitar’ se sustituyó el termino necrópolis por el de cementerio, cuyo significado literal es ‘dormitorio’.

Cementerio proviene del latín vulgar cemeteriu’, éste del latín culto ‘coemeterium’ que a la vez venía del griego ‘koimeterion’ -κοιμητήριον-: lugar donde dormir/dormitorio (koimo: dormir/estar echado/acostarse, -terion: sufijo de lugar).

Al castellano nos llegó como ‘cemeterio’ (desde el latín vulgar cemeteriu), pero a través de los siglos se le coló al término una ‘n’ intercalada, la cual los expertos se dividen entre dos motivos las posibles causas de que el término acabase siendo conocido por todos como ‘cementerio’ y no ‘cemeterio’. Por un lado por la facilidad a la hora de ser pronunciada, ya que es mucho menos complicada hacerlo con esa ene extra. Por otro lado, muchos son los que defienden la hipótesis de que hubo quien confundió el origen etimológico de la palabra y se lo adjudicó al término latín ‘caementa’ (piedra quebrada) que derivó en ‘cemento’, al utilizarse esta argamasa para construir y cerrar las tumbas/nichos/mausoleos.

 

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Fuentes de consulta: RAE 1 / RAE 2 / etimologias.dechile 1 / etimologias.dechile 2 / etimologias.dechile 3 / etimologiasymitologia / diocesisdecanarias
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El falso mito sobre el peligro de dormir en una habitación con plantas

El falso mito sobre el peligro de dormir en una habitación con plantas

Este es uno de los mitos más comunes y más repetidos hasta la saciedad por nuestras madres y abuelas que insistían en que no se podían tener plantas en los dormitorios debido a que éstas, durante la oscuridad de la noche, absorben oxígeno y liberan dióxido de carbono. Incluso muchos son los hospitales en los que cuando llega la hora de dormir las enfermeras o familiares del paciente retiran las flores o plantas y las dejan en los pasillos.

En realidad la persona que tiene en su dormitorio alguna planta (o incluso varias) no corre peligro alguno de morir por falta de oxígeno. El consumo que hacen las plantas de este elemento, tan necesario para nosotros para poder vivir, es mínimo en comparación al que tiene cualquier ser humano e incluso animal. Lo curioso del asunto es que, quienes defienden la teoría de que hemos de retirar las plantas, en ningún momento se plantean si corremos peligro o no por compartir el dormitorio con otras personas.

De correr algún peligro por quedarnos sin oxígeno todos dormiríamos en habitaciones individuales. Si os ponéis a pensar, podréis recordar un buen puñado de ocasiones en las que habéis compartido y dormido en un mismo cuarto con otras personas (en unas colonias junto a docenas de niños y niñas, en la mili, en un albergue, con vuestros hermanos o primos…) o incluso con algún animal de compañía.

Otro de los motivos por el que es prácticamente imposible quedarse sin oxígeno por la noche al dormir junto a plantas es porque los dormitorios no son unas estancias que quedan cerradas herméticamente. Aunque se cierren las ventanas y puerta siempre hay alguna rendija por la que, por poco que sea, entra oxígeno a la habitación.

 

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¿De dónde surge llamar ‘camarada’ a un compañero de partido político?

¿De dónde surge llamar ‘camarada’ a un compañero de partido político?

A través del apartado de contacto, Neus Vilaseca me pregunta sobre el origen de utilizar el término ‘camarada’ para referirse al compañero de filas o partido político y que tanto se utilizó en la extinta Unión Soviética

Los historiadores apuntan que el origen del término camarada proviene del mundo militar, en el que grupos de ocho o diez miembros de un mismo regimiento vivían en una misma ‘cámara’ (estancia, alojamiento, dormitorio), de lo que surgió el vocablo ‘camarada’ como sinónimo de aquellos que compartían aposento.

Muchos eran los casos en los que los militares que compartían una misma cámara eran de diferentes rangos, mezclándose en una misma estancia soldados rasos y oficiales, y aunque en los cuarteles y campos de batalla sí que existía y se aplicaba las diferentes jerarquías, a la hora convivir la buena y cordial relación que los unía propició que surgieran otras palabras como ‘camaradería’.

En esta ‘no diferenciación de rangos’ es en lo que se basaron los bolcheviques durante la revolución rusa, dando un trato de camarada (en ruso ‘továrishch’) entre todos los componentes de una misma unidad militar y posteriormente del partido comunista e incuso entre los ciudadanos soviéticos, algo que hizo que otros partidos políticos de signo marxista del resto del planeta utilizasen ese término para llamarse así entre sus militantes.

 

 

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Fuente de la imagen: nan-says (deviantart)