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‘Efecto Coolidge’, el fenómeno de comportamiento sexual que tomó su nombre del presidente de los EEUU

‘Efecto Coolidge’, el fenómeno de comportamiento sexual que tomó su nombre del presidente de los EEUU

Calvin Coolidge, trigésimo Presidente de los Estados Unidos (1923-1929), fue conocido por ser un hombre de pocas palabras y de trato difícil con los demás debido a su peculiar y reservada forma de ser. Sin embargo, a la hora de gobernar y legislar tenía mano dura y no dudaba ni un segundo en aplicar leyes impopulares, si estaba convencido que con ellas se solucionaría un problema, a pesar que eso le reportase ganar enemigos y perder votos.

A pesar de esta reservada forma de ser y proceder, al señor Coolidge se le atribuye, junto a su esposa Grace Goodhue, una divertida anécdota (más leyenda que historia) que dos décadas después sirvió para dar nombre a un curioso fenómeno sobre el comportamiento sexual en los mamíferos.

Pero primero vamos con una breve explicación sobre este fenómeno y finalizaremos el post con la curiosa anécdota…

El ‘Efecto Coolidge’, descrito en psicología y biología, hace referencia al comportamiento y respuesta de un mamífero ante sus relaciones sexuales con una o varias parejas y cómo el ‘periodo refractario’  (tiempo de recuperación entre una y otra relación sexual) puede aumentar o disminuir dependiendo de si va a repetir el acto con una nueva pareja o con la misma. Según los expertos, en los humanos esto afecta más a los hombres que a las mujeres.

Por poner un ejemplo… En condiciones normales, un hombre tras realizar el acto sexual necesita de ese periodo de recuperación para volver a ponerse en el asunto. Evidentemente, ese tiempo puede ser mayor o menor dependiendo del individuo, edad y otras circunstancias.

‘Efecto Coolidge’, el fenómeno de comportamiento sexual que tomó su nombre del presidente de los EEUUA través del bautizado como Efecto Coolidge se determinó que el tiempo de recuperación suele ser muchísimo menor cuando es con otra pareja con quien se va a realizar el acto y se retarda el periodo refractario post-eyaculatorio si por el contrario se trata de volverlo a hacer con la misma pareja.

Este fenómeno se debe a que ante una nueva pareja/relación sexual los niveles de dopamina se incrementan, como si de un nuevo reto/premio se tratase, lo que nos condiciona a estar activos mucho más rápido y con más ganas de satisfacer a esa nueva pareja sexual. Por el contrario, nuestro sistema límbico no recibe ese subidón de estímulos emocionales tan rápidamente cuando es con la misma pareja con la que queremos repetir el encuentro sexual, alargándose el mencionado periodo refractario que necesitamos para ponernos de nuevo en marcha.

Se ha determinado que en el caso de las mujeres el Efecto Coolidge es irregular y no todas se comportan del mismo modo ante situaciones en las que debe tener un encuentro sexual múltiple con una misma pareja o diferentes, sin embargo este patrón no suele fallar cuando se trata de un hombre el que tiene que tener ración extra de sexo.

Volviendo a Calvin Coolidge, con quien encabezaba el post  y sobre el porqué a ese fenómeno se le bautizó con su apellido, cabe destacar que todo se debe a una anécdota explicada (a modo de chascarrillo) por Frank A. Beach, famoso etólogo co-autor del estudio ‘Patrones de comportamiento sexual’, durante una conferencia ofrecida en 1955…

Resulta que el matrimonio Coolidge realizó una visita oficial a una granja experimental de gallinas y les mostraban por separado las diferentes áreas de aquellas instalaciones. En una de esas salas se encontraban varios gallos manteniendo relaciones sexuales sin parar, algo que llamó la atención de la señora Coolidge quien preguntó al encargado de la visita por la frecuencia de los apareamientos entre los gallos y las gallinas, siendo contestada que eran de una docena de veces al día aproximadamente. Sorprendida por la respuesta, la Primera Dama dijo:

«Cuénteselo al presidente cuando pase por aquí»

Cuando llegó el turno de Calvin Coolidge de pasar por aquella sala y tras explicarle la frecuencia con la que los gallos se apareaban, el presidente preguntó si esa docena de veces lo hacían con la misma gallina todo el rato y la respuesta de la persona que le estaba atendiendo fue que evidentemente no, que lo hacía con diferentes gallinas, a lo que Coolidge dijo categóricamente:

«Pues entonces cuénteselo a la señora Coolidge»

Evidentemente no hay constancia alguna de la veracidad de esta anécdota que más bien puede tratarse de un chiste que surgió a raíz del carácter reservado, áspero y taciturno del presidente y sobre todo a su profunda religiosidad.

 

 

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Fuente de las imágenes: Wikimedia commons 1 /  Wikimedia Commons 2
Parte de este post forma parte de una colaboración que escribí para Naukas, el 8 de septiembre de 2014, con el título ‘El presidente estadounidense que dio nombre a un curioso fenómeno de comportamiento sexual’

¿Por qué nos enamoramos?…el proceso químico del amor

¿Por qué nos Enamoramos?

El enamoramiento se trata de un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas como la secreción de fluidos, olores, dilatación y erección.

Todo comienza con la atracción que sentimos por una persona en especial que no sólo nos agrada físicamente sino que tiene algo que lo convierte en el blanco de nuestra atención; para entonces nos hemos convertido en víctimas de las feromonas, sustancias volátiles aromáticas propias de cada persona que provocan reacciones de atracción en el sexo opuesto y son percibidas inconscientemente a diferencia de otros aromas como el de los perfumes, lociones y cremas. La feromonas se encuentran principalmente en la zona de las axilas y los genitales.

En esta fase de atracción y enamoramiento donde lo que predomina son las reacciones de excitación y deseo en lugar de la razón. La causante es la feniletilamina que a su vez desencadena la producción de dopamina o norepinefrina, es decir, anfetaminas cerebrales que producen esa sensación de desasosiego. Sin embargo el mismo cerebro para restaurar los síntomas de este dopaje segrega endorfinas y encefalinas que permiten una sensación de paz, calma y seguridad.

Pero en el enamoramiento no sólo queremos pasión, también surge la necesidad de fomentar una relación de vinculación y afecto con la pareja originado por la acción de la Oxitocina, una hormona que provoca la necesidad de crear lazos permanentes entre los amantes, y las madres con los hijos. Ésta se produce tras un trabajo de parto o la sensación de un orgasmo, desencadenando cambios en las conexiones nerviosas de los miles de millones de circuitos cerebrales, es como un interruptor central que provoca nuevos patrones de interacción entre las células.

Un ejemplo de este efecto producido por la oxitocina, de acuerdo con estudios de la universidad de Edimburgo, es el de los ratones de pradera que después de su primer encuentro sexual que dura como mínimo 48 horas, liberan grandes cantidades de esta hormona, lo que ocasiona una relación de fidelidad con la misma pareja durante toda su vida. A su vez la fase de la pasión o, en términos menos románticos, neuroendócrina es regulada por la producción de serotonina y melatonina, sustancias antidepresivas que provocan sensaciones de nerviosismo, alegría y felicidad. Actúan incrementando la actividad sexual, cardiovascular y digestiva. Claro está que tanta emoción no podría suceder sin la presencia de la famosa adrenalina que es segregada por las glándulas suprarrenales. Este proceso de vértigo resulta tan excitante y adictivo que desearíamos que nunca terminase, sin embargo el llamado enamoramiento tiene un lapso de 18 a 30 meses de duración, tras lo cual el organismo comienza a hacerse resistente a este bombardeo de sustancias químicas, que aunque se encuentran presentes comúnmente en el organismo, sólo durante la etapa de enamoramiento trabajan en conjunto. Por ello resulta tan difícil y hasta depresiva una situación de separación en la pareja mientras nos encontramos enamorados.

Afortunadamente para esos cuasi insoportables momentos, existe un antídoto maravilloso: El chocolate, alimento rico en feniletilamina, que ayuda a suplir esa abstinencia; también es aconsejable la práctica intensa de ejercicio para regular la producción de adrenalina y serotonina. Se dice que este cocktail del enamoramiento permanece durante el tiempo necesario para que la pareja se conozca, se relacione y tenga hijos.

Pero si el plan consiste en tener una relación amorosa por más tiempo, habrá que hacer uso de herramientas como la creatividad, cultivar la amistad y el interés continuo por el compañero, a fin de conservar esa sensación de paz y felicidad que a todos nos encanta.

 

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Fuente: mujertotal.com
Fuente de la imagen: pexels