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¿Por qué hay personas que se despiertan justo antes de que suene el despertador?

¿Por qué hay personas que se despiertan justo antes de que suene el despertador?

A la mayoría de personas nos cuesta muchísimo despertar por la mañana y lo hacemos gracias a que el despertador nos avisa de que ha llegado la hora de ponerse en pie y comenzar la jornada, pero sin embargo hay quien tiene la facultad de despertarse y abrir los ojos justo un instante antes de la hora programada y sin que haga falta que suene el despertador.

Esto es debido a lo que se conoce como ‘ritmo circadiano’ o ‘reloj biológico/interno’, por el cual nuestro organismo (y el de los seres vivos en general) se sincroniza con nuestras necesidades y rutinas.

El cuerpo nos avisa cuándo es la hora de comer proporcionándonos la sensación de tener hambre (solemos escuchar el rugido de nuestro estómago y si nos pasamos de la hora incluso nos ponemos de mal humor), también nos indica que ha llegado el momento de acostarnos haciéndonos entrar sueño (y bostezos) ocurriéndonos lo mismo con el momento de levantarnos para empezar nuestra jornada: nos despertamos (en algunas ocasiones) antes de que suene el despertador.

Evidentemente esto último no le ocurre a todas las personas, siendo más frecuente que les pase a aquellas que llevan un modo de vida meticuloso y rutinario: se despiertan, comen y se acuestan siempre a la misma hora, ya sea día laborable, festivo o estén de vacaciones.

Pero también podemos encontrarnos con que, de forma excepcional, hay ocasiones puntuales en las que debemos levantarnos a una hora inhabitual a la nuestra (hemos de salir de viaje, acudir a una entrevista de trabajo, hacer un examen…) y sin que suene el despertador nos despertamos justo un instante antes de la hora que hemos programado el despertador. Ahí no solo ha intervenido nuestro reloj biológico, sino una serie de hormonas que son las encargadas de que nuestro cerebro esté ‘alerta’, ya que, sin ser conscientes, hemos dado instrucciones a éste de nuestra necesidad de levantarnos ese día a una hora que no es la habitual.

Cabe destacar que gracias al ritmo circadiano somos conscientes de en qué momento del día nos encontramos y el motivo por el que personas que pasan una temporada aisladas (y sin reloj) pueden saber cuándo les toca ir a dormir, comer o levantarse (evidentemente según pasa el tiempo de aislamiento se les va desajustando el reloj interno).

 

 

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Fuentes de consulta: sciencedaily / xatakaciencia / huffingtonpost / nature
Fuente de la imagen: barkbud (Flickr)

La curiosa profesión de los ‘despertadores humanos’

La curiosa profesión de los ‘despertadores humanos’A raíz de la industrialización de muchas poblaciones, a partir de mediados del siglo XIX, muchas fueron las personas que se integraron al mercado laboral, teniendo que ir a trabajar a fábricas y empresas de reciente creación.

Hasta aquel entonces la mayoría de trabajos habían sido en el mundo rural, como artesanos u oficios en negocios propios, por lo que los horarios de levantarse y empezar una jornada laboral dependía de cada uno. Unos se levantaban con el primer canto del gallo, otros con el repicar del campanario de la iglesia y había quienes lo hacían tal y como asomaba el sol por la ventana. Esos eran sus rudimentarios despertadores en una época en la que nadie los solía tener.

Pero la industrialización también trajo el cumplir unos horarios y, por lo tanto, tuvieran que levantarse a una hora concreta que no siempre coincidía con la salida del sol o el primer canto del gallo.

La curiosa profesión de los ‘despertadores humanos’Este es el motivo por el que se creó en algunas poblaciones la figura del ‘despertador humano’ (en inglés ‘knocker-up’), personas que iban recorriendo las calles con el encargo de despertar a los trabajadores con el fin de que no llegasen tarde a sus empleos.

Estos personajes iban provistos de una vara o caña de bambú con la que golpeaban la puerta o ventana de la persona a despertar. Hasta que ésta no se asomaba, y quedaba constancia de que ya se había levantado, el despertador humano no se retiraba de aquel lugar.

La medida tuvo mucha popularidad y muchas las personas que ejercieron este oficio, la mayoría jubilados y algunos policías que, para llevarse un sobresueldo, realizaban esta tarea mientras hacían la ronda de vigilancia, pero también algunas mujeres (entre ellas Mary Smith, quien utilizaba la curiosa técnica de usar una pequeña cerbatana con la que lanzaba piedrecitas o frutos secos -cacahuetes- contra las ventanas).

La curiosa profesión de los ‘despertadores humanos’ - Mary Smith

 

 

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Fuentes e imágenes: baldockhistory (pdf) / 18thcand19thc / Pinterest / recuerdosdepandora (Flickr)

¿Cuál es el origen del despertador?

El prototipo más antiguo fue inventado por los griegos en torno a 250 a. C. Construyeron un despertador que funcionaba con la marea: cuando el nivel del agua llegaba a un determinado nivel, hacía sonar un pájaro mecánico. Tal y como lo conocemos hoy, lo inventó un relojero, Levi Hutchins, en 1787.

Entonces, la gente confiaba en el sol para despertarse, pero a las 4 de la mañana, la hora en que se levantaba Hutchins, no había sol. Así que el relojero colocó una palanca en el número 4, que a su vez hacía sonar una campana cuando la manecilla llegaba a la hora. Cuentan que Leonardo Da Vinci hizo un diseño de reloj despertador que muchos consideraban más como una broma que como un proyecto serio. Constaba de un platillo redondo sostenido por un tubo que funcionaba como una palanca de dos brazos. En el otro extremo del tubo había un platillo plano que contenía agua, de este extremo salía una cuerda que se ataba a los píes del durmiente. Cuando el platillo redondo se llenaba hasta la mitad, resultaba más pesado que el plano, y hacía oscilar éste, vertiendo el agua a través del tubo hasta el platillo redondo y tirando violentamente de la cuerda atada al tobillo del «bello durmiente».

 

 

(Fuentes: Quo / centros5.pntic.mec)