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¿Cuál es el origen del término ‘incunable’?

El término ‘incunable’ se utiliza para designar las obras impresas durante los primeros años de la historia de la imprenta (entre 1450 y el último día del año 1500).

¿Cuál es el origen del término ‘incunable’?

Etimológicamente proviene del francés incunable, y a su vez derivaba del latín incunabŭla, que significaba literalmente ‘en la cuna’, expresión tomada del título ‘Incunabula typographiae’, un catálogo publicado en Ámsterdam en 1688 que registraba las primeras obras impresas.

Ese periodo de medio siglo (en el que se incluyen los ‘incunables’) son de los primeros años de la imprenta, inventada por el alemán Johannes Gutenberg quien finalizó, alrededor de 1454, su primera obra impresa: la ‘Biblia de Gutenberg’.

El ‘Sinodal de Aguilafuente’, datado en 1472, está considerado como el primer libro impreso en España (y en español). Este incunable presenta las actas del sínodo diocesano celebrado en la población de Aguilafuente (Segovia) en junio de ese año, convocado por el obispo Juan Arias Dávila.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘linaje’?

Conocemos como linaje a la ascendencia o descendencia de una familia, especialmente noble (tal y como nos indica el diccionario de la RAE).

¿Cuál es el origen del término ‘linaje’?

Etimológicamente el castellano lo tomo del catalán ‘llinyatge’ (de exacto significado) y este lo tomó  del vocablo en latín ‘lineāticus’, que hacía referencia a lo ‘relativo a una línea o estirpe’. El término estaba formado a partir de término latino ‘linea’ (línea) y el sufijo ‘-aticus’ (que indica relación o pertenencia).

En la Edad Media, la palabra linaje se utilizaba para referirse a la ascendencia o la genealogía de una persona, especialmente en lo que se refiere a su pertenencia a una familia de nobleza o de alta posición social y, con el tiempo, el término se amplió para incluir la idea de un grupo o una familia de personas que comparten un origen común.

 

 

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¿Por qué la canastilla para llevar al bebé se conoce como moisés?

¿Por qué la canastilla para llevar al bebé se conoce como moisés?

Según explica la Biblia, Moisés es el nombre que se le dio al bebe que fue encontrado dentro de una cesta que estaba frotando en el río Nilo. Había sido dejado ahí por su propia madre, Iojebed, quien quería salvar la vida del pequeño tras promulgarse una orden del faraón en la que todos los recién nacidos de origen hebreo debían ser ahogados en el río.

La casualidad dio que fuese encontrado por la hija del faraón, quien decidió quedarse con el pequeño y al que le puso por nombre Moisés, cuyo significado era «entregado por las aguas».

En recuerdo de este hecho, a las canastillas de mimbre utilizadas para portar a los bebés se les llama moisés.

 

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Un puñado de curiosidades sobre la historia del orinal

Un puñado de curiosidades sobre el orinalEl orinal, ya prácticamente en desuso entre los adultos hoy en día, ha venido utilizándose desde la antigüedad, existiendo evidencias sobre su uso por parte de los guerreros de Xian en China y de los egipcios en la XIX dinastía.

A lo largo de los siglos ha ido cambiando de nombre (bacinilla, cuña, perico, dompedro, bacín … ), forma y materiales (cerámica, estaño, hierro, bronce, loza, plástico), llegando a convertirse en ocasiones en una verdadera obra de arte o elemento de ostentación por estar hecho de un material noble como la plata e incluso el oro, como es el caso del perteneciente al emperador Heliogabalo.

En la Roma clásica se fabricaban en bronce y se denominaba matula o matella formando parte del mobiliario. A partir del siglo XVII comenzaron a ser realizados en gres y porcelana.

Durante una época fue costumbre colocar un ojo pintado en el fondo del orinal, con la inscripción «¡Te veo!» o «¡Lo que he de ver!».

Tiene su origen en el vaciado de los orinales hacia la vía pública expresiones como ‘¡agua va!’ o ‘¡aguas!’ cuando en las casas no había un sistema de cañerías y el contenido de los orines era lanzado a la calle; muchas veces sin fijarse si pasaba por allí algún transeúnte. Teóricamente había que hacerlo a unas horas determinadas y avisar de lo que se iba a realizar (con el mencionado grito de ¡agua va!) pero no todo el mundo cumplía con este requisito. En la actualidad esta expresión se utiliza para avisar de que vamos a realizar una acción y así prevenir a los demás de sus posibles consecuencias. Del acto de avisar al lanzar a la calle los orines también se originó el gritar la palabra ‘¡agua!’ para avisar de la presencia de la policía, tal y como os expliqué tiempo atrás en otro post.

En Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, se ubica el Museo del Orinal, que recoge aproximadamente unas 1.320 piezas procedentes de 27 países diferentes, fabricados con todo tipo de materiales como barro, hojalata, madera, cristal, oro o plata. El más antiguo de los ejemplares es un bacín islámico del siglo XIII hecho de barro y adornado con pinceladas de óxido de cobalto. El ejemplar más pequeño tiene el tamaño de un garbanzo y está hecho por un joyero suizo en platino y el más grande, de barro, mide 45 centímetros de altura y es originario de la misma Ciudad Rodrigo.

 

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