Suele utilizarse la expresión ‘a todo trapo’ para indicar que algo se hace a toda velocidad, con todas las consecuencias e incluso para señalar algo grande, de gran volumen (por ejemplo: ‘Conducía a todo trapo por la autovía’, ‘Fuimos al buffet libre y comimos a todo trapo’, ‘La música estaba a todo trapo’…)
El origen de la locución ‘A todo trapo’ proviene de los ambientes marineros, de la época en la que la mayoría de embarcaciones se movían gracias a las velas (llamadas popularmente ‘trapo’) y el indicar que se iba a todo trapo (también en la forma ‘a toda vela’) hacía referencia a que estas se habían desplegado y que debía ser el viento el que moviese el barco (sin ayuda de remos u otro método).
No debe confundirse esta locución con la expresión ‘Entrar al trapo’, la cual proviene de los ambientes taurinos y cuyo origen expliqué en otro post.
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