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¿Cuál es el origen del término ‘chisme’?

A raíz de un vídeo publicado en mis redes sociales, TikTok e Instagram, en el que explicaba el origen del término ‘chusma’, me comentaron varios usuarios que en algunos países de Latinoamérica se utiliza esta palabra para hacer referencia a las personas ‘chismosas’ (que van hablando de los demás) y me preguntaban si hay alguna relación etimológica entre ‘chusma’ y ‘chisme’.

¿Cuál es el origen del término ‘chisme’?

Empezaré por el final y no, no hay ninguna relación etimológica entre los términos ‘chisme’ y  ‘chusma’ y nada tiene que ver el uno con el otro, por lo que el uso del segundo, en algunos lugares, para referirse a una persona chismosa, muy posiblemente haya surgido por el parecido y sonoridad de ambos vocablos.

La palabra ‘chisme’, etimológicamente proviene del latín ‘schisma’, que significa ‘división’ o ‘escisión’ y a su vez provenía del griego ‘schísma’, de exacto significado.

El término chisme se utiliza para referirse a una información o rumor que se comparte de forma secreta o confidencial, especialmente si es de naturaleza negativa o desagradable. También se puede utilizar para referirse a la acción de compartir este tipo de información o rumor (chismorreo).

Existe constancia del uso del término ‘chisme’ en castellano en escritos del siglo XV (Antonio de Nebrija lo recogió en su ‘su Vocabulario español-latino’ de 1494) y fue recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1729 con la siguiente acepción: ‘Murmuración o cuento, con que alguno intenta descomponer una persona con otra, metiendo cizaña, y refiriendo lo que no tiene necesidad de que se sepa. Viene del Griego Schísma, por ser este el efecto del chisme, que siempre causa discordias y malas avenencias’.

 

 

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El origen de media docena de términos relacionados con las personas chismosas

Ya sea en petit comité, a través de las redes sociales o entre un grupo de amistades, siempre ha existido la afición por hablar sobre los demás, bien para criticar o bien para opinar sobre algo relativo a su vida. Esos actos también han recibido diferentes términos para referirse a ello y aquí os traigo el origen de media docena de ellos.

El origen de media docena de términos relacionadas con quienes hablan de los demás

Chismorrear:

Hablar con indiscreción o malicia de alguien o de sus asuntos. Se trata de la acción de difundir ‘chismes’, término que ya aparece registrado en los primeros diccionarios dándole la acepción de ‘Murmuración o cuento, con que alguno intenta descomponer una persona con otra, metiendo cizaña, y refiriendo lo que no tiene necesidad de que se sepa’. Etimológicamente, el término chisme proviene del latín ‘schisma’ y este del griego ‘schísma’ (escisión, separación). Antiguamente al acto de explicar un chisme se le conocía como ‘chismar’ o ‘chismear’. La forma ‘chismorrear’ no apareció recogida por el diccionario de la RAE hasta su edición de 1992 en el que le daba el significado de ‘Contarse chismes mutuamente varias personas’. En el Diccionario de Autoridades de 1729 también aparece la palabra ‘chismoso’ dándole el significado: ‘La persona que es cuentista, enredadora, y que se ocupa en meter cizaña entre amigos y parientes, y entre amos y criados, urdiendo chismes y enredos para perturbar la paz, y la amistad’.

Cuchichear:

Cuando alguien habla en voz baja, al oído de otra persona, con la intención de que los demás no se enteren, está cuchicheando, un término que proviene del canto que realiza la perdiz que es conocido como chuchichiar, debido a que la forma de comunicación de esa ave se asemejaba enormemente al acto de hablar por lo bajini.

Chafardear:

Hablar con indiscreción sobre la vida y asuntos de personas ajenas. El vocablo nació a raíz de la antigua costumbre de reunirse las mujeres en un lavadero público o en el río para hacer la colada, momento que aprovechaban para chismorrear sobre el vecindario o de alguna persona en concreto. El término proviene del catalán xafardejar, de idéntico significado; este era una variación de ‘safareig’ (lavadero) en catalán. De ahí también surgió la expresión ‘fer safareig’ (hacer la colada), que se convirtió en sinónimo de chismorreo y de habladurías.

Cotilla:

Persona amiga de chismes y cuentos (tal y como lo define la RAE). El término proviene de un tipo de  corpiño muy usado por las mujeres entre los siglos xvii y xix y se convirtió en sinónimo de chafardera a raíz del apodo tía Cotilla con el que era conocida una mujer llamada María Trinidad, y que se hizo enormemente célebre en la década de 1830 por liderar una banda de criminales, además de dedicarse a malmeter opinando sobre sus paisanos y denunciando ante las fuerzas carlistas a los ciudadanos que estaban contra el aspirante al trono, Carlos María Isidro de Borbón, hermano del fallecido Fernando VII.

Bisbisear:

Hablar en voz baja sobre alguien. También se usa como bisbisar y  ambos términos provienen de bisbís, onomatopeya que recordaba al sonido semejante al cuchicheo que hacían las perdices al comunicarse.

Vidajenear:

Fisgonear, husmear e intentar enterarse de la vida ajena. Se trata de un neologismo que fue incorporado por primera vez al diccionario de la RAE en su edición de 2001.

 

 

 

 

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¿Cuál es el origen de la palabra ‘cotilla’ para referimos a una persona chismosa?

A raíz del post ¿De dónde surge el llamar ‘chafardera’ a una persona que le gusta hablar de los demás?, que publiqué hace unas semanas, me envía un email Maribel Asunción consultándome sobre el origen de la palabra cotilla, la cual utilicé en la entrada como sinónimo de chafardera.

Cuando queremos referirnos a una persona cotilla enseguida pensamos en alguien amiga de los chismorreos.

La cotilla es una especie de corsé o corpiño que se usaba por encima del blusón y que servía para ceñir la cintura de las mujeres que lo utilizaban allá por los siglos XVII y XVIII.

La mayoría de las fuentes apuntan a que esta prenda sirvió para dar el mote ‘Tía  Cotilla’ a María de la Trinidad (aunque otras fuentes indican que ‘Cotilla’ le venía del apellido y no de la prenda), una mujer murmuradora y amiga de meterse en todo tipo de discusiones, que se hizo muy famosa tras la muerte de Fernando VII por su obsesivo e incondicional apoyo al absolutismo del aspirante al trono Carlos María Isidro de Borbón.

La Tía Cotilla lideró una cruel banda de matones cuyo objetivo era atacar los intereses del régimen liberal de la Reina Isabel II. Varias fueron las penas a las que fue condenada (algunas de ellas a galeras) junto a sus compinches. Pero en 1835, su fanatismo la llevó a acabar con la vida de Francisco Rancera, tambor del Cuerpo de los Urbanos y con el que se ensañó de una manera  violenta y despiadada.

Este crimen atroz hizo que un juez la condenara a muerte, siendo ajusticiada el 25 de agosto de 1838, cuando contaba con 64 años de edad.

Según las crónicas que se recogen de la época, definen a la tal Tía Cotilla como la mujer más inmoral, infame que había visto el sol y la declaraba indigna para vivir en sociedad.

Desde entonces  se comenzó a utilizar el término cotilla (al principio con el ‘tía’ incorporado que con el tiempo se perdió) a aquellas personas metomentodo, chismosas y amigas de hurgar en la vida de los demás.

 

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Fuentes de consulta: entretenimes / pagina-1 / RAE / ucm / wikipedia 12 / bibliotecavirtualmadrid
Fuente de la imagen: Rebecca Kennison vía Wikimedia Commons