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Libro recomendado: ‘Eso no estaba en mi libro de historia de la casa real española’ de Ana Fernández Pardo

Libro recomendado: ‘Eso no estaba en mi libro de historia de la casa real española’ de Ana Fernández PardoEn ‘Eso no estaba en mi libro de historia de la casa real española’ (editado por Almuzara), Ana Fernández Pardo nos sumerge en el fascinante mundo de la monarquía española, revelando curiosidades y anécdotas que rara vez se encuentran en los libros de texto convencionales. El libro abarca diferentes sagas monárquicas de nuestro país, iniciando el recorrido con los Reyes Católicos (Trastámaras), la casa de los Austria (y el glorioso imperio que llegaron a poseer) y la casa de Borbón (finaliza el recorrido con el rey emérito, Juan Carlos I), explorando la historia, el ceremonial y el protocolo de la realeza.

La autora nos invita a descubrir el origen de los títulos honoríficos, las condecoraciones emblemáticas y las estrategias matrimoniales de las dinastías españolas a lo largo de los siglos. También desvela secretos y responde a preguntas intrigantes, como por qué Juan Carlos I es el único rey de España con un nombre compuesto, qué reina renunció a la custodia de sus hijas, qué regalo de Carlos III a George Washington inspiró el símbolo del partido demócrata en Estados Unidos o cómo Julia Clary, esposa de francés Jose I de Bonaparte y reyes entre 1808 y 1813, nunca pisó suelo español a lo largo del lustro que fue monarca consorte de los españoles.

El libro está estructurado en ocho bloques y con un buen número de capítulos en cada uno de ellos, llenos de datos sorprendentes y en el que la autora logra captar nuestra atención con su estilo divulgativo, ameno y muy personal, sabiendo combinar las anécdotas reales con detalles sobre joyas, símbolos históricos o protocolarios.

A lo largo de la lectura, se exploran también temas como la influencia de la monarquía española en el mundo, la simbología del dólar estadounidense y las costumbres y protocolos de las celebraciones reales. El libro resulta una lectura enriquecedora y entretenida, despertando la curiosidad sobre los reinados de diferentes épocas y desmitificando la idea de que la monarquía es aburrida.

Ana Fernández Pardo es Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Dirección de Comunicación, Relaciones Públicas y Protocolo y Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Complutense de Madrid. Puedes encontrarla en la red social Instagram como @anafpardo o visitar su web personal http://anafpardo.com/

El prólogo del libro corre a cargo del célebre modista, diseñador de moda y presentador de televisión, Lorenzo Caprile, y está disponible en tres formatos: papel (rustica con solapas) por 20,85€, audiolibro (a través de la suscripción en Audible) y digital por 5,29€.

Libro recomendado: ‘Eso no estaba en mi libro de historia de la casa real española’ de Ana Fernández Pardo

 

‘Eso no estaba en mi libro de historia de la casa real española’ de Ana Fernández Pardo
Editorial: Almuzara
480 páginas
ISBN: 9788418648458
https://almuzaralibros.com/fichalibro.php?libro=5787&edi=1
https://www.amazon.es/estaba-libro-Historia-casa-espa%C3%B1ola/dp/8418648457

El ‘plano holandés’ o por qué algunas fotografías parece que están inclinadas

Días atrás, a raíz de la toma de posesión del nuevo Gobierno presidido por Pedro Sánchez, circuló una fotografía, compartida por la Casa Real a los diferentes medios, en la que aparecía todo el ejecutivo junto al rey Felipe VI y en la que se apreciaba que la cámara con la que se había tomado dicha imagen estaba algo inclinada, dando pie a que en las redes sociales se viralizara con numerosos comentarios respecto a la posible poca pericia y profesionalidad del fotógrafo encargado de hacerla. También había quienes opinaban que la imagen estaba inclinada hacia la izquierda de forma intencionada: unos diciendo que era para darle el sentido ideológico del ejecutivo del PSOE-UP y otros para indicar, malintencionadamente, que recordaba a un barco cuando empieza a hundirse.

El ‘plano holandés’ o por qué algunas fotografías parece que están inclinadas

Imagen vía Casa Real

Sin entrar en valoraciones personales sobre la mencionada foto, el hecho de que ésta parezca que está inclinada unos grados hacia un lado es, según los expertos en fotografía, algo realizado expresamente y, además, por alguien que domina una técnica fotográfica conocida como ‘plano holandés’.

El ‘plano holandés’ o por qué algunas fotografías parece que están inclinadasEsa técnica es utilizada tanto en fotografía como en cinematografía y, al darle a la cámara una inclinación entre 25 y 45 grados, aporta a la imagen/secuencia cierta tensión, inquietud e incluso dramatismo. Es muy común en escenas concretas de algunas películas de suspense.

Este tipo de encuadre también es conocido como ‘plano aberrante’, aunque es más común escuchar referencias como ‘plano holandés’. Aunque en realidad se trata de una interpretación errónea de su denominación original, ya que debería ser llamado ‘plano alemán’ (muchos son quienes prefieren nombrarlo de este modo).

El error de denominarlo como holandés, en lugar de alemán, parece ser que proviene a un despiste que se produjo al trastocar el original ‘Deutsch angle’ (ángulo/plano alemán) en ‘Dutch angle’ (ángulo/plano holandés).

Según consta, el primero en utilizar la técnica del plano aberrante fue el cineasta ruso Dziga Vertov, quien era un amante de la experimentación con la cámara, los enfoques y los planos. Pero la popularización la obtuvo a partir de la década de 1930 gracias a que fue utilizado por varios directores durante el conocido como ‘cine expresionista alemán’ (de ahí que inicialmente se le llamara ‘Deutsch angle’ o ‘plano alemán’).

 

 

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Fuentes de consulta: gizmodo / petapixel / studiobinder
Fuentes de las imágenes: Casa Real / pexels

Destripando mitos: La ‘sangre azul’ de los reyes no proviene del color de las venas sino de una referencia al cielo

A la hora de consultar el origen de la expresión ‘ser de sangre azul’, atribuida a las personas pertenecientes a la realeza, en un 99 por ciento de ocasiones nos dará como resultado a esa búsqueda que dicha referencia proviene del hecho de que antiguamente a los miembros de las Casas Reales no les daba el sol y, por tanto, tenían la piel muy pálida dejando traslucir las venas y predominando las azules, que realmente no son de ese color sino que es provocado por un efecto óptico de la luz  de onda corta la cual se refleja en las venas que están más cerca de la superficie de la piel, situadas a 0’5 milímetros por debajo de la epidermis.

Destripando mitos: La ‘sangre azul’ de los reyes no proviene del color de las venas sino de una referencia al cielo

Pero en realidad esa referencia a la sangre real y el color con el que se traslucen las venas no deja de ser un mito provocado por un error de traducción o, mejor dicho, una interpretación errónea de unos antiguos textos del historiador romano Cornelio Tácito (vivió entre los siglos I y II d.C.) realizadas por humanistas españoles a inicios del siglo XVII.

Resulta que, tal y como explicó hace ya varias décadas, el célebre lingüista de origen rumano, Eugen Coșeriu, los mencionados humanistas cometieron un error a la hora de interpretar unos textos del historiador latino en los que cuando se refería a emperadores y reyes de su época lo hacía utilizando la expresión ‘caelesti sanguine (ortam)’ (‘nacido de sangre celestial’), debido a que se aludía a la procedencia divina y celestial (del cielo) de aquellos descendientes y del mismo linaje que Cayo Octavio Turino, más conocido como ‘Augusto’ (primer emperador romano y a quien se le ‘divinizó’).

Fue precisamente ese término ‘calaesti’ (celestial) el que llevó a confusión en el siglo XVII y se transformó de la noche a la mañana en ‘celeste’ (azul claro, cuya denominación proviene precisamente de eso: el color del cielo). No tardó en difundirse, ya en castellano, el término ‘sangre celeste’ en lugar de ‘sangre celestial’, por lo que con los años esa referencia al celeste pasó a ser denominada azul y, de ahí, al término ‘sangre azul’.

El uso popular de esta nueva locución, ayudada de interpretaciones confusas de la misma y que iban variando con el tiempo debido a la transmisión oral de una generación a otra es lo que hizo que hoy en día esté tan extendida la errónea explicación de la sangre azul de los miembros de las familias reales y el color de sus venas por no haber tomado el sol, en lugar de aludir a la procedencia divina y celestial que, originalmente, explicó Cornelio Tácito en su obra ‘Ab Excessu divi Augusti Historiarum Libri’ (Libros de historias desde la muerte del divino Augusto), la cual comprendía en una treintena de libros la historia generacional desde Augusto (siglo I a.C.) hasta Tito Flavio Domiciano (siglo i d.C.).

Pero también debo entonar un ‘mea culpa’ debido a que hasta hace unos años yo mismo estaba convencido de que la popular explicación era la correcta, pero a finales de 2015 llegó a mis manos un concienzudo trabajo publicado en 2011 por Jairo Javier García Sánchez , Profesor Titular del Departamento de Filología de la Universidad de Alcalá (UAH), quien daba las claves para ir tirando del hilo sobre lo sugerido por Eugen Coșeriu a mediados del siglo XX y corroborar esa otra explicación.

Cabe destacar que al principio (antes de leer el mencionado trabajo) fui algo escéptico en cuanto a lo planteado en él e incluso llegué a intercambiar algunos correos email con el propio profesor Jairo Javier García. Tras la lectura y haber comprobado uno por uno las diferentes fuentes propuestas, he podido llegar a la conclusión de que el origen celestial del término ‘sangre azul’ es el correcto y que hemos estado equivocados durante muchísimos años (no he podido terminar de investigar a fondo sobre el tema hasta ahora debido a la falta de tiempo, pues me encontraba inmerso en la escritura de mi último libro “Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO”.

Podéis leer el trabajo del profesor Jairo Javier García Sánchez en el siguiente enlace: http://bit.ly/2qSN6YP

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

La duquesa que quiso reinar [Anécdota]

La duquesa que quiso reinar [Anécdota]Luisa Francisca de Guzmán, hija de los duques de Medina Sidonia y esposa del duque Juan de Bragança, era una mujer ambiciosa y que no comprendía como tenía que conformarse con el título de duquesa si por sus venas corría sangre de las Casas Reales más importantes de toda Europa.

No llevaba demasiado bien el papel que le había tocado desempeñar (tan cercano, pero la a vez tan lejano, a la monarquía), motivo por el que instó a su esposo, en 1640, a levantarse contra el rey español Felipe IV y su ambicioso valido, el conde-duque de Olivares, para así conseguir la independencia de Portugal y ser coronados reyes del país.

Muchos fueron los que vieron en dicha decisión un descomunal error, estando prácticamente seguros que poco duraría la nueva monarquía en el país luso, algo que no parecía preocupar demasiado a Luisa Francisca de Guzmán quien fue recordada (entre otras muchas cosas) por la siguiente frase:

«Mejor ser reina por un día que duquesa toda la vida»

Y como reina consorte de Juan IV de Portugal se mantuvo en el trono durante los siguientes 16 años, hasta que el 1 de noviembre de 1656 fallecía su esposo y pasó a desempeñar a continuación como regente hasta 1662, año en el que su hijo Alfonso VI alcanzó la mayoría de edad.

 

Lee y disfruta de más anécdotas e historias curiosas como esta en el apartado Anecdotario de este blog

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿Cuál es el origen de la expresión “hacer el primo”?

Era costumbre protocolaria de la Casa Real que se le diera tratamiento de ‘Primo del Rey’ a los Grandes de España y demás miembros de la nobleza.

Basándose en este hecho, encontramos el origen a la expresión ‘hacer el primo’, con la connotación peyorativa del incauto que ha sido engañado o se le ha tomado el pelo, tras los sucesos del 2 de mayo de 1808 en el que el general francés Joaquín Murat escribió al Infante don Antonio Pascual de Borbón, quien presidía en aquellos momentos la Junta Suprema de Gobierno (por designación de Fernando VII).

En dicha carta, el general Murat se dirigió al infante con el correspondiente “Señor Primo” y a continuación lo presionó para que tomara una serie de medidas impopulares, cediendo a éstas y causando un gran descontento por parte de la población.

Esta forma de ceder a los deseos del francés hizo quedar al Infante don Antonio como un incauto, popularizándose la expresión ‘hacer el primo’ para referirse a alguien al que se le ha engañado y manipulado a voluntad.

 

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Portada Vuelve el listo que todo lo sabe

 

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Fuente de consulta: funjdiaz / revistaatlantida