Vaslav Nijinsky (1890-1950) fue sin lugar a dudas uno de los bailarines de ballet más brillantes y admirados de la historia.
Se hizo sumamente famoso por un tipo de salto que realizaba en el que lograba quedar suspendido en el aire durante un instante (como si desafiase a la mismísima ley de la gravedad), algo que llegó a tener embelesada tanto a la crítica, como al público e incluso a sus propios compañeros de profesión.
En cierta ocasión, tras unos ensayos se le acercó otro bailarín que le preguntó intrigado por la técnica que utilizaba para lograr esos prodigiosos saltos:
«Vaslav ¿cómo logras realizar eso?»
Nijinsky sin darse la menor importancia contestó despreocupado:
«Muy sencillo. Basta con dar un salto y quedarse parado un momento en el aire»