Cuenta Heródoto, en su obra ‘Historias’, que los babilonios casaban a sus mujeres de la siguiente forma:

Una vez al año, todas las doncellas solteras se reunían en una plaza pública y se las subastaba por orden de belleza. El objetivo de esta subasta era encontrar parejas para las mujeres y el hombre más adinerado podía quedarse con la mujer más hermosa.

Sin embargo, una vez vendidas todas las mujeres atractivas, se convocaba a las mujeres menos atractivas y deformes para realizar el proceso inverso. Los hombres pobres aceptaban casarse con ellas a cambio de una suma de dinero y eran adjudicados a aquel que quisiera tomarlas por esposa por el precio más bajo.

Si bien esta práctica parece bastante curiosa y quizás incluso desagradable para nuestros estándares modernos, es importante tener en cuenta que las prácticas y costumbres matrimoniales variaban mucho en la antigüedad y en diferentes culturas. Es posible que esta práctica de subasta de mujeres en función de su belleza haya sido una forma aceptada y común de encontrar parejas en la antigua Babilonia.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta que esta información proviene de una fuente histórica antigua y puede haber sido distorsionada o exagerada con el tiempo, por lo que no se puede tomar como una descripción completamente precisa de la práctica de matrimonio en la antigua Babilonia.