A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan de dónde proviene la expresión ‘Ser pájaro de mal agüero’.
Suele utilizarse la expresión ‘Ser pájaro de mal agüero’ como clara referencia a aquel que es portador de malas noticias o de anunciar/presagiar algún acontecimiento negativo. Por ejemplo, puede utilizarse en una frase del tipo ‘No seas pájaro de mal agüero y ten un poco de fe en que todo saldrá bien’.
El término ‘agüero’, que aparece en la expresión, hace referencia a una curiosa práctica de adivinación que era realizada en la antigüedad y que se basaba en predecir futuros acontecimientos interpretando el vuelo o canto de las aves. Dicho procedimiento era denominado en latín como ‘augurium’ (de donde proviene el vocablo) y era llevado a cabo por un sacerdote denominado ‘augur’ (en latín ‘augŭris’).
La sociedad de la Antigua Roma era sumamente supersticiosa y los ‘augures’ se dedicaban a vaticinar y pronosticar cuándo era el mejor momento para hacer alguna cosa importante, entre ellas el estrenar una casa, un edificio o realizar un evento (iniciar un negocio, ir a la guerra…), de ahí que también se originase el término ‘inaugurar’, cuya etimología (‘inauguratus’ en latín) significaba literalmente ‘consagrado por los augurios’. Dicha adivinación era realizada analizando el comportamiento, canto, vuelo y manera de comer de las aves.
De la misma raíz etimológica surgieron otros términos como ‘augurio’ (con el mismo significado que ‘agüero’: presagio, anuncio), ‘auspicio’, ‘inauguración’, ‘agorero’ o el nombre ‘Augusto’ (bendecido por los augures).
Lee y descubre el curioso origen, historia y etimología de infinidad de palabras y palabros
Muchísimas son las personas que, diariamente, una de las primeras cosas que hacen es consultar en el diario qué dice la predicción de su signo zodiacal, ante la esperanza de que el astrólogo de turno haya acertado y le augure suerte en el amor, dinero o salud.
De ese grupo de individuos que consultan y creen en el horóscopo hay un porcentaje muy alto de quienes se dan como satisfecho con la predicción y están convencidos de que ha habido un nivel alto de acierto.
Ello se debe no en el buen hacer adivinatorio de quien ha escrito las correspondientes predicciones sino a la disposición que solemos tener los seres humanos a creer en aquello que nos puede ayudar a ser más felices.
Las predicciones zodiacales que se publican en cualquier medio suelen ser muy genéricas y aquello que pone es algo que a un gran número de personas les puede ocurrir normalmente.
Esto se conoce como ‘Efecto Forer’ y fue acuñado a raíz de un experimento que realizó en 1948 el psicólogo estadounidense Bertram R. Forer a sus alumnos de la facultad en el que entregó a cada uno un sobre que contenía una predicción personalizada sobre cómo eran.
Cada alumno estaba convencido de que lo que ponía en el documento era exclusivamente sobre él, pero en realidad Forer lo que había hecho era entregar a todos el mismo texto y con todos acertó en un porcentaje altísimo.
Cosas tan básicas como que ‘tenían el deseo de agradar a los demás’; ‘alguna veces se sentían extrovertidos y sociables aunque otras, dependiendo del lugar y personas, eran tímidas y reservadas’; ‘con gran capacidad para hacer muchas cosas pero que no está justamente valorado ni explotado al máximo sus capacidades’; ‘en ocasiones con dudas sobre si ha hecho o dicho lo correcto’… (lee más ejemplos en este pdf)
Todo muy genérico y que en un alto nivel de acierto se acercaba a cómo eran y se sentían sus alumnos. Pidió que puntuasen el nivel de acierto del 0 (nada) al 5 (totalmente) y la media resultante fue de un 4,2 (tan solo hubo un alumno que puntuó con un 3 mientras el resto de la clase lo hicieron mayoritariamente con un 4 y con un 5).
Pues eso mismo es lo que ocurre con el horóscopo y los métodos de adivinación (ya sea el tarot, lectura de manos o la bola de cristal…). El adivinador profesional utiliza las mismas técnicas que usó en su día Bertram R. Forer y sabe que tendrá un nivel muy alto de acierto.
Los horóscopos son muy genéricos y quienes los escriben varían a lo largo de la semana las diferentes temáticas (amor, dinero, trabajo, salud…) Una manera de irse asegurando aciertos dependiendo de las necesidades de quienes los leen.
Esto es algo conocido como ‘sesgo de confirmación’, el cual consiste en confirmar lo que esas personas ya esperaban que iba a ocurrir. Por ejemplo, se da una serie de predicciones aleatorias a un individuo y sólo con que con una de ellas se acierte el receptor da como buena la predicción sin tener en cuenta que todas las demás han sido erróneas. Y es que el cerebro humano está más preparado a detectar coincidencias que no errores, de ahí que cuando un horóscopo dice que algo pasará (de las muchísimas cosas que dice) y después sucede confirmamos ese hecho como una causalidad y no como una casualidad.
También cabe destacar que la mayoría de diarios y semanarios con una sección de horóscopo disponen de un libro genérico de donde se saca la info para ir escribiendo y publicando el correspondiente a cada día o semana sin que detrás de esas predicciones haya ningún astrólogo o persona que se dedique profesionalmente a la adivinación.
Evidentemente, aunque en el título del post y parte del texto se refería al horóscopo, el Efecto Forer se puede ampliar a todas las técnicas de adivinación y personajes que aseguran tener algún don o poder para realizar predicciones.
Os recomiendo el visionado del siguiente video que tan solo dura diez minutos. Está en inglés pero lleva subtítulos en castellano