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El curioso origen de las ‘tarjetas de visita’

Conocemos como tarjeta de visita a unos cartoncitos del tamaño aproximado de un DNI o tarjeta de crédito y que es utilizada, normalmente, para entregar en el momento en el que alguien se quiere dar a conocer o entablar un contacto (sobre todo con fines comerciales).

El curioso origen de las ‘tarjetas de visita’

Pero tal y como su nombre indica, ese cartoncito originalmente se utilizaba para ser entregado a la llegada de una casa cuando se iba de visita.

Esas tarjetas solían ser usadas por personajes de clase alta que al presentarse en una fiesta o recepción la entregaban al ujier que se encontraba en la puerta y éste la utilizaba para saber de quién se trataba y así anunciarlo a los anfitriones y demás presentes.

También eran usadas por aquellas personas que acudían a ver a alguien y que, ante la ausencia de esa persona, dejaban la tarjeta indicativa al personal de servicio para hacer saber a los señores de la casa que habían acudió a visitarles.

Donde surgen ciertas dudas es sobre el momento exacto en el que se originaron. Por una parte hay historiadores que apuntan a que fue durante el siglo XV en China. Parece ser que era usada por aquellas personas que querían reunirse con alguna persona en concreto y acudían a visitarla, entregando la tarjeta al criado o secretario y éste hacia saber a su amo que en la puerta aguardaba alguien a la espera de ser recibido. Dependiendo del nombre que pusiera y, sobre todo, la calidad de la tarjeta, los adornos que llevase y lo cuidadosamente elaborada que estuviera hecha, el anfitrión admitía dicha visita o, por el contrario, mandaba despacharlo bajo alguna excusa.

Sin embargo otros expertos aseguran que dichas tarjetas no empezaron a usarse hasta dos siglos después y que fue originariamente en Europa y no en el país asiático. Las razones de su uso eran exactamente las mismas que las explicadas en el párrafo anterior.

Durante el siglo XVIII se llegaron a hacer unas tarjetas de visita que eran pequeñas obras de arte. Muchos fueron los artistas de renombre a los que se les encargaba diseñar e ilustrar algunas de esas cartulinas, con el fin de que la persona que figuraba como titular pudiera presumir ante sus anfitriones durante las visitas.

Fue ya entrados en el siglo XX cuando se empezó a usar mayormente como tarjeta comercial por los profesionales (aunque anteriormente ya se hubiese hecho, pero en menor medida).

Hoy en día sigue usándose las tarjetas de visita, pero sobre todo suelen ser intercambiadas en convenciones o reuniones de networking.

 

 

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Fuente de la imagen: Geoffrey Franklin (Flickr)

¿Cuál es el origen de la palabra «anfitrión»?

Según el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, define anfitrión como:

(De Anfitrión, rey de Tebas, espléndido en sus banquetes).
1. Persona o entidad que recibe en su país o en su sede habitual a invitados o visitantes.
2. Persona que tiene invitados a su mesa o a su casa.

Anfitrión fue el Rey de Tirinto, y cuenta la leyenda que Zeus sedujo a su esposa Alcmena, aprovechando que éste se encontraba en el campo de batalla, tomando la forma de Anfitrión; de esta relación nació Heracles (también llamado Hércules). Aunque el término parece que viene de los fabulosos banquetes que organizaba este Rey, otros autores no lo tienen tan claro y se decantan por otros orígenes, pues en aquella época grandes banquetes los daban muchas personalidades y gente de la clase alta. Conocido el hecho del engaño de Zeus, Plauto (254-184 a.C.) quiso reflejar este drama en una de sus obras, y fue el motivo principal de la obra Anfitrión.

Posteriormente, allá por el año 1668, Moliere (1622-1673), el gran dramaturgo francés recupera y adapta esta comedia de Plauto y es en la escena final donde se habla de un estupendo banquete. En esa escena final, se representa un gran banquete, donde Socia, que era el mensajero del capitán Anfitrión, habla con su amo, o con el dios Zeus convertido en éste (el no sabía con quien estaba hablando) . Como su mensajero de confianza, se le invita a sentarse a la mesa, a participar del banquete, y entonces dice esta frase :

«le véritable Amphitryón est l`Amphitryon où l`on dine…», que podría traducirse como: «El verdadero Anfitrión, es el que invita a cenar».

El término cayó en gracia y, debido al uso popular de la palabra, pronto, «Amphitryon» se incorpora a la lengua francesa con el significado de: «El que invita a cenar». Al igual que ocurre con otras palabras, su uso se extiende poco a poco más allá de sus fronteras y llega, entre otros países de Europa, a España. La primera edición del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua que recoge esta acepción es la edición de 1869.

 

Fuentes de consulta: Protocolo.org RAE Wikipedia