Entradas etiquetadas como ‘anécdotas de reyes’

El cardenal Mazarino y su alma [Anécdota]

El cardenal Mazarino y su alma [Anécdota]Jules Mazarin, más conocido como cardenal Mazarino (título que ostentaba a pesar de ser laico y no haberse ordenado eclesiásticamente), fue un conocido militar y hombre de Estado que ocupó los más insignes cargos (tanto al servicio del papa como del Reino de Francia), ganándose a lo largo de su vida un buen número de personas afines, pero también de enemigos y opositores.

El 9 de marzo de 1661 un miembro de la corte le comunicó al rey Luis XIV que Mazarino había fallecido:

«Sire, el cardenal ha entregado su alma a Dios»

A lo que el Rey Sol preguntó:

«¿Estáis seguro de que Dios la ha aceptado?»

 

Lee y disfruta de más anécdotas como esta en el apartado Anecdotario de este blog

 

Fuente de consulta: Las anécdotas de la política de Luis Carandell (Ed. Planeta)
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

El falso y hábil antojo de la reina María Luisa de Orleans [Anécdota]

El falso y hábil antojo de la reina María Luisa de Orleans [Anécdota]A la edad de 18 años, Carlos II contrajo matrimonio con María Luisa de Orleans (un año menor que él) con el fin de proporcionar estabilidad personal al monarca (famosas son sus crisis de personalidad y múltiples patologías) y un heredero a la corona española.

María Luisa era nieta del rey Carlos I de Inglaterra y sobrina de Luis XIV (Rey de Francia) y llegó con un buen número de hábitos adquiridos que no eran del agrado de gran parte de los miembros de la Corte española. Para asistir a la joven y caprichosa reina, se nombró a la duquesa de Terranova  como su Camarera Mayor, siendo la función de ésta atender a la esposa del rey.

La joven se había llevado hasta palacio un par de loros con los que parloteaba en francés y les hacía repetir aquello que ella decía.

Pero la duquesa, que era una mujer rígida y ya entrada en la cincuentena, había optado por no pasar ni uno de los caprichos y desaires de la nueva reina, por lo que, estando convencida de que lo que hacían los simpáticos pájaros era insultarla en francés (además de crisparle los nervios), decidió mandar envenenarlos.

Tras enterarse de lo sucedido con sus loros, María Luisa se dirigió hacia la duquesa de Terranova y saltándose el protocolo le asestó dos soberanas bofetadas en presencia de otros miembros de la Corte.

Tras enterarse de lo sucedido, Carlos II mandó llamar a su joven esposa, a la que comenzó a recriminarle su acto, a lo que la reina (conocedora de lo ansioso que estaba su esposo por engendrar un heredero al trono) le contestó hábilmente:

«Señor, fue un antojo»

Algo que puso enormemente alegre al monarca, quien se olvidó del motivo por el que había mandado llamar a María Luisa y celebró con entusiasmo el estado de buena esperanza de su joven amada esposa.

Evidentemente no había embarazo alguno, ni lo hubo en los diez años que duró el matrimonio (María Luisa de Orleans falleció en 1689, a la edad de 26 años, a causa de un ataque de apendicitis).

Carlos II tampoco consiguió descendencia con su segundo matrimonio, lo que propició, a su muerte, la entrada en el trono español de los Borbones.

 

Lee y disfruta de más anécdotas como esta en el apartado Anecdotario de este blog

 

Fuente de consulta: Las anécdotas de la política de Luis Carandell (Ed. Planeta)
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

Carlos IV y el vendedor de chorizos [Anécdota]

Carlos IV y el vendedor de chorizos [Anécdota]- El choricero de Ramón BayeuEncontrándose cazando venados acompañado por la corte y cadetes de Segovia, el rey Carlos IV empezó a sentir hambre, coincidiendo en ese mismo instante con el paso, por uno de los caminos que cruzaban, de un vendedor ambulante de chorizos que llevaba sus mulas cargadas de este rico y oloroso embutido.

El choricero, cuyo nombre era José Rico, era conocido por todos sus vecinos de la población de Candelario (Salamanca) como el ‘Tío Rico’.

Le dio de comer al rey algunas piezas de su mejor embutido, quedando el monarca maravillado por tan sabroso fiambre, por lo que instó al Tío Rico a servirle sus productos, convirtiéndolo en ‘Proveedor de la Casa Real’, algo que hizo que los chorizos de Candelario alcanzasen una extraordinaria fama entre todos los miembros de la Corte.

Fue tal la admiración que tuvo Carlos IV por esos chorizos que mandó a Ramón Bayeu, uno de sus más afamados pintores de la Real Fábrica de Tapices (y cuñado de Francisco de Goya) que realizase un lienzo, el cual sería expuesto en la Sala de Embajadores de El Escorial.

Cabe destacar que, como en algunas otras de sus obras, el boceto del tapiz ‘El choricero’ fue hecho por Francisco Bayeu (hermano de Ramón) y la obra realizada finalmente por éste último.

 

Lee más anécdotas históricas en el Anecdotario de este blog

 

Fuente de la info: Dolores Anaya (Valdepeñas)
Fuente de la imagen:  museodelprado