¿Sabías que el término ‘Gremlin’ existe desde mucho antes que la famosa película?

Todo el mundo conoce a los ‘Gremlins’, unas curiosas, traviesas y divertidas criaturas que protagonizaron en 1984 una película dirigida por Joe Dante y que se convirtió en un auténtico éxito de taquilla y filme de culto para varias generaciones (en 1990 se realizó una secuela que no triunfó como se esperaba).

¿Sabías que el término ‘Gremlin’ existe desde mucho antes que la famosa película?

Pero el nombre para los esas criaturas no surgió de la imaginación de Chris Columbus, guionista de la película, sino que éste se inspiró en un libro homónimo escrito por Roald Dahl en 1943 y con el que obtuvo el primero de sus muchos éxitos editoriales.

En el cuento ‘Los Gremlins’ Dahl relataba las aventuras de unos pequeños y traviesos seres mitológicos que se dedicaban a sabotear a los pilotos de la Fuerza Aérea Británica (RAF) durante la Segunda Guerra Mundia.

Roald Dahl se había inspirado en una especie de superstición existente entre los pilotos británicos que se originó después de la IGM (algunas fuentes indican que durante sus maniobras en el Medio Oriente) en la que los aviadores echaban la culpa, de todos los fallos técnicos que ocurrían a sus aviones durante el vuelo, a unos duendecillos del folklore de Gran Bretaña y que se remonta a varios siglos atrás.

Y es que desde el siglo XV (donde aparece la primera constancia o mención a ese tipo de criaturas) en muchos lugares de Inglaterra, Gales, Irlanda o Escocia se ha estado echando la culpa a los gremlins de todo aquello que sale mal en cualquier trabajo, como si los duendes hubiesen ido y desbaratado, movido o roto algo.

Es muy común que hoy en día siga utilizándose el término gremlin como referencia a aquellas cosas que ocurre inesperada e inoportunamente e incluso cuando algo (después de haber sido revisado concienzudamente) de repente aparece con algún fallo o rotura. Es usado por ejemplo en el mundo de las carreras de automovilismo (una avería inesperada), por los impresores de libros, periódicos o revistas (cuando parece alguna errata en el texto), por amas de casa (cuando se rompe algo o se cierran puertas o ventanas de golpe)…

Lo que no está tan claro es el origen etimológico del término. Por una parte hay quien señala que proviene del gaélico irlandés ‘gruaimin’, cuya traducción viene a ser ‘hombrecito de mal genio’. Sin embargo, otras fuentes (las menos) indican que se origina de mezclar  el apellido de los ‘hermanos Grimm’ con la marca de cerveza ‘Fremlin’, basando esta hipótesis en que, según la tradición, los gremlins se escondían dentro de las botellas de cerveza, aunque no ofrecen ningún vínculo con los célebres autores alemanes de cuentos infantiles.

 

 

 

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Fuentes de consulta: etymonline / pantheon / delarue / Formula One Racing For Dummies / Word Histories and Mysteries: From Abracadabra to Zeus / Spirits, Fairies, Leprechauns, and Goblins: An Encyclopedia / Funk and Wagnalls Standard Dictionary of Folklore, Mythology and Legend
Fuente de la imagen: pixabay

1 comentario

  1. Dice ser alex

    bueno dato curioso jejeje

    20 noviembre 2020 | 12:45

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