El feto posee
un sentido completo del oído, es decir, pueden diferenciar los timbres de voz y la altura del tono. Son, por ese motivo, muy superiores a los adultos. Incluso pueden filtrar y hacer desaparecer de forma gradual las frecuencias muy graves, gracias a lo cual el pequeño no sufre con los ruidos del tracto digestivo o el latido del corazón de su madre. Si no dispusiera de esta capacidad, el feto sería sordo desde antes de nacer.
Del libro: ¿CUANTO PESA UNA NUBE? de IRIS HAMMELMANN Editorial: MA NON TROPPO ISBN: 9788496222878