Hay numerosos términos para referirse a la retribución que percibe una persona en concepto de pago por un trabajo realizado: sueldo, jornal, paga, remuneración, mensualidad, emolumento, nomina, estipendio, haberes, honorarios o salario.
El término salario tiene su origen en la Antigua Roma y más concretamente de la ‘Vía Salaria’, un camino (calzada) que partía desde Roma hacia la población de Castrum Truentinum, a orillas del Mar Adriático. Dicho camino recibía este nombre debido a que era la ruta por la que se llevaba los cargamentos de sal.
Tanto a los soldados encargados de custodiar dicha Vía Salaria, como a los trabajadores que la trasportaban, se les pagaba con sal, y de ahí que la retribución que percibían recibiese el nombre de ‘salarium’, el cual derivó al castellanizado salario.
Cabe destacar que la sal, por aquellos tiempos, era considerada como el ‘oro blanco’, gracias al gran valor y utilidad que se le daba: con la sal se conservaban los alimentos (debido a que no existían los frigoríficos y por tanto los alimentos se estropeaban antes). También era un perfecto antiséptico con el que curar las heridas.
Una importante parte de la economía, tratos y negocios de la época se basaba en el trueque, y con la sal recibida como sueldo, se podía ir al mercado y pagar la compra de alimentos, ropas…
Por cierto, el término ‘sueldo’ proviene de la palabra latina ‘solĭdus’, una antigua moneda de oro que comúnmente valía 25 denarios.
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Los denarios eran de plata, no de oro.
17 marzo 2018 | 19:17