Archivo de la categoría ‘Curiosidades con animales’

El curioso origen etimológico del término ‘recalcitrante’

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan sobre el origen del término ‘recalcitrante’ para denominar de ese modo a una persona terca u obstinada.

El curioso origen etimológico del término ‘recalcitrante’

El diccionario de la RAE define el término ‘recalcitrante’ como ‘Terco, reacio, reincidente, obstinado, aferrado a una opinión o conducta’, indicando que proviene del latín ‘recalcĭtrantis’ y el origen etimológico de este vocablo latino lo encontramos en la unión del prefijo ‘re-‘ (reiteración, repetir, hacer de nuevo) y la palabra ‘calcitrum’, que significaba literalmente ‘golpe de talón’.

Y es que el término recalcitrante en su origen hacía referencia al pataleo o golpe de talón que se daba contra el suelo como acto de protesta e incluso al sonido reiterado que se escuchan en algunas danzas o bailes, en las cuales se golpea al suelo.

Pero, originalmente, esa no fue la primera acepción que se le dio al término cuando fue creado, sino que hacía referencia a las continuas coces que daban con sus pezuñas algunos equinos como los caballos, burros, mulas. Esas coces no eran solo hacia alguien, sino también contra el suelo tras haber sido atado el animal en algún poste, árbol y debía permanecer quieto. La terquedad demostrada por estos, junto al continuado gesto del pataleo o coces, le dio origen que hoy en día conocemos.

 

 

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El curioso motivo por el que las islas Canarias se llaman de ese modo

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan sobre el origen del nombre de las islas Canarias y si recibió tal denominación por el ave de hermoso canto.

El curioso motivo por el que las islas Canarias se llaman de ese modo

Curiosamente el ave denominado ‘canario’ (cuyo nombre científico es ‘Serinus canaria domestica’) es el que recibe su denominación de las islas Canarias y no al revés.

De hecho, la etimología de ‘islas Canarias’ nada tiene que ver con ave alguna y provienen del latín ‘Insula Canaria’ (traducido como ‘isla de los perros’ o ‘isla de los canes’) que fue dado por el rey Juba II de Mauritania, tras realizar una visita al archipiélago, en el año 40 a.C., y quedar asombrado por la cantidad de canes que había en aquel lugar y llevándose a su reino dos mastines.

Esta referencia a esas islas como ‘Insula Canaria’ por parte de Juba II fue descrita por Cayo Plinio Segundo (más conocido como ‘Plinio el Viejo’), pero cabe destacar que tal apelativo lo recibió originalmente la isla que actualmente conocemos como ‘Gran Canaria’.

Escudo de CanariasEste curioso origen de la toponimia del archipiélago canario es lo que llevó a que en el escudo  de esta comunidad autónoma aparezca flanqueada por dos canes.

 

Cabe destacar que, desde hace un tiempo, circula una explicación (bastante compartida en redes sociales) que indica que la denominación de las Canarias proviene de la ‘tribu de los Canarii’, un grupo étnico bereber que llegó hasta el archipiélago desde el norte del continente africano, aunque muy pocos son los historiadores que avalan este posible origen, el cual se fundamente en diversas hipótesis y pocas evidencias históricas y documentales.

 

 

 

 

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¿De dónde surge que en algunos lugares se le llame ‘cuzo’ (o cuza) a una persona fisgona?

A través de la página de Facebook de este blog, recibo un mensaje de Rodrigo Alonso que me consulta sobre el origen de llamar ‘cuzo’ o ‘cuza’ a una persona fisgona o entrometida, ya que es un término muy utilizado en Zamora, de donde es originario.

¿De dónde surge que en algunos lugares se le llame ‘cuzo’ (o cuza) a una persona fisgona?

Los términos ‘cuzo’ y ‘cuza’, tal y como especifica el diccionario de la RAE, son adjetivos utilizados en zonas concretas de Asturias, Galicia o León (y de otros lugares de Castilla, aunque esto último no viene indicado) para hacer referencia a una persona indiscreta y fisgona.

Etimológicamente proviene del término ‘cuz’ y a su vez este de interjección ‘¡cuz, cuz!’ con el que se llama a los perros.

También podemos encontrar que a cierto tipo de perro pequeño se le conoce como ‘cuzco’ (no confundir con la población peruana, ya que nada tienen que ver entre sí los vocablos) y también ‘cuzo’, existiendo referencias en algunos diccionarios del siglo XVIII (como el de Esteban de Terreros y Pando, de 1788) a la llamada de los canes o a denominar de ese modo a los de pequeño tamaño y/o edad.

En el continente americano, también se denomina en algunos lugares ‘cuzo’ a una persona entrometida (como en México) e incluso ‘cusco’ (con seseo) que es la interjección utilizada para llamar a un perro en Argentina o Uruguay.

El hecho de que en algunos lugares se les llame cuzo o cuza a las personas fisgonas o entrometidas, surge del carácter curioso y fisgón que tienen los perros, sobre todo cuando son de corta edad.

 

 

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¿De dónde surge el término ‘garrulo’?

¿De dónde surge el término ‘garrulo’?

Según dice el diccionario de la RAE, el término ‘garrulo’ significa: ‘Dicho de una persona: Rústica, zafia’ e indica que se trata de un adjetivo coloquial, dando como etimología un escueto ‘Quizá de gárrulo’, vocablo que va acentuado y que tiene su propia entrada, la cual nos ofrece tres  acepciones diferentes:

  1. adj. Dicho de un ave: Que canta, gorjea o chirría mucho.
  2. adj. Dicho de una persona: Muy habladora o charlatana.
  3. adj. Dicho de una cosa: Que hace ruido continuado, como el viento, un arroyo, etc.

Pero no hay rastro alguno a la descripción que se le da a la palabra ‘garrulo’ cuando va sin acentuar. En este caso indica que etimológicamente proviene del latín ‘garrŭlus’, cuyo significado venía a ser ‘parlanchín’ y hacía referencia en tiempos de la Antigua Roma a aquellos pájaros que cantan continuamente y de modo estridente, así como de las personas que habla mucho y seguido, de tal modo que parecen que gorjean en lugar de hablar.

Lo que no se tiene claro es en qué momento el término empezó a utilizarse para señalar de modo despectiva a una persona rústica o zafia.

La primera aparición en una publicación académica fue en el Diccionario de Autoridades de 1734, en el que el término venía sin acentuar y se le daba la acepción de ‘adjetivo que se aplica a las aves que cantan mucho, gorjean, o charlan, y por semejanza se dice también de los hombres que hablan mucho’. No fue hasta medio siglo después (1780) cuando en el Diccionario de la Academia Usual apareció el término en la forma ‘gárrulo’, dándole exactamente la misma acepción.

Fue a partir de la edición de 2001 del diccionario de la RAE cuando, por primera vez, se le dio el significado actual de ‘Dicho de una persona: Rústica, zafia’, por lo que dicho sentido despectivo podría haber surgido, posiblemente, del habla popular de la segunda mitad del siglo XX, donde se utiliza también como sinónimo de paleto, palurdo, cateto o tosco.

 

 

 

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¿Es correcto decir ‘aruñar’ en lugar de ‘arañar’ para indicar que se ha rasgado con las uñas?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en Instagram, un seguidor me realiza la siguiente consulta: ¿Sería correcto decir ‘aruñar’ en lugar de ‘arañar’ para indicar que se ha rasgado con las uñas?

¿Es correcto decir ‘aruñar’ en lugar de ‘arañar’ para indicar que se ha rasgado con las uñas?

Según indica la RAE, a través de la respuesta dada por su servicio de consulta sobre dudas lingüísticas y la entrada correspondiente en el Diccionario panhispánico de dudas: ‘La variante «aruñar» es propia del habla coloquial y popular de algunas zonas;  la voz propia de la lengua estándar es «arañar»’.

Según aparece en la edición actual del Diccionario de la RAE, en la primera acepción de la entrada ‘arañar’, nos indica lo siguiente: ‘Raspar, rasgar, herir ligeramente la piel con las uñas o con un objeto cortante o punzante’. Y también nos indica que se trata de una etimología discutida, dándonos la posibilidad de que pueda provenir de los vocablos araña y arar.

A pesar de las dudas sobre la procedencia de dicho término, que señala actualmente la publicación académica, cabe destacar que son numerosos los etimólogos y lingüistas que llevan defendiendo desde hace muchísimo tiempo que el verbo ‘arañar’ está formado por los vocablos ‘arar’ y ‘uña’, debido a que la marca que queda (tras hacer una herida con las uñas) recuerda a los surcos que hay en la tierra tras haber arado.

Hay algunas voces discordantes (las menos) que indican que no proviene de unir arar con uña, sino de juntar ‘araña’ y ‘uña’, ya que dicha marca recuerda a las patas de un arácnido (sinceramente, yo me quedo con la primera explicación).

El término ‘arañar’ aparece en textos del siglo XVI y fue recogido por primera vez en Diccionario de Autoridades, en el año 1726, donde ya se le daba como explicación de su origen la unión de las palabras arar y uña e incluso, en esa misma publicación, ya aparecía recogida la palabra en la forma ‘aruñar’, dándole como significado exactamente la misma acepción que en la entrada ‘arañar’: ‘Herir con las uñas alguna cosa de modo que dexe señál. Dícese mas comunmente Arañar’.

¿Es correcto decir ‘aruñar’ en lugar de ‘arañar’ para indicar que se ha rasgado con las uñas?

Entradas en el Diccionario de Autoridades de 1726 para los términos ‘aruñar’ y ‘arañar’

Actualmente el diccionario de la RAE sigue recogiendo el término ‘aruñar’ el cual remite directamente a la entrada ‘arañar’. Numerosos son los lingüistas y publicaciones que podemos encontrar en la red o libros de consulta, que indican categóricamente que ambas formas son igual de válidas, pudiéndose utilizar como sinónimas en un mismo texto.

 

 

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Fuente de las imágenes: Wikimedia commons / Diccionario de Autoridades

¿Cuál es el origen del término ‘berrinche’?

Conocemos como ‘berrinche’ al acto de tener un disgusto, rabieta o sofocación (empleado en expresiones del tipo ‘tener un berrinche’). El diccionario de la RAE define el término como ‘Irritación grande que se manifiesta ostensiblemente, y sobre todo la de los niños’ y fue recogido por primera vez en la edición de 1803 con la acepción ‘Coraje, enojo grande. Dícese comúnmente de los niños’.

¿Cuál es el origen del término ‘berrinche’?

Respecto al origen etimológico de ‘berrinche’ nos encontramos con dos posiciones enfrentadas que ofrecen diferentes procedencias para el término. De un lado, la RAE indica que el vocablo proviene del latín ‘verres’, que significaba ‘verraco’ (cerdo macho de mayor edad). Este animal, al llegar a la edad adulta, parece ser que se comporta de una manera incontrolada y rebelde, emitiendo unos sonidos (gritos, gruñidos) que recuerdan a los sollozos incontrolados de los niños cuando tienen una rabieta.

Por otro lado, hay quien defiende que el término proviene directamente de ‘berreo’, que es la voz (sonido) que emiten algunos animales (dar berridos) como los becerros (cría de la vaca) y estos son muy semejantes al fuerte e incontrolado llanto infantil.

Personalmente, a mí me convence más la segunda opción ¿cuál elegís vosotros?

 

 

 

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Fuente de la imagen: freesvg

¿De dónde proviene la expresión ‘Ser pájaro de mal agüero’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan de dónde proviene la expresión ‘Ser pájaro de mal agüero’.

¿De dónde proviene la expresión 'Ser pájaro de mal agüero'?

Suele utilizarse la expresión ‘Ser pájaro de mal agüero’ como clara referencia a aquel que es portador de malas noticias o de anunciar/presagiar algún acontecimiento negativo. Por ejemplo, puede utilizarse en una frase del tipo ‘No seas pájaro de mal agüero y ten un poco de fe en que todo saldrá bien’.

El término ‘agüero’, que aparece en la expresión, hace referencia a una curiosa práctica de adivinación que era realizada en la antigüedad y que se basaba en predecir futuros acontecimientos interpretando el vuelo o canto de las aves. Dicho procedimiento era denominado en latín como ‘augurium’ (de donde proviene el vocablo) y era llevado a cabo por un sacerdote denominado ‘augur’ (en latín ‘augŭris’).

La sociedad de la Antigua Roma era sumamente supersticiosa y  los ‘augures’ se dedicaban a vaticinar y pronosticar cuándo era el mejor momento para hacer alguna cosa importante, entre ellas el estrenar una casa, un edificio o realizar un evento (iniciar un negocio, ir a la guerra…), de ahí que también se originase el término ‘inaugurar’, cuya etimología (‘inauguratus’ en latín) significaba literalmente ‘consagrado por los augurios’. Dicha adivinación era realizada analizando el comportamiento, canto, vuelo y manera de comer de las aves.

De la misma raíz etimológica surgieron otros términos como ‘augurio’ (con el mismo significado que ‘agüero’: presagio, anuncio), ‘auspicio’, ‘inauguración’, ‘agorero’ o el nombre ‘Augusto’ (bendecido por los augures).

 

 

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Fuente de la imagen: maxpixel

El origen del Día Mundial de la Educación Ambiental

Desde 1975, cada 26 de enero se celebra el ‘Día Mundial de la Educación Ambiental’, una jornada en la que se persigue formar y concienciar a la población sobre el Medio Ambiente y todos sus problemas asociados.

El origen del Día Mundial de la Educación Ambiental

Este día fue instaurado a partir de la celebración del ‘Seminario Internacional de Educación Ambiental’, que tuvo lugar en Belgrado (actual capital de Serbia y por aquel entonces de Yugoslavia) entre el 13 y el 22 de octubre de 1975, reuniendo a 96 participantes y observadores de 60 países, quienes firmaron la conocida como ‘Carta de Belgrado’ (pdf), por la que naciones, organizaciones y estamentos se comprometían a trabajar en pos de la concienciación de la población e intentar resolver los problemas existentes.

A pesar de llevar casi medio siglo instaurada esta jornada y de los esfuerzos realizados, por y para concienciar, todavía queda mucho por realizar. Por tal motivo, toda iniciativa (pública, privada, colectiva e individual) es de gran ayuda para conseguir las metas marcadas.

Fundación MOMAEntre los muchísimos proyectos que se han puesto en marcha este 2022 para celebrar el ‘Día Mundial de la Educación Ambiental’ quiero destacar la iniciativa organizada por la ‘Fundación MONA’, una entidad sin ánimo de lucro dedicada al rescate y rehabilitación de primates que provienen de decomisos y que han tenido un pasado muy difícil o incluso cruel (muchos de ellos provenientes de circos y/o espectáculos que vivían en pésimas condiciones). Entre sus muchas funciones está rehabilitarlos física y mentalmente y proporcionarles una mejor vida.

Para ello, realizan numerosas actividades, entre ellas visitas guiadas a su centro de rehabilitación que se encuentra en la población de Riudellots de la Selva  (Girona) o poner a disposición de docentes e instituciones educativas, todo tipo de recursos con el objetivo final de promocionar en el alumnado el sentido crítico y la toma de conciencia de nuestra actividad en el planeta. Unas propuestas adaptadas a las diferentes etapas de la educación reglada, partiendo de la pedagogía y sin olvidar el desarrollo curricular estipulado para cada curso, ofreciendo una experiencia que apuesta por el fomento de la participación activa del alumnado, atendiendo a sus necesidades, teniendo en cuenta la diversidad y complejidad de cada uno de los participantes.

La Fundación Mona ha apostado por un nuevo canal educativo (Campus Virtual) a través de la educación online y gracias a un sistema de cámaras FullHD instaladas en el centro y a un software de realización de imagen emiten en directo, usando las imágenes y comportamientos de los primates rescatados. Un proyecto virtual que permite eliminar todas las barreras geográficas y ofrecer un proyecto educativo global sin restricciones, único hasta la fecha.

Fundación MOMA Campus Virtual

Tenéis toda la información sobre las actividades virtuales y recursos de esta iniciativa de la Fundación MONA en el siguiente enlace: https://virtual.fmona.org

También se puede ayudar o colaborar con esta entidad de diversos modos, encontrando toda la info necesaria de cómo hacerlo en este link: https://fundacionmona.org/ayudanos

Fuentes de las imágenes: Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico  / Fundació Mona

¿Cuál es el origen del término ‘buhardilla’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuál es el origen de buhardilla y si éste proviene de ‘búho’, tal y como leyó en cierta ocasión.

¿Cuál es el origen del término ‘buhardilla’?

Conocemos como ‘buhardilla’ a la parte más alta de un edificio (normalmente de una casa) que está situada inmediatamente por debajo del tejado y que algunas personas destinan a lugar donde guardar trastos e incluso como vivienda. Generalmente suele tener una ventana por la que entra la luz del día y que permite salir al tejado, recibiendo esta la misma denominación que el habitáculo (que también es conocido en ocasiones como ‘desván’).

Antiguamente se tenía el convencimiento de que el vocablo provenía de la palabra ‘búho’, debido a la creencia que se tenía de que esta ave rapaz solía colarse por los ventanucos superiores de las casas. Esta hipótesis (descartada desde hace bastante por la mayoría de etimólogos) se popularizó debido a que fue el posible origen propuesto por el lexicógrafo, del siglo XVII, Sebastián de Covarrubias, quien la incorporó en su obra ‘Tesoro de la lengua castellana o española’.

Etimológicamente, el término ‘buhardilla’ es el diminutivo de ‘buharda’, palabra que significa exactamente lo mismo y a su vez esta deriva de ‘bufarda’, la cual hacía referencia a la ventana o agujero que había en lo más alto de las casas y que servía como vía de escape o respiradero del humo (en caso de atasco en la chimenea) e incluso para que entrase el aire para ventilar la estancia.

El vocablo bufarda proviene de ‘bufar’, que significa literalmente ‘soplar’.

En los antiguos diccionarios como el de Autoridades (y todavía se mantiene en algunos actuales) también aparecen recogidos los términos ‘bohardilla’, ‘boardilla’ y ‘boarda’, dándoles el mismo significado que buhardilla.

 

 

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Destripando bulos: La expresión ‘No ver tres en un burro’ no proviene de los oculistas en Andalucía a principios del siglo XX

‘No ver tres en un burro’ es una famosa expresión frecuentemente utilizada para indicar que alguien no ve bien o tiene problemas de visión.

Destripando bulos: La expresión ‘No ver tres en un burro’ no proviene de los oculistas en Andalucía a principios del siglo XX

Circula por las redes sociales (y últimamente sobre todo por TikTok) numerosísimas publicaciones en las que, variando algún dato o detalle, todas ellas explican que esta locución se originó a principios del siglo XX en la Andalucía, cuando los oftalmólogos idearon un método gráfico con el que graduar la vista a la población rural y, como mayoritariamente estos eran analfabetos y no sabían distinguir las letras, decidieron poner dibujos, siendo la figura de un burro con tres individuos montados encima una de esas imágenes y si la persona en cuestión no era capaz de ver con claridad ese dibujo quería decir que padecía de miopía.

Destripando bulos: La expresión ‘No ver tres en un burro’ no proviene de los oculistas en Andalucía a principios del siglo XXPero esta explicación es totalmente falsa y fue inventada por el autor de la web ‘Emitologias’ en 2014 (concretamente la publicó el 19 de febrero). Se trata de una página que se dedicaba a publicar historias inventadas sobre el origen de expresiones (de ahí que se llame Emitologías y no Etimologías). El hecho de que algunas de las entradas que publicó se hicieran virales (y a la mala costumbre de la inmensa mayoría de usuarios de no contrastar la información que les llega) provocó que esa falsa explicación se haya extendido a lo largo y ancho de toda la red, siendo numerosísimos los blogs y webs que lo han copiado y publicado como si fuesen cierto (lamentablemente algunos de los que comparten y repiten ese bulo son personas que se dedican a la docencia).

Quienes sois habituales a mi blog y publicaciones, recordaréis que ya tuve una agria disputa con el autor de dicha página cuando se viralizó otra de sus publicaciones y que fue dada por buena y compartida incluso por algunos importantes medios de comunicación (me refiero a la falsa explicación que dio sobre el origen de la expresión ‘Poner mirando para Cuenca’, que sigue circulando y de la que publiqué el post  ‘La importancia de comprobar las fuentes para que no te cuelen un fake (bulo)’ el 23 de julio de 2014).

Sobre el verdadero origen de la expresión ‘No ver tres en un burro’ es algo confuso, ya que no hay conceso entre los expertos y etimólogos sobre su procedencia y el investigar sobre la misma se hace cada vez más complicado debido a la gran cantidad de información fake que se ha posicionado en la red por culpa de la publicación de la web Emitologías. Con lo fácil que es realizar una búsqueda en Google, poner la frase entrecomillada e indicar que los resultados sean anteriores a febrero de 2014 y comprobaremos que no existe ni una sola referencia (por muy atrás que nos vayamos en el tiempo) a oculistas (oftalmólogos), Andalucía o revisiones para gradar la vista, siendo la primera publicación en la que aparecen dichas referencias la mencionada entrada en Emitologías el 19 de febrero de 2014.

He invertido unas cuantas semanas a realizar búsquedas sobre la expresión (tanto en la red desde 2014 hacia atrás) como en libros antiguos, refraneros, etc y he ido tirando del hilo y encontrado posibles explicaciones sobre el origen del dicho que os detallo a continuación:

Entre esos posibles orígenes está quien indica que podría provenir del pasaje bíblico en el que se relata el momento en el que Hedores ordenó asesinar a todos los niños menores de dos años, siendo avisados la Virgen María y San José y huyendo estos de Belén, junto al recién nacido Jesús, montados los tres en un burro (mula, asno…) y sin que los soldados se percataran de ello, motivo por el que salvaron sus vidas. Una explicación poco fiable ya que tampoco tiene fuentes de referencia o expertos de solvencia que la avalen.

Otra de las explicaciones es la que indica que la expresión ‘No ver tres en un burro’ es la modificación de otras que se utilizaban tiempo atrás, entre ellas una que decía ‘No ver un burro a tres pasos’ o ‘No ver un burro a tres pies’, de las que hay bastantes referencias en libros y refraneros del siglo XIX. Estas variantes a la locución también existen en otros idiomas cooficiales de España, como ‘Non ver un burro a tres pés’ o ‘Non ver un burro a catro pasos’ (en gallego) y ‘No veure un bou a tres passes’ o ‘No veure un bou a quatre passes’ (en catalán).

Pero, curiosamente, en la página 159 del ‘Diccionario Catalan – Castellano – Latino (Tomo II)’, publicado en 1805, podemos encontrar que en la entrada correspondiente a la expresión ‘No veu un bou á tres passas’ (No ve un buey a tres pasos) nos remite directamente a la locución castellana ‘No ve siete sobre un asno’, la cual podemos encontrar en varias obras literarias (sobre todo piezas de teatro) de varios siglos atrás, entre ellas (y quizás la más popular) la titulada ‘El honor da entendimiento, y el más bobo sabe más’ de José de Cañizares y Suárez de Toledo, unos de los dramaturgos más famosos de principios del siglo XVIII (en este enlace podéis descargar el pdf de la obra).

Si seguimos tirando del hilo podemos encontrar que un sigo antes, concretamente en el año 1627, ya aparecía en la forma ‘Antójasele que ve siete sobre un asno’ y que era recogida en el libro ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales’ del célebre lexicógrafo Gonzalo Correas (en este enlace podéis descargar el pdf del libro).

Y es que cabe destacar que, siglos atrás, el hecho de decir este tipo de expresiones no se hacía como referencia a que alguien tenía un problema de visión (por ejemplo miopía) sino para indicar que una persona era cerrada de ideas, que no quería ver más allá de las evidencias o las pruebas y que se negaba a reconocer algo obvio.

Hasta aquí todo lo que he ido encontrando respecto al origen de la expresión ‘No ver tres en un burro’, sus variantes y modificaciones a lo largo de los siglos, pero si algo es seguro es que no proviene de la explicación inventada y publicada por la web dedicada a difundir bulos emitologicos.

 

 

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