Archivo de agosto, 2022

¿Qué diferencia hay entre un ‘museo’ y una ‘pinacoteca’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan qué diferencia hay entre un ‘museo’ y una ‘pinacoteca’.

¿Qué diferencia hay entre un ‘museo’ y una ‘pinacoteca’?

Es habitual utilizar los términos ‘museo’ y ‘pinacoteca’ como sinónimos de un lugar donde se guardan y exhiben obras (que también puede ser denominado como ‘Galería de arte’)

El término pinacoteca hace referencia única y exclusivamente a las obras pictóricas (cuadros, pinturas, lienzos…). Etimológicamente proviene del latín ‘pinacothēca’ y este del griego ‘pinakothḗkē’, formado por ‘pinakos’, genitivo de ‘pinax’ (tabla pintada) y ‘thêke’ (depósito), siendo su significado literal ‘depósito de tablas pintadas’ (teniendo en cuenta que en la Antigua Grecia se pintaba sobre tablas y no lienzos).

Por su parte, un museo es el lugar destinado a conservar y exhibir cualquier tipo de objeto, ya sea de carácter artístico, científico, cotidiano, social… Todo aquello que se puede reunir y mostrar puede formar parte de la colección de un museo. La etimología del término la encontramos en el latín ‘musēum’ y a su vez este del griego ‘mouseîon’ siendo su significado ‘casa o templo de las musas’, debido que en la antigüedad se tenía el convencimiento que toda aquella obra artística (escultura, pintura, danza, música, poesía…) había sido realizada gracias a la influencia que las musas habían realizado sobre el correspondiente creador (artista) y, por tanto, donde posteriormente se guardarían y/o expondrían debía ser un lugar dedicado a esas deidades.

 

 

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Media docena de expresiones relacionadas con la Iglesia

Media docena de expresiones relacionadas con la Iglesia

Lo que dice va a misa:

Expresión utilizada para dar rotundidad a un argumento e, incluso, para adjudicarle autoridad a cierta persona o figura (por ejemplo, lo que dice mi madre va a misa). Originalmente la locución nombraba al papa de Roma, como máxima autoridad religiosa y sus dictámenes debían ser escuchados y obedecidos con atención, ya que las  bulas papales solían ser comunicadas y difundidas entre los feligreses a través de los sermones de la misa dominical.

Llegar y besar el santo:

Locución que señala la suerte y oportunidad de algo que le sucede a alguien de forma casual e inesperada (por ejemplo, incorporarse a una partida de cartas y llevarse el bote acumulado en la primera mano). La expresión surge de la tradición de ir en peregrinación a visitar un lugar religioso en el que se expone la figura de algún santo o virgen. Es costumbre pasar frente a la talla y besar alguna parte y, para ello, se suele congregar un gran número de personas que provocan que se forme una gran cola, de manera que la espera se hace larga; no obstante, en determinados momentos la circulación humana es menor y más rápida, por lo que puede darse la ocasión de que alguien que acaba de llegar en ese preciso instante no encuentre a nadie delante y acceda directamente ante la santa figura, circunstancia que dio origen a la expresión.

Entrar con el pie derecho:

En los antiguos misales se indicaba que un sacerdote que tenía que oficiar una ceremonia religiosa debía acceder al altar dando el primer paso con el pie derecho. La razón de hacerlo así era porque al paraíso solo se podía acceder por el camino de la derecha y, además, haciéndolo con ese pie.

Hacer algo en un santiamén:

El término santiamén se utiliza como sinónimo de instante, momento o rato, y para señalar que algo va a estar listo o hecho en muy breve lapso. Es la contracción de la parte final de la oración latina, utilizada para persignarse: ‘in nomine patris et filii et spiritus sancti, amen’ (en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén), que suele pronunciarse en el momento final de una oración o celebración religiosa, por lo que con ella se daba por terminada. Al llegar ese momento parece ser que muchas personas cogían carrerilla a la hora se santiguarse y pronunciaban las dos últimas palabras tan deprisa que se oía santiamén, de ahí que quedara asociada a aquello que se hace rápidamente.

Ser mano de santo:

Locución que hace referencia a que algo es curativo. Muy asociado a algún tipo de medicamento, ungüento o brebaje, de que se dice que es mano de santo cuando tiene efectos sanadores rápidos. Durante la Edad Media surgió la costumbre de desmembrar a algunos santos, de los que se tenía la creencia de que proporcionaban protección, suerte y salud, que se repartieron en diferentes iglesias. Tales restos eran muy venerados y, de ellos, las manos eran la reliquia a la que se atribuían más poderes.

No saber de la misa la mitad:

Hubo un tiempo en el que todas las poblaciones había una iglesia, pero no de suficientes sacerdotes para oficiar misa en todas ellas, por lo que se echaba mano de los clérigos, quienes todavía ni habían sido ordenados sacerdotes, pero tenían permiso para oficiar algunas celebraciones religiosas. Solían saberse de carrerilla todo el texto de la misa en latín, por lo que, de sufrir algún despiste, se podían quedar en blanco con mucha facilidad y no sabían cómo continuar; eso dio pie a expresiones como ‘no saber de la misa la media’ o ‘no saber de la misa la mitad’. Tras oficiar la misa, muchos de ellos eran invitados a almorzar en la casa de algún feligrés, donde comían opíparamente; eso llevaba a que lo conocieran como clérigos de misa y olla.

 

 

Encuentra más curiosidades como esta leyendo otros post de este blog o en mi libro ‘El listo que todo lo sabe ataca de nuevo. Palabras y palabros’

 

 

 

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Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XIX)

Soy un amante de las palabras y los palabros y continuamente ando buscando y rebuscando en el diccionario y otras publicaciones, todo tipo de términos que no sean popularmente conocidos pero que tienen algún significado relevante (o lo tuvo en el pasado, ya que también amo aquellos vocablos que se encuentran en desuso).

Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XIX)

Tengo una gran recopilación y aquí os traigo la decimonovena entrega de ‘Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías’:

Ceñar:

Guiñar, hacer señas.

Bahorrina:

Suciedad.
Conjunto de muchas cosas asquerosas mezcladas con agua sucia.
Conjunto de gente soez y ruin.

Odonato:

Dicho de un insecto: Que tiene grandes ojos compuestos, abdomen largo y fino y dos pares de alas membranosas y transparentes, y es depredador (por ejemplo, la libélula o el caballito del diablo).

Ebúrneo:

De marfil.
Parecido al marfil.

Omnímodo:

Que lo abraza y comprende todo.

Jabardillo:

Bandada grande, susurradora, arremolinada e inquieta, de insectos o aves.
Remolino de gente.

 

 

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Algunas etimologías de términos relacionados con ‘estar de juerga’ (II)

Segunda entrega de la serie de posts dedicados a explicar algunas etimologías de términos relacionados con ‘estar de juerga’.

Algunas etimologías de términos relacionados con ‘estar de juerga’ (II)

Farra:

Término de origen portugués y que pasó al español hablado en Sudamérica a través del brasileño. Su significado literal era juerga, jarana y parranda y apareció recogido por primera vez en el diccionario de la RAE en su edición de 1925. Muy probablemente el idioma portugués lo tomó del vocablo árabe dialectal  ferḥa y que significaba  fiesta.

Parranda:

Otro sinónimo para referirse a una juerga y que apareció por primera vez en el diccionario en 1884 con la acepción de  holgorio, fiesta, jarana. Según la RAE es un término de origen incierto, pero algunos etimólogos apuntan a que podría ser una variante del vocablo  farra y otros opinan que posiblemente provenga del término  parra, ‘vid, cepa’ y del hecho de desmadrarse bebiendo el producto resultante de dicha planta (el vino).

Desmadrarse:

Irse de juerga, haciendo algún exceso descontrolado (por ejemplo bebiendo más de la cuenta) y comportarse de un modo libertino o desordenado. También se conoce como  salirse de madre (aunque es menos común este modo de referirse a ello) y, curiosamente, no proviene de la figura materna sino del hecho de que el agua de un río de salga de su cauce, debido a que este es conocido como  madre. Un desmadre fluvial (por ejemplo debido a una riada) suele provocar caos y desorden, por lo que se utilizó dicho vocablo para hacer referencia a las conductas fuera de lo normal y lo estipulado (que se sale de su cauce)

Despendolarse:

Término que se utiliza como sinónimo de  desmadre, aunque nada tiene que ver, originalmente, con juergas ni cauces de río. En realidad proviene de una pieza fundamental para el buen funcionamiento de cierto tipo de relojes y que es conocido como  péndola, la cual consiste en una varilla que cuelga de alguno de esos aparatos (sobre todo de pared o sobremesa) y cuyas oscilaciones regulan el movimiento, haciendo que el reloj (de péndulo) marche correctamente. Cuando se desajusta la péndola (o sea, se despendola) provoca que se retrase, dé mal la horas e incluso que se quede parado, de ahí que despendolarse acabara sirviendo para señalar a aquel que hace algo fuera de los convencionalismos y formalidades.

Ir de picos pardos:

Famosísima expresión utilizada coloquialmente para hacer referencia al acto de  irse de juerga pero originalmente hacía alusión al acto de ir con prostitutas, debido a la antiquísima costumbre que existió en España de uniformar a las trabajadoras callejeras del sexo con unas faldas de color marrón (pardo) y que acababan en forma de picos.

 

 

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Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XVII)

Soy un amante de las palabras y los palabros y continuamente ando buscando y rebuscando en el diccionario y otras publicaciones, todo tipo de términos que no sean popularmente conocidos pero que tienen algún significado relevante (o lo tuvo en el pasado, ya que también amo aquellos vocablos que se encuentran en desuso).

Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XVII)

Tengo una gran recopilación y aquí os traigo la decimoséptimo entrega de ‘Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías’:

Ronzar:

Comer algo quebradizo partiéndolo ruidosamente con los dientes.
Mover algo pesado ladeándolo con palancas.
Dicho de una persona o de una embarcación: Andar despacio y como a golpes.

Quimbambas:

En sitio lejano o impreciso.

Falucho:

Embarcación costanera con una vela latina.
Sombrero de dos picos y ala abarquillada que usaban los jefes militares y los diplomáticos en las funciones de gala.
Arracada (Arete con adorno colgante).

Mundanear:

Atender demasiado a las cosas del mundo, a sus pompas y placeres.

Cadejo:

Parte del cabello muy enredada que se separa para desenredarla y peinarla.
Madeja pequeña de hilo o seda.
Conjunto de muchos hilos para hacer borlas u otras obras de cordonería.
En la mitología popular, animal fantástico al que se le atribuye aparecerse a algunas personas para asustarlas o llevárselas.

Eritrofobia:

Fobia a ruborizarse.

 

 

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Un puñado de etimologías de términos relacionados con las borracheras

Un puñado de etimologías de términos relacionados con las borracheras

Borrachera:

Tras ingerir una cantidad importante de una bebida con graduación alcohólica suele causar un efecto de  embriaguez o  borrachera y al que se encuentra en tal situación se le llama  borracho, un término que llegó al castellano desde el catalán  morratxa, que hacía referencia a un tipo de vasija en el que se introducía el vino u otros licores. El término sufrió un cambio de la  eme inicial por una  be, muy posiblemente por la influencia del vocablo  botella.

Calamocano:

Término con el que en la época del Siglo de Oro (Francisco de Quevedo lo utilizó en varias de sus obras) se referían a quien estaba borracho o embriagado e incluso a aquel que ha perdido sus facultades físicas o mentales a causa de la ingesta de alcohol. Esto hizo que dicho vocablo se convirtiera en sinónimo de chochear. El origen etimológico es incierto y así aparece en el diccionario de la RAE, aunque hay ciertos lingüistas que apuntan como una posible procedencia el antiguo término en euskera kalamanka cuyo significado era  gandul,  holgazán.

Coger una turca:

Expresión que sirve para señalar el acto de emborracharse. El origen de nombrar a una borrachera como  turca no está demasiado claro, existiendo un par de hipótesis. Hay quienes opinan que proviene de la época del Imperio Otomano en la que algunos soldados turcos, tras una batalla, saqueaban las poblaciones y bebían alcohol (esto último algo que estaba prohibido por su religión islámica) por lo que la falta de costumbre hacía que les hiciera un mayor y rápido efecto. Otros expertos opinan que la locución  coger una turca podría provenir de la antigua costumbre de rebajar el vino con agua, a este acto se le conocía como  bautizarlo y al vino que era puro y sin agua era llamado  turco (porque los turcos no están bautizados). La graduación de esa bebida era superior y, por tanto, mayor la posibilidad de emborracharse al beberlo. De esta costumbre existe una antigua expresión que dice Piar el turco, que significaba  beber vino puro y que, entre otros, fue utilizada por Miguel de Cervantes en alguna de sus obras.

Tajada:

Modo coloquial para llamar a una borrachera (también en la forma  tajá). Hace referencia a la porción o corte (tajada) de embutido, queso o carne que era costumbre servir en todos los mesones junto a una jarra de vino y que servía para asentar el alcohol en el estómago popularizándose siglos atrás un refrán que decía  Buen vino y buena tajada y no apurarse por nada. Normalmente el cliente pedía al mesonero  una jarra de vino y una tajada, pero, con el tiempo, acabó denominándose como  una tajada de vino y de ahí a asociar una borrachera (producida por la ingesta de vino) en una  tajada.

Tener mala uva:

La bebida alcohólica más consumida a lo largo de la historia ha sido el vino y la fruta con el que se elabora (uva) se convirtió en uno de los numerosos sinónimos con los que referirse al estado de embriaguez. Ello propició a que surgieran diferentes expresiones, como  Coger una uva que quería decir  emborracharse o  Tener mala uva la cual no hacía referencia a una posible mala calidad de la fruta sino a una de esas malas borracheras que provocaban discusiones y peleas, de ahí que esta locución acabara refiriéndose a aquellos individuos que tenían mal beber y que, tras la ingesta de alcohol, su carácter se volvía malhumorado, violento o agresivo.

 

 

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Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XVI)

Soy un amante de las palabras y los palabros y continuamente ando buscando y rebuscando en el diccionario y otras publicaciones, todo tipo de términos que no sean popularmente conocidos pero que tienen algún significado relevante (o lo tuvo en el pasado, ya que también amo aquellos vocablos que se encuentran en desuso).

Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XVI)

Tengo una gran recopilación y aquí os traigo la decimosexta entrega de ‘Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías’:

Esconjuro:

Exorcismo contra los malos espíritus.

Perdulario:

Que pierde las cosas frecuentemente.
Sumamente descuidado en sus intereses o en su persona.
Vicioso incorregible.

Pródromo:

Malestar que precede a una enfermedad.

Catalina:

Excremento, especialmente el humano.
En bicicletas y motocicletas, plato grande en donde se engancha la cadena.

Tercerol:

En algunas cosas, lo que ocupa el lugar tercero, como el remo de la tercera bancada, el rizo chico en los faluchos, etc.

Tronga:

Mujer galanteada o pretendida por un hombre.

 

 

 

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El origen de media docena de términos relacionados con las personas chismosas

Ya sea en petit comité, a través de las redes sociales o entre un grupo de amistades, siempre ha existido la afición por hablar sobre los demás, bien para criticar o bien para opinar sobre algo relativo a su vida. Esos actos también han recibido diferentes términos para referirse a ello y aquí os traigo el origen de media docena de ellos.

El origen de media docena de términos relacionadas con quienes hablan de los demás

Chismorrear:

Hablar con indiscreción o malicia de alguien o de sus asuntos. Se trata de la acción de difundir ‘chismes’, término que ya aparece registrado en los primeros diccionarios dándole la acepción de ‘Murmuración o cuento, con que alguno intenta descomponer una persona con otra, metiendo cizaña, y refiriendo lo que no tiene necesidad de que se sepa’. Etimológicamente, el término chisme proviene del latín ‘schisma’ y este del griego ‘schísma’ (escisión, separación). Antiguamente al acto de explicar un chisme se le conocía como ‘chismar’ o ‘chismear’. La forma ‘chismorrear’ no apareció recogida por el diccionario de la RAE hasta su edición de 1992 en el que le daba el significado de ‘Contarse chismes mutuamente varias personas’. En el Diccionario de Autoridades de 1729 también aparece la palabra ‘chismoso’ dándole el significado: ‘La persona que es cuentista, enredadora, y que se ocupa en meter cizaña entre amigos y parientes, y entre amos y criados, urdiendo chismes y enredos para perturbar la paz, y la amistad’.

Cuchichear:

Cuando alguien habla en voz baja, al oído de otra persona, con la intención de que los demás no se enteren, está cuchicheando, un término que proviene del canto que realiza la perdiz que es conocido como chuchichiar, debido a que la forma de comunicación de esa ave se asemejaba enormemente al acto de hablar por lo bajini.

Chafardear:

Hablar con indiscreción sobre la vida y asuntos de personas ajenas. El vocablo nació a raíz de la antigua costumbre de reunirse las mujeres en un lavadero público o en el río para hacer la colada, momento que aprovechaban para chismorrear sobre el vecindario o de alguna persona en concreto. El término proviene del catalán xafardejar, de idéntico significado; este era una variación de ‘safareig’ (lavadero) en catalán. De ahí también surgió la expresión ‘fer safareig’ (hacer la colada), que se convirtió en sinónimo de chismorreo y de habladurías.

Cotilla:

Persona amiga de chismes y cuentos (tal y como lo define la RAE). El término proviene de un tipo de  corpiño muy usado por las mujeres entre los siglos xvii y xix y se convirtió en sinónimo de chafardera a raíz del apodo tía Cotilla con el que era conocida una mujer llamada María Trinidad, y que se hizo enormemente célebre en la década de 1830 por liderar una banda de criminales, además de dedicarse a malmeter opinando sobre sus paisanos y denunciando ante las fuerzas carlistas a los ciudadanos que estaban contra el aspirante al trono, Carlos María Isidro de Borbón, hermano del fallecido Fernando VII.

Bisbisear:

Hablar en voz baja sobre alguien. También se usa como bisbisar y  ambos términos provienen de bisbís, onomatopeya que recordaba al sonido semejante al cuchicheo que hacían las perdices al comunicarse.

Vidajenear:

Fisgonear, husmear e intentar enterarse de la vida ajena. Se trata de un neologismo que fue incorporado por primera vez al diccionario de la RAE en su edición de 2001.

 

 

 

 

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Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XV)

Soy un amante de las palabras y los palabros y continuamente ando buscando y rebuscando en el diccionario y otras publicaciones, todo tipo de términos que no sean popularmente conocidos pero que tienen algún significado relevante (o lo tuvo en el pasado, ya que también amo aquellos vocablos que se encuentran en desuso).

Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías (XV)

Tengo una gran recopilación y aquí os traigo la decimoquinta entrega de ‘Media docena de palabras recogidas en el diccionario de la RAE y que quizás no conocías’:

Letraherido:

Que siente una pasión extremada por la literatura.

Respigón:

Padrastro de los dedos.
Llaga que se hace a las caballerías en los pulpejos, con dolor y algo de materia.

Cincuentén:

En el Pirineo aragonés y catalán, dicho de una pieza de madera de hilo: De cincuenta palmos de longitud, con una escuadría de tres palmos de tabla por dos de canto.

Hollejo:

Piel delgada que cubre algunas frutas y legumbres, como la uva, la habichuela, etc.

Codicilo:

Antiguamente, y hoy en Cataluña, toda disposición de última voluntad que no contiene la institución del heredero y que puede otorgarse en ausencia de testamento o como complemento de él.
Documento que contiene el codicilo.

Filosofastro:

Falso filósofo, que no tiene la calidad necesaria para ser considerado como tal.

 

 

 

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Un puñado de etimologías de términos relacionados con malhechores (II)

Segunda entrega de la serie de posts dedicados a explicar las etimologías de términos relacionados con malhechores.

Un puñado de etimologías de términos relacionados con malhechores (II)

El término malandrín se empleó mucho en tiempos pasados (sobre todo en el Siglo de Oro) y hacía referencia a cierto tipo de malhechor que destacaba por ser malvado a la hora de cometer sus fechorías. Etimológicamente proviene del italiano  malandrino, utilizado para referirse al salteador de caminos, pero, a su vez, ese vocablo provenía de la malandria, una enfermedad similar a la lepra . Quien padecía de malandria (un malandrino) era expulsado de la población por ser una dolencia contagiosa; para ganarse la vida, esos enfermos se dedicaba a asaltar y robar a aquellos que transitaban por los caminos.

El vocablo mangante y su diminutivo mangui son otros dos sinónimos de ladrón que provienen de la lengua de los gitanos. Surgen del verbo mangar, que en caló significaba originalmente ‘pedir, mendigar’. La popularización de dichos términos hizo que con el tiempo se relacionara a quienes se dedicaban a mendigar con la delincuencia y, de ahí, que se transformara el significado original.

 Quinqui es una forma de denominar a los delincuentes. El término se popularizó hacia finales de la década de 1970 y toda la de 1980 por el gran número de películas que se rodaron y cuya temática era la delincuencia juvenil. Pero el vocablo no surgió entonces, sino que es muy anterior y hacía referencia a aquellos que se dedicaban a vender quincalla (baratijas, piezas de escaso valor), comúnmente conocidos como quincalleros, cuyo apocopé es quinqui. Estos solían ser de la etnia de los mercheros, un pueblo nómada dedicado a la venta ambulante y cuyos miembros tenían fama de delincuentes.

Un sicario es la persona que recibe el encargo de llevar a cabo crimen. El término proviene del latín  sicarius, que se suele traducir como ‘asesino a sueldo’ si bien originalmente significaba ‘el que usa una sica’. La sica era un pequeño puñal que se llevaba camuflado entre la ropa y que utilizaban en tiempos de la Antigua Roma los que habían sido contratados para acabar con la vida de algún rival. Fue tal el auge de los sicarios en aquella época que, en el año 81 a. C. se tuvo que legislar al respecto y se promulgó la lex cornelia de sicariis et veneficis (Ley Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores).

Muchas son las novelas, series y películas de época en las que al personaje malhechor se le denomina  villano, otro término que en su origen nada tenía que ver con la delincuencia y que acabó siendo sinónima de quienes cometen algún delito. Originalmente, un villano era aquel que vivía o procedía de una villa (casas de campo que se encontraban alejadas de la población principal). Muchos fueron quienes se trasladaron hasta las grandes urbes durante la Edad Media y los que allí residían (artesanos, funcionarios de la Corte, burgueses…) no los veían con buenos ojos. Los procedentes de las villas solían carecer de estudios y, en alguna ocasión, de modales, por lo que no gozaban de la simpatía de sus nuevos vecinos y el término adquirió connotaciones negativas.

 

 

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