Archivo de febrero, 2021

¿De dónde surge la expresión ‘La casualidad es la décima musa’?

Recibo un mensaje Inés M. Salvador donde me pregunta de dónde surge la expresión ‘La casualidad es la décima musa’ y en el que también quiere saber quiénes eran las otras ‘nueve musas’.

¿De dónde surge la expresión ‘La casualidad es la décima musa’?

Según la mitología griega, existían nueve deidades femeninas, conocidas como ‘musas’, que eran las encargadas de dotar de talento e inspirar a los artistas y escritores.

Estas eran hijas de Zeus (un Dios considerado por los griego como el padre de los dioses y los hombres’) y de Mnemosine (Diosa de la memoria). Los relatos mitológicos recogieron que a lo largo de nueve noches  mantuvieron relaciones, engendrando en un parto múltiple a nueve hijas cuya misión encomendada era ser las patrocinadoras de todas las artes (de la antigüedad).

Calíope era la musa de la retórica y la poesía; Clío, de la historia; Erato, de la elegía; Euterpe, de la música; Melpómene, de la tragedia; Polimnia, de la lírica; Talia, de la comedia; Terpsícore, de la danza y Urania, de la astronomía y astrología.

Con el término ‘musa’ también se ha conocido a la inspiración o ingenio que ha tenido un artista o escritor y frecuentes han sido las ocasiones en las que el no tener una buena idea para plasmar en una obra ha sido achacada por estos a que  no habían sido visitados por las musas.

Fue el célebre escritor y dramaturgo español, Enrique Jardiel Poncela, quien acuñó el aforismo ‘La casualidad es la décima musa’, siendo incluida en su obra ‘Máximas mínimas’, publicada en 1937.

Jardiel Poncela destacó por ser uno de los grandes y más productivos autores del llamado ‘teatro del absurdo’, siendo muy prolífica su obra literaria (autor de docenas de obras, guiones cinematográficos, novelas, narrativa corta e infinidad de artículos periodísticos), algo que, a menudo, achacaba a la casualidad, haciendo un paralelismo entre esta y la musas, de ahí que lo encasillase como la décima de ellas.

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿De dónde surge llamar ‘ring’ al espacio donde se desarrolla un combate de boxeo?

A través de mi cuenta @curiosisimo en la red social TikTok me preguntan de dónde surge llamar ‘ring’ al espacio donde se desarrolla un combate de boxeo.

¿De dónde surge llamar ‘ring’ al espacio donde se desarrolla un combate de boxeo?

En castellano tenemos el término cuadrilátero para referirnos al espacio, delimitado por unas cuerdas y suelo de lona, en el que tiene lugar un combate de boxeo, el cual recibe dicho nombre debido a que su forma es cuadrada.

Pero curiosamente, en el argot pugilístico también se utiliza la forma ‘ring’ para designar a ese mismo lugar. Lo sorprendente es que el significado literal de este vocablo, proveniente del inglés, es ‘anillo, aro o círculo’, algo que contradice a la morfología del lugar de combate.

¿De dónde surge llamar ‘ring’ al espacio donde se desarrolla un combate de boxeo?

La explicación a que esto sea así es que, originalmente, los boxeadores no se colocaban dentro de un cuadrilátero delimitado por cuerdas sino que los combates se desarrollaban dentro de un círculo que se pintaba o marcaba en el suelo y los espectadores se colocaban alrededor del mismo.

La tradición pugilística de los británicos propició a que los términos anglosajones referentes a dicho deporte se universalizaran, siendo común utilizar las formas ‘boxeo’, ‘boxeador’ o ‘ring’ en lugar de las castellanizadas ‘pugilismo’, ‘pugilista’ y ‘cuadrilátero’.

 

 

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Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons / silabg

Libro recomendado: ‘Historia de España sin mitos ni tópicos’ de César Cervera y Manuel P. Villatoro

Cientos son los mitos y leyendas falseadas que existen alrededor de la historia de España y que, desde hace siglos, se han compartido como si de verdaderos relatos se trataran.

Una ‘Leyenda Negra’ que ha llevado a minusvalorar algunas de las grandes gestas logradas por esta nación y, sobre todo, a menospreciar a sus innumerables protagonistas y héroes.

‘Historia de España sin mitos ni tópicos’ de César Cervera y Manuel P. VillatoroPara acabar con este tipo de propaganda antiespañola (que ha sido utilizada y fomentada a lo largo de los siglos por intereses extranjeros, pero también por foráneos) se está intentando divulgar desde hace unas cuantas décadas, y de un modo lo más objetivo y equidistante posible, con el fin de ofrecer los hechos tal y como sucedieron, sin tergiversación ni utilización política y muchos son los escritores que se han animado a publicar algún libro ofendiéndonos esas otra versión más realista de la verdadera historia.

Uno de los últimos libros que ha salido al mercado editorial es ‘Historia de España sin mitos ni tópicos’, publicado por B de Bolsillo (Penguin Random House) y escrito por César Cervera y Manuel P. Villatoro, escritores y periodistas al cargo de la sección de historia del prestigioso diario ABC.

Se trata de un libro que, a través de sus cerca de 500 páginas, nos trae una recopilación de los mejores artículos (y algunos capítulos inéditos) que estos dos divulgadores históricos han publicado en el mencionado periódico en los últimos años.

Dividido en cinco capítulos que van desde la ‘Hispania Romana’, pasando por la ‘Edad Media’‘Tercios y conquista’, el ‘Final del Imperio’ o los relatos ‘Hacia la actual España’, una sesentena de episodios forman parte de este recomendable libro para todas aquellas personas amantes de la historia de España, con el fin de que conozcan el verdadero relato de lo que ocurrido en esta gran nación y que a veces ha quedado emborronado por la Leyenda Negra.

 

‘Historia de España sin mitos ni tópicos’ de César Cervera y Manuel P. Villatoro
Editorial: B de Bolsillo (Penguin Random House)
ISBN: 9788413142395
https://www.megustaleer.com/libros/historia-de-espaa-sin-mitos-ni-tpicos/MES-119025

 

 

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Calvicie, calvario y calavera, tres términos con un mismo origen etimológico

Días atrás, el lector de este blog ‘ignotis parentibus’ dejó un comentario en otro post en el que me preguntaba ‘¿De dónde proviene la palabra calvo para referirnos a alguien sin pelo en la cabeza y cuando se utilizó por primera vez?’

Calvicie, calvario y calavera, tres términos con un mismo origen etimológico

Elaborando la entrada para contestar la consulta, recordé que hace tiempo estuve investigando sobre el origen de varios términos (entre ellos calvo), encontrando que estos provenían de la misma raíz etimológica, así que aprovechando este post voy a hablar también de ellos: calvicie, calvario y calavera.

La ‘calvicie’ se trata de la falta de pelo en la cabeza (cuando nos referimos a la caída de éste se utiliza el término ‘alopecia’), término que proviene del latín ‘calvities’, de exacto significado y que a su vez procedía de ‘calvus’, que dio nuestro ‘calvo’, un adjetivo utilizado para hacer referencia a una persona que ha perdido el pelo de la cabeza. No hay una constancia específica sobre cuándo se utilizó por primera vez estos vocablos, pero se sabe que ya en la Antigua Roma era común su uso. Ya aparece recogida la palabra el en Diccionario de Autoridades de 1729.

El término ‘calvario’ lo utilizamos en la actualidad para hacer referencia a la ‘sucesión de adversidades y desgracias’ que puede estar sufriendo una persona (famosa es la expresión ‘estar pasando un calvario’). Proviene del latín ‘calvarium’, nombre que recibía el monte donde fue crucificado Jesucristo, y que significa ‘conjunto o acumulación de calaveras’, debido a que dicho montículo era un lugar se amontonaban las calaveras y otros restos óseos de los condenados que habían sido ejecutados.

‘Calavera’ proviene del latín ‘calvaria’ y se aplicaba a aquello que carecía de pelo, como podía ser un cráneo, quedando con el tiempo asociado a éste.

Tanto calvicie, como calvario y calavera y sus correspondientes términos en latín (calvities, calvarium y calvaria) provienen etimológicamente del vocablo indoeuropeo ‘kləwo’, cuyo significado literal era ‘sin pelo’ y se aplicaba tanto a los seres humanos (calvos) como a los animales (una vez despellejados).

 

 

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Fuente de la imagen: nubedepalabras

¿De dónde proviene llamar ‘retro’ a la moda de evocar cosas del pasado?

Evocar cosas del pasado está de moda. Las nuevas generaciones están recuperando toda una serie de cosas que eran de uso común varias décadas atrás, haciéndolas revivir de nuevo. Una corriente que ha sido bautizada con el término ‘retro’ y que engloba infinidad de cosas: peinados, estilos musicales, piezas de ropa, complementos, artilugios y aparatos…

¿De dónde proviene llamar ‘retro’ a la moda de evocar cosas del pasado?

El término retro etimológicamente proviene del latín, escrito del mismo modo y cuyo significado era ‘hacia atrás’, este es también el motivo por el que la ‘marcha atrás’ de los automóviles sea identificada con una R (de retro). Conocida también es la locución latina ‘Vade retro Satana’ cuya traducción literal es ‘Hacia atrás, Satanás’).

Cabe destacar que es frecuente encontrar el término retro- acompañando a otra palabra, por ejemplo: retrovisor (espejo para ver lo que ocurre detrás nuestro), retrógrado (persona con pensamientos de tiempos pasados), retroceder (volver hacia atrás)…

Pero para hacer la rememoración hacia las cosas del pasado no se tomó directamente el mencionado término desde el latín, sino del vocablo inglés con misma grafía y que éste al mismo tiempo había hecho una abreviatura de la palabra francesa ‘rétrospectif’ (retrospectivo).

De ese modo se le llamaba a las exposiciones que se encargaban de reunir y exponer piezas ya pasadas de moda u obsoletas (retrospectiva), con el fin de mostrar cómo eran los gustos y tendencias de generaciones pasadas.

 

 

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¿De dónde proviene el término ‘pícnic’?

Conocemos como ‘pícnic’ a la comida que se hace de una manera informal en el campo, normalmente comiendo en el suelo (sentados sobre una manta), usando una mesa y sillas plegables que hemos llevado o utilizando el mobiliario que ya está colocado en algunos lugares habilitados para realizar ese tipo de ágape campestre.

¿De donde proviene el término ‘pícnic’?

El término llegó al castellano a través del inglés ‘picnic’ e inicialmente se estuvo utilizando esa grafía, hasta que la Real Academia de la Lengua aconsejó acentuar el vocablo.

Pero la forma picnic no es originaria de los anglosajones, sino que ellos lo tomaron prestado (se calcula que en el siglo XVIII) del francés ‘piquenique’ (también escrito ‘pique-nique’), un término que era la unión de los vocablos ‘pique’ y ‘nique’ y que se le dio el significado de ‘comer (en el sentido de picar) pequeñas porciones de diferentes platos’.

Existe constancia del uso término piquenique en el año 1694 y cuya acepción original era ‘hacer una comida pagando cada uno su parte’. Evidente esa comida era realizada en el campo (de ahí el carácter campestre del vocablo) y hacía referencia a un tipo de reunión informal en la que cada comensal aportaba algún alimento o bebida, que después era compartido y degustado por todos los presentes.

Fue en 1748 cuando apareció por primera vez en inglés con la forma picnic, en una carta en la que el conde de Chesterfield hablaba de una comida campestre. Según consta, no fue hasta bien entrado el siglo XIX cuando se popularizó el uso de este término para hacer referencia a los ágapes que se realizan en el campo.

 

 

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Fuentes de consulta: etimologias.dechile / cnrtl.fr (I) / cnrtl.fr (II)  / lefigaro / Le Trésor de la langue française / etymonline / fundeu
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