Se conoce como blasfemar a la acción de maldecir, insultar e injuriar a alguien o algo, de carácter sagrado, con intención de ofender, tanto a nivel individual como colectivo, un sentimiento religioso.
El término ‘blasfemia’ proviene del latín tardío ‘blasphemĭa’ y éste a su vez del griego ‘blasphēmía’ cuyo significado es ‘palabra injuriosa’, aunque algunos etimólogos prefieren traducirlo como ‘acción de hablar contra Dios’.
A lo largo de la mayor parte de la Historia, se ha perseguido y castigado duramente la blasfemia, la cual ha sido considerada un grave delito (y todavía lo es en un gran número de países, culturas y religiones).
Desde cortar o perforar la lengua, a condenas de largos periodos de presidio e incluso la pena de muerte (como la lapidación) han sido algunos de los castigos con los que se penaba el acto de blasfemar.
En España la blasfemia estuvo perseguido durante largo tiempo (muy especialmente durante la Edad Media por la Inquisición) y aunque dejó de ser considerada como un delito (contra Dios) a partir de 1988, todavía se castiga, tal y como recoge la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en su artículo 525:
Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.
En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.
Muchas naciones son los que hace mucho tiempo abolieron sus leyes medievales contra la blasfemia, pero podemos encontrar que en la totalidad de países del Islam todavía está perseguida, siendo el castigo la pena de muerte.
En los últimos años se ha podido ver cómo se ha perseguido a escritores y publicaciones que han mencionado al Islam o a Mahoma (profeta de los musulmanes), produciéndose incluso atentados terroristas llevados a cabo por islamistas radicales.
Este tipo de persecuciones son los que dieron paso a crear, en el año 2009, un ‘Día Internacional por el Derecho a la Blasfemia’, en el que se reivindica el derecho a la libertad de expresión en todos los sentidos, sin tener que ser perseguidos judicialmente ni por fanáticos religiosos.
Se eligió esta fecha como efeméride de la publicación que se realizó, en 2005, en el periódico danés Jyllands-Posten, en el que aparecían una docena de caricaturas satíricas de Mahoma, y que provocó las quejas por parte de un gran número de naciones musulmanes y un grave conflicto diplomático que fue haciéndose cada vez más grande y tensó cada vez más las relaciones entre occidente y el mundo musulmán.
Cada 30 de septiembre, desde 2009, numerosos son los colectivos se aprovechan esta fecha para reivindicar libertad de expresión en el que ya se ha establecido como el ‘Día Internacional del Derecho a la Blasfemia’.
La persecución de la blasfemia, a lo largo de la Historia, dio pie a que, desde hace varios siglos atrás, se utilicen términos y exclamaciones que han sido transformadas en un eufemismo (forma de aludir a algo sin necesidad de decir una grosería o blasfemar). Bajo estas líneas encontrarás algunos enlaces a unos cuantos posts relacionados.
No te pierdas el episodio 2×04 (#22) del podcast ‘Ya está el listo que todo lo sabe’ dedicado a los insultos, palabrotas y blasfemias y que cuenta con la colaboración especial del actor Sergio Pazos:
También conocido como ‘Pompoir’, el beso de Singapur se trata de una milenaria práctica sexual asiática que consiste en la introducción del pene en la vagina y los músculos circunvaginales contraerse y relajarse con intención de masajear el miembro introducido.
También es practicado en las relaciones con penetración anal, siendo los músculos pubocoxígeos los que realizan el mencionado masajeo.
El conseguir dominar esta técnica requiere varios años de entrenamiento e incluso puede facilitar su destreza el entrenar introduciéndose unas bolas chinas, las cuales se deben ir moviendo con los mencionados músculos.
Según los expertos en sexo tántrico, el beso de Singapur es una disciplina que ayuda a aumentar la intensidad del coito, así como alargar su duración.
¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa
Suele utilizarse el término ‘cantamañanas’ cuando queremos referirnos a alguien que nos parece un irresponsable, informal o que no nos merece crédito alguno (y de este modo también lo define el diccionario de la RAE).
Etimológicamente dicho vocablo no se originó como referencia a algún tipo de personaje que se dedicaba a cantar por las mañanas, como si de un majadero se tratara (ni tan siquiera a los gallos), sino que nació durante el Siglo de Oro (siglos XVI y XVII) como una clara alusión a aquellos tipos que, huyendo de cualquier responsabilidad, dejaban los quehaceres y trabajos pendientes y sin terminar para el día siguiente.
Muchos eran a quienes se les encomendaba algún tipo de encargo y respondían con un ‘¡Mañana!’, ya que no tenían intención alguna de llevarlo a cabo (también para aquellos a los que se les pedía un favor o un préstamo).
El hecho de decir (cantar) de una manera descarada ese ‘¡mañana!’ propició que la respuesta del interlocutor fuese ‘¡Ya cantó mañana!’ y, con el tiempo, a aquellos que abusaban de dicha forma de escaquearse de lo que se le pedía se les empezó a llamar ‘cantamañanas’.
A través de la cuenta en Instagram de este blog (@yaestaellistoquetodolosabe2) recibo un mensaje en el que me consultan sobre la razón por la que, antes de una intervención quirúrgica, recomiendan no llevar las uñas pintadas.
Varios son los motivos por los que se aconseja no llevar esmalte de uñas (y tampoco uñas postizas, ya sean de gel, acrílicas o porcelana) cuando hay que realizarse cualquier tipo de intervención que requiera pasar por el quirófano y anestesia. Las principales razones son:
Durante algunas intervenciones suele colocarse en el dedo del paciente un pequeño aparato conocido como saturómetro (también llamado oxímetro) a través del cual se puede medir la saturación de oxígeno en la sangre y controlar que no padezca una hipoxemia. La sensibilidad de dicho medidor es tal que algún rastro de esmalte podría provocar que las lecturas del mismo pudieran llegar a ser inexactas. Así que para evitar cualquier riesgo es recomendable no llevar pintauñas.
Por otro lado, también se recomienda no llevarlas pintadas debido a que el aspecto y color natural de las uñas ayuda a que el personal médico que está atendiendo al paciente (especialmente al anestesiólogo) pueda observar si durante la intervención cambian de tonalidad (poniéndose de un tono azulado) lo que indicaría, a simple vista (y por si el saturómetro no ha sido colocado o no da lecturas correctas) que está teniendo una disminución o saturación de oxígeno en la sangre.
Décimo cuarta entrega de la serie de post dedicados a traer a este blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que, posiblemente, conocías pero con otro nombre distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.
Potorro: Algunas son las personas que utilizan el término ‘potorro’ para referirse, de una manera desenfadada, al órgano sexual femenino, pero en realidad este vocablo es como se conoce, coloquialmente, al ‘salero’.
Rimero: Es la montaña de cosas colocadas unas sobre otras.
Dedada: Es aquella porción de algún alimento (como la miel, mermelada, leche condensada, crema de chocolate…) que podemos tomárnosla utilizando el dedo en lugar de una cuchara.
Gruesa: Este término polisémico, entre las muchas acepciones que tiene (además de la referencia a una persona o cosa grande y corpulenta) también es utilizado para denominar a doce docenas. Es una unidad de medida utilizada sobre todo en ferreterías o mercerías y equivale a 144 piezas (una gruesa de tornillos, una gruesa de botones…).
Tabaque: Es el cestillo de mimbre utilizado para poner utensilios pequeños, ropa e incluso el canastillo que se coloca en una bicicleta.
Alunarse: La acción de echarse a perder un alimento (por culpa del moho, porque se ha secado…).
Bizna: Se trata de la parte no comestible del interior de una nuez, encargada de separar las cuatro partes de este fruto seco.
Ramonear: Acción de cortar las puntas de las ramas de los árboles.
Veneficio: Tranquilos, no se me ha colado ninguna errata, esté término se escribe con uve y hace referencia a un hechizo o maleficio. Pero no es el hecho de palabra (como por ejemplo lo que se conoce como ‘echar un mal de ojo’) sino al realizado a través de algún tipo de pócima (lo comúnmente conocido como ‘poción mágica’).
Liño: Árboles o plantas colocados en línea.
Cabrilla: Trípode en el que un carpintero coloca una pieza de madera sobre la que tiene que trabajar.
Regatón: No, no me refiero a la música reggaetón. Este término es con el que se conoce al remache (normalmente de goma) que se coloca en el extremo inferior de los bastones o en las patas de algunas sillas.
Así como para el sexo oral realizado a un hombre existen diversos términos con el que se conoce (felación, francés o mamada si usamos un lenguaje más soez…) en el caso del que se practica a una mujer está mucho más limitado existiendo un término con el que generalmente nos referimos a ello: ‘cunnilingus’.
Cunnilingus proviene del latín y está formado por dos partes, el vocablo ‘cunnus’ (que significa ‘vulva’) y el verbo ‘lingĕre’ (cuyo significado es ‘lamer’) y por tanto la traducción literal sería ‘que lame la vulva’.
Cabe destacar que, erróneamente, hay quien le da un significado distinto al término cunnilingus señalando que proviene de ‘conejo’ (en latín ‘cunicŭlus’) y ‘lengua’, que en latín se escribía ‘lingua’, pero nada tiene que ver.
Quizá te puede interesar comprobar cuáles son tus conocimientos sobre sexualidad en el curioso trivial: ¿Cuánto sabes de SEXO?
¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa
En los últimos meses se ha compartido por las redes sociales una serie de fotografías en las que se podía apreciar a diferentes militares estadounidenses que portaban en el lateral derecho de sus gorras una bandera española sobre la que estaba la silueta del famoso ‘toro de Osborne‘.
Estos militares forman parte de la tripulación del destructor USS Carney DDG-64 que, desde septiembre de 2015, está destinado en la base Naval de Rota (Cádiz) como parte del escudo antimisiles que ha desplegado la OTAN en la zona sur de Europa.
Aunque dicho distintivo no es portado por todos los militares del USS Carney, sí que lo llevan un gran número de éstos como muestra de respeto y aprecio de la tripulación del barco hacia sus anfitriones españoles (tal y como declararon los portavoces del destructor).
Cabe destacar que las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se instalaron en la base Naval de Rota a partir de 1953, año en el que se firmó el conocido como ‘Pacto de Madrid’, por el cual el gobierno del dictador Franco cedía territorio español para que los estadounidenses dispusieran de cuatro bases militares a cambio de ayuda económica (y militar). El propio logotipo de la base Naval de Rota es también un toro (aunque no el de Osborne) sobre una silueta de la Península Iberica.
A través de Twitter, @ruben_rubn me pregunta sobre el origen de la expresión ‘Es del año de la pera’.
Esta locución se utiliza para indicar que algo es muy antiguo o sucedió hace muchísimo tiempo.
Lo que no está tan claro es el origen de dicha expresión, debido a que son múltiples las respuestas que se encuentran sobre su posible procedencia. A continuación os explico las tres que más compartidas son:
Por una parte, el posible origen al término ‘pera’ como alusión a algo acontecido hace mucho tiempo, y que cuenta con un mayor número de apoyos por parte de historiadores y expertos en etimología, es el que indica que hace referencia al célebre bandolero catalán, del siglo XVII, Perot Rocaguinarda (mencionado en la segunda parte de El Quijote como ‘Roque Guinart’) y cuyo nombre (Perot) es un aumentativo de Pere (pronunciado como ‘pera’). El hecho de relatar historias protagonizadas por este famoso bandido y la transmisión oral de las mismas una generación tras otra, hizo que quedará asociado a sucesos ocurridos mucho tiempo atrás (algo muy similar a lo ocurrido con la expresión ‘ser de tiempos de Maricastañas’ que os expliqué en otro post).
También podemos encontrar quien señala como origen de la expresión ‘ser del año de la pera’ a los interruptores de la luz que antiguamente había en muchos hogares (colocados principalmente en los dormitorios sobre la cama) y que eran conocidos como ‘peras’ debido a su característica forma.
Finalmente, hay quien indica que proviene de la época en la que los caballeros llevaban perilla (barba que se dejaba crecer en la punta de la barbilla y que solía tener forma de pera invertida).
Conocemos como ‘bochorno’ al calor asfixiante y estado de sofocación (sobre todo en verano con altas temperaturas y un altísimo nivel de humedad en el ambiente) y como referencia al rubor del rostro (a causa de pasar vergüenza o sentirse ofendido).
Etimológicamente proviene del latín ‘vulturnus’ cuyo significado literal era ‘viento del este’ (también llamado ‘viento solano’) y hacía referencia al viento muy cálido que llegaba a ser molesto y sofocante y que, según los antiguos romanos, provenía de las islas griegas (algunas fuentes lo llaman ‘viento del sureste’).
En el siglo XVII ya aparece mencionado el término bochorno y la primera aparición en el Diccionario de Autoridades es del año 1726, dándole el significado ‘Vapor caliente y molesto que levanta el viento solano en el estío’. También es recogido en la forma ‘buchorno’, que es como se estuvo diciendo siglos atrás y que estuvo apareciendo en los diccionarios oficiales hasta el año 1936.
Como nota curiosa, cabe destacar que en el Diccionario de Autoridades de 1726 se apuntaba como posible origen etimológico a bochorno a la unión de los término ‘boca’ y ‘horno’, dándole la siguiente explicación: ‘porque el calor que da parece al que despide la boca del horno encendido’.
Varios han sido los ejemplos que te he explicado en este blog sobre la afición que siente el pueblo japonés hacia todo lo relacionado con el sexo, siendo uno de los más populares el dedicado al pene que se realiza prácticamente en todos los rincones del país a lo largo de diferentes días del año.
Muchos y muy diversos son los festivales que se llevan a cabo en el que se rinde culto fálico a través de procesiones en las que varios hombres pasean por las calles un pene de madera de grandes dimensiones (los más comunes miden dos metros y medio de largo por unos sesenta centímetros de diámetro, con un peso que oscila entre 250 y 300 kilos).
Una de esas muchas festividades es la que tiene lugar a punto de llegar la primavera y cuya intención es proporcionar prosperidad y fertilidad (tanto a las personas como a la naturaleza). La sesentena de penitentes que cargan el gran pene, conocidos como ‘Yaku-Otoko’ (厄男), tienen todos ellos, curiosamente, 42 años de edad.
Y es que, en la cultura japonesa, es precisamente esa edad en la que se determina que comienza la decadencia de los hombres y por tanto es declarado como el año del infortunio.
Los Yaku-Otoko, que literalmente significa ‘hombre en el año del infortunio’, realizan una serie de actos para purificarse y, a partir de ese nefasto año 42 de vida, poder tener una próspera y vigorosa vida futura.
Tres son las edades del infortunio para los hombres nipones: los 25, 42 y 61 siendo conocidos esos tres momentos críticos de la edad de un varón como Yaku-doshi (o Yakudoshi 厄年) y de las tres los 42 años están considerados como la peor etapa del hombre, que además representa la central.
De todas las celebraciones que se realizan por este motivo, la que tiene lugar en Komaki (población al norte de Nagoya) conocida como ‘Hōnen Matsuri’, es la más popular y concurrida, celebrándose cada 15 de marzo desde hace, aproximadamente, 1.500 años.
¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa