«Fíjate, Alfonso el Batallador, sobre el que escribí una novela con mi hijo Alejandro, ganó 29 batallas y perdió la última, la número 30. No soy supersticioso, pero no quiero perder esa batalla«, me explica José Luis Corral cuando le pregunto por su intención de abandonar la novela histórica, expresada recientemente por él mismo en redes sociales y en la presentación de su última novela, Corona de sangre, segunda parte de su biología sobre la Castilla del siglo XIV. Porque la noticia es esa, el novelista e historiador abandona el género que ha cultivado durante 26 años y 29 ficciones.
«Creo que son demasiadas», me confiesa el escritor aragonés, «Yo estoy harto de mi mismo, así que la gente supongo que también«, añade con socarronería. «26 años de escribir novelas, desde que publiqué El salón dorado, es suficiente», reafirma.
Así que uno de los autores que podríamos decir que ha sido fundacional en el género histórico español contemporáneo, guste o no, sobre todo desde la publicación de quinta novela El Cid, pone punto y final a su trayectoria en el género que le ha dado éxito y nombre.
En esta decisión, reflexionada y tomada en las últimas semanas, Corral esgrime una serie de argumentos. En primer lugar, que tiene tres libros de Historia -sin ficción- pendientes, «muy potentes» en sus palabras, y que no quiere que esperen más, sobre todo uno, sobre Covadonga, en el que el autor tiene muchas esperanzas puestas.
También el tiempo y el dejar espacio para otros. «Hay mucha novela histórica y hay que dejar hueco a la gente joven», me asegura.
Pero también hay algo de desencanto. «Estoy harto de tanta falsificación de la Historia a través de la novela», afirma, «ya está bien de tanto novelista y periodista que hace pasar sus novelas por Historia». Es un mensaje habitual en este autor, catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Zaragoza, que ha intensificado desde su salida hace año y pico de la asociación Escritores con la Historia. Es una mención nada velada a algunos autores que, en su opinión, «no han leído más que un par de libros de Historia antiguos y se creen que salvadores de la Historia». Y asegura que le sorprende que sus compañeros, «los historiadores, no reaccionen ante estas actitudes».
¿Es una despedida definitiva? Parece que del género histórico, sí, en palabras del autor. «En principio, no voy a escribir otro tipo de novelas tampoco, aunque tenga algunas ideas; no de novela negra, que también es un género muy saturado… Creo que mi fase de novelista ha terminado», concluye.
Lo que sí hará en los próximos meses es «rescatar y republicar» algunas de sus obras descatalogadas, en Penguin.
Ante esta determinación solo queda preguntarle cómo cree que ha cambiado el género histórico español desde su llegada hasta su marcha. «En el cambio cualitativo no soy quién para juzgar», señala, «pero desde el punto de vista cuantitativo ha sido espectacular: cuando publiqué mi primera novela salían como mucho 12 novelas históricas al año; ahora, entre reediciones, novedades, autoediciones… pueden llegar a 400. Hacer un estudio panorámico del género histórico desde 2010 hasta hoy es inabarcable, imposible. Casi ni siquiera por épocas: solo de romanos deben salir unas cien obras al año».
«También es interesante el fenómeno de la incorporación de las autoras«, reflexiona, «aunque se le podrían poner comillas, porque muchas de esas novelas son románticas o costumbristas con fondo histórico. Había muy pocas hace veinte años y ahora muchas y con mucho éxito. Son un auténtico aluvión, sobre todo en ficciones ambientadas en el siglo XIX y XX».
Así que José Luis Corral deja el género histórico y se centra en el ensayo. Nos quedan sus novelas ya escritas.
¿Qué opinión os merecen? ¿Cuál ha sido vuestra novela de Corral favorita?
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« Raro es el historiador que no quiere meter su pata ». El historiador debe seguir la ética, vocación y sacerdocio del arqueólogo al pie de la letra, meticuloso, y paciente sin corromper el descubrimiento.
13 diciembre 2022 | 10:05