José Zoilo, tras un ‘triplete’ de premios histórico: «Los vikingos eran gente sin filtro»

Presentación de la novela Lordemano en el Certamen Internacional de Novela Historica (FOTO: JESÚS DELGADO)

Tres años, tres novelas, tres premios. Algo tiene el biólogo canario José Zoilo para conseguir una marca así en la novela histórica española: ganó el premio Ciudad de Pozuelo, por su trilogía Las cenizas de Hispania; el Cerros de Úbeda, con El nombre de Dios y, recientemente, el Ciudad de Cartagena, con Lordemano. Me asegura el autor que recibe este último premio con «ilusión tremenda» y que le da mucho valor por el «la dimensión» del evento que lo da, en su décimo tercera edición, y con «el elenco de ganadores» anteriores: «He pasado de ser lector de estos magníficos autores, que han sido referentes para mí, a compartir con ellos la responsabilidad y el honor de este premio».

Le pregunto a Zoilo por ese triplete y por cómo ve su carrera tras lograrlo. «Estoy en un momento que nunca imaginé que llegaría cuando empecé a escribir la que fue mi primera novela, El Alano«, asegura. «Tres premios en tres de los certámenes más importantes del género en nuestro país, y encima en muy poco tiempo… Es algo que me da algo de vértigo, pero por otro lado me hace ver que voy en la dirección correcta y me anima a seguir disfrutando con la escritura», confiesa el escritor canario. No es para menos, no debe haber tantos casos parecidos al suyo, con este triple histórico que ha logrado.

Con Lordemano -ya compartí mis impresiones sobre esta novela con vosotros en este blog-, Zoilo ha dado un pequeño salto temporal y temático, del mundo visigodo -a comienzos y finales, en sus cuatro anteriores novelas- al mundo vikingo y la Península Ibérica alto medieval. «Hay muchas similitudes», explica, «los vikingos, en realidad, eran germanos como los godos, pero habían estado más tiempo fuera del mundo romano. Compartían muchas cosas y parte de su naturaleza, pero los visigodos se habían romanizado. Los vikingos eran gente sin filtro y eso me gustaba mucho, porque me daba la oportunidad de crear unos personajes que generan conflicto allá donde vayan», asegura el escritor.

Sin embargo, a pesar de esa descripción sin filtro y esa llamada a la aventura clara, le comento que quizá en esta novela haya percibido más preocupación por los personajes. «Me lo pidió desde el principio esta historia», afirma, «quería crear un personaje muy salvaje, pero al que sus peripecias y su capacidad para superarlas le van a transformar y así le iba a dar una complejidad y una profundidad que, a priori, no estaban. Es alguien destinado a ser rey, un héroe… que acaba esclavizado y sordo de un oído. La parte emocional me daba muchas oportunidades narrativas».

Zoilo se refiere Hrolf Ragnallson, el protagonista de Lordemano, un vikingo noruego instalado en Irlanda al que la vida le dará un vuelco durante una razzia en el norte de la Península Ibérica, junto a sus compañeros de batalla y a otros que irá descubriendo en su periplo. «En esta novela hay sentido del viaje y del compañerismo, algunos con lazos culturales y otros sin ellos, algunos que generan comodidad y otros desconcierto, pero eso da amplitud al juego como escritor».

Históricamente, y más allá del mundo vikingo, había una cuestión peninsular que le llamaba la atención al novelista canario para tratar en su novela: el llamado «desierto del Duero», tras la conquista musulmana. «¿De verdad estaba vacío? ¿Dónde se fue toda aquella gente? Fue mi gran duda histórica, lo más complicado a nivel de recreación de la novela», explica Zoilo, «fue todo un reto, ¿dibujaba un León deshabitado o una ciudad habitada por cristianos temerosos tanto de los musulmanes del sur como de los asturianos de las montañas? Opté por opciones más modernas y matizadas, por reconstruir una tierra con población, pero como una tierra de nadie, dura y pobre, que vive entre dos mundos».

José Zoilo, con el premio CERROS DE ÚBEDA. FOTO: JESÚS DELGADO

Precisamente en un pasaje ambientado en León, uno de los protagonistas nórdicos compara sus murallas con las de la mítica Asgard. Reconstruir para sus personajes la cosmogonía y el imaginario escandinavo supuso un auténtico placer para este escritor. «Su mitología es multicolor y de una profundidad enorme», asegura, «y trabajar eso me llevó meses, sobre todo para preparar un personaje secundario que es un escaldo y que lo convertí en una especie de homenaje a Snorri Sturluson«.

Además, este novelista insiste en que ha puesto mucho cuidado en evitar las «muchas ideas preconcebidas y erróneas» que hay sobre los vikingos. «No todos los barcos eran drakkars, no todos los nórdicos eran vikingos… Creo firmemente que las novelas deben darnos pistas de algunos errores que tenemos en nuestro imaginario colectivo», explica. Zoilo ya compartió con nosotros su pasión por el mundo vikingo y escandinavo en el podcast que realizamos sobre la serie The Last Kingdom y las novelas en las que se basa, la saga de Uthred el Pagano, de Bernard Cornwell.

Los vikingos están de moda por series televisivas y el mundo Marvel y su Thor, ¿es una oportunidad y un gancho para llegar a un público joven que parece alejado del género histórico? «Creo que sí», responde Zoilo, «los vikingos son atractivos de por sí, con su componente épico y aventurero… Pero no está de más, que relacionen el Thor de Marvel y las series y rasquen, y vean que hay algo más allá de sus productos culturales». Y, tras decirlo, me confiesa que escribir una novela juvenil fue la primera idea que tuvo cuando pensó en hacer algo sobre vikingos.

Puedes seguirme en FacebookTwitter y Goodreads.

Si te ha gustado esta entrada, quizá te interese…

Los comentarios están cerrados.