El águila en la nieve, una crepuscular novela de romanos convertida en clásico

Fotograma de la película ‘Gladiator’.

Romanos resistiendo en el Rin ante hordas de bárbaros que desean cruzarlo para encontrar un lugar para vivir, generales de honor, sin aliados ni apoyo, en una batalla sin esperanza… El argumento de El águila en la nieve, de Wallace Breem podría resultarnos, tras tantos años leyendo a muchos, grandes y pequeños, autores de novelas históricas de romanos bastante visto y trillado. Sin embargo, algo tiene esta gran novela del escritor y archivista inglés (1926-1990) para que siga siendo una de las grandes novelas de romanos y, más específicamente, de sus fronteras y su época final.

Resulta que esta novela de 1970 (publicada y mantenida aún disponible en España por Alamut, con traducción de Núria Gres) se mantiene en plena forma y no le ocurre, como a muchas otras, que el paso del tiempo y la evolución de las formas de narrar la han envejecido prematuramente. Todo lo contrario, la historia del veterano general Paulino Gayo Máximo funciona como un reloj, como una más de las grandes novelas bélicas. Algo tendrá que ver en su gran descripción del mundo castrense que Breem hubiera servido de joven en el Ejército británico en India -otra de sus novelas, El leopardo y la montaña, está ambientada en las peripecias de los soldados británicos en la Tercera Guerra Afgana-.

Breem apuesta por un inicio trepidante -casi demasiado acelerado- donde se narra casi toda la vida de Paulino Gayo Máximo, sus batallas y tragedias en Britania, defendiendo el Muro de Adriano, hasta que ya veterano, es trasladado a la frontera del Rin, con su legión, con la misión, solitaria y hasta casi suicida, de defenderla de la coalición de pueblos bárbaros que espera en el margen oriental del río para cruzar, presionados por los temibles hunos. Es ahí donde se desarrolla gran parte de la novela, donde estalla con precisión y emoción la historia y donde Breem construye un clásico moderno de la ficción ambientada en la antigua Roma. Sin estridencias, pero con pulso y mirada.

Máximo es un hombre de honor, crepuscular, perteneciente a otra época. Creyente del culto a Mitra en tiempos donde ya casi todos se han convertido en cristianos. Defensor de unos valores militares y romanos, en un imperio que se desmorona por la corrupción y que, cada vez más, confía en pueblos extranjeros para su defensa. Se ha dicho que Breem inspiró su protagonista en la figura de una figura histórica, Marco, un usurpador que se hizo proclamar por sus tropas britanas emperador de Occidente, sin mucho éxito, a comienzos del siglo V.

Breem entrelaza unos personajes soberbios que van creciendo con la novela -Paulino, sobre todo, pero también su comandante de caballería, Quinto, su primo Juliano, que reniega de Roma, Artorio, el líder civil de la provincia, el obispo, los distintos líderes y reyes germanos…-. Es una novela de guerra, de hombres (pocos personajes femeninos, algunos interesantes, pero de pequeño papel) y de batallas y resistencias sin esperanza.

El escritor británico brilla especialmente en crear ambientes y atmósferas, en captar el espíritu de la época y sus personajes. Aunque tenemos el punto de vista de los romanos, no se siente como una historia maniquea de buenos y malos. Entendemos a los germanos, a Paulino y a los habitantes de la provincia que recelan de las tropas. Sentimos el frío, el hambre y el horror a los que se enfrentan unos y otros. Y descubrimos que ganen o pierdan, el futuro de todos es sombrío.

La mirada de Breem es poderosamente crepuscular bajo el prisma de Paulino: él sabe que la Roma que defiende y con la que sueña ya no se existe, que lucha contra todos por algo muerto. Que la Roma cristiana que defiende apenas le acepta por sus creencias. Pero sigue luchando con espíritu marcial, con precisión.

No sólo en las batallas destaca esta novela. Hay momentos de grandes emociones, que cortan la respiración, que sin excesivos sentimentalismos desnudan personajes y época: Cuando se encuentran en bandos contrarios Paulino y Juliano, su primo renegado; cuando el general descubre la infedilidad de su fiel Quinto o cuando acude a una iglesia donde se ha refugiado un desertor y se enfrenta al obispo.

Un clásico de la novela histórica que tiene menos fama, pero no menos calidad, que otros más conocidos. Si os gustan las novelas históricas de romanos, no os la podéis perder.

Se ha dicho alguna vez que se cogió algo del espíritu de esta novela para la película Gladiator. Podría ser, aunque yo no lo veo demasiado. Lo que sí tengo claro que es que El águila en la nieve, daría para una estupenda miniserie televisiva, seguramente mejor que algunas que hemos visto recientemente.

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