Javier Pellicer: «La mitología es parte de nuestro pasado, nos ayuda a entender cómo fuimos e incluso cómo somos»

El escritor Javier Pellicer.

De la Creta minoica a los primeros colonizadores de Irlanda. De la arqueología a las leyendas. El salto que propone Javier Pellicer (Valencia, 1978) en su cuarta y más personal novela, Lerna. El legado del Minotauro (Edhasa, 2020), es doble y lo resuelve a base de sabiduría tolkeniana y una apuesta decidida por la novela de aventuras. Y aprovecha para dar una imagen de aquel mundo lejano más interconectado de lo que en principio podría parecer.

Charlo con el escritor valenciano para que nos cuente las claves de esta original novela, precisamente en esta, la semana en la que se celebra San Patricio, patrón de Irlanda…

Arranca la novela con una cita de Tolkien en la que relaciona historia y mito…

Era la cita perfecta para abrir esta novela en concreto. Lerna bebe directamente de la mitología, pero está asentada en la Historia. Y, como a Tolkien, me parece un binomio que conecta de manera natural pero que, por desgracia, los novelistas históricos no utilizamos tanto como podríamos. La mitología es parte de nuestro pasado, nos ayuda a entender cómo fuimos e incluso cómo somos.

Es evidente que la Historia influyó a Tolkien a la hora de construir su imaginario, pero ¿cree que ha influido él en la narrativa histórica actual?

Estoy convencido, y a las pruebas me remito: no soy el único autor que ha reconocido que Tolkien le marcó a fuego. Escritores tan reconocidos como Javier Negrete, Blas Malo o Teo Palacios han comentado hasta la saciedad la influencia del autor británico. Al fin y al cabo, los elementos característicos de la obra de Tolkien son perfectamente transportables a la literatura histórica.

¿Es Lerna una novela histórica?

En mi opinión, sí, ya que transcurre en un período histórico retratado con minuciosidad, así como representa una cultura, la minoica, en base a los conocimientos adquiridos a través de la arqueología. Sin embargo, caben matices: la base argumental procede de un mito, y la mitología obviamente no es una fuente histórica, aunque ayude a comprender a los pueblos que la desarrollaron. Además, el componente sobrenatural está mucho más presente que en las novelas históricas convencionales. Algunos lectores han empezado a catalogarla como “novela histórica mitológica”.

¿Cómo se le ocurrió mezclar los mitos irlandeses con la antigua Creta?

Fue algo natural, consecuencia de la pura reflexión. La idea inicial era contar dentro de un escenario histórico real el mito del pueblo de Partolón, según la mitología irlandesa el primer grupo que colonizó Irlanda. La pregunta era obvia: ¿de dónde vino Partolón? El mito está datado mediante una fecha bíblica que me situaba en plena Edad del Bronce, y asegura que Partolón vino de una Sicilia ocupada por los griegos, pero el problema era que en aquella época los griegos ni siquiera existían todavía, y mucho menos llegaron a Sicilia. ¿Qué otra opción me quedaba? Solo una, la única civilización que en esos tiempos tenía capacidad marítima para llegar a Irlanda: la Creta minoica. Y entonces todos los engranajes se acoplaron. Fue la solución perfecta, la que hacía que la historia tuviera coherencia y resultara creíble. Y además me permitía utilizar una cultura histórica fascinante, con escenarios tan maravillosos como el palacio de Cnosos.

Es quizá una muestra de que aunque el concepto de globalización, de interconexión entre sociedades y culturas, parece reciente es mucho más antiguo de lo que pensamos…

Exacto. De hecho, esa idea está presente en todas mis novelas históricas, especialmente en Leones de Aníbal. El ejército del líder cartaginés era un mosaico de pueblos de orígenes muy distintos, trabajando en perfecta armonía. Con Lerna subyace la misma reflexión, avalada por el trabajo arqueológico: en la Creta minoica era habitual hallar joyería creada con ámbar, un material nativo del norte de Europa, mientras que se han encontrado objetos de origen micénico en tumbas europeas. Incluso los mitos celtas tienen poderosas similitudes con la religión minoica, como la adoración de animales como el toro o de una diosa madre. En Galicia existen petroglifos que muestran barcos de aspecto mediterráneo datados en plena época minoica. Las sociedades antiguas no vivían confinadas en sus propios límites, estaban abiertas al resto del mundo conocido.

Intentar dar forma y contexto histórico a leyendas, y más en épocas antiguas, ¿qué dificultades y oportunidades ofrece al novelista?

Las dificultades son obvias: la mitología es un relato subjetivo plagado de inexactitudes y que, en la mayoría de los casos, son complicadas de ubicar en un tiempo histórico. Pero las oportunidades superan con creces cualquier escollo, porque nos permite utilizar una herramienta poderosísima a la hora de plasmar aquellas culturas tan antiguas. Los mitos dieron forma al pensar y al día a día de las sociedades del pasado, del mismo modo que la religión cristiana lo hace en la actualidad. Además, hay historias apasionantes, dramas increíbles que bien merecen ser contados de forma que el lector pueda descubrirlos, como ocurre con el relato de Partolón.

También hay elementos sobrenaturales en la novela…

Es inevitable. Para los pueblos antiguos los grandes fenómenos de la naturaleza se explicaban gracias a entidades con capacidades sobrenaturales. Capacidades que a veces otorgaban a los mortales a través de visiones en sueños, de la danza sagrada en torno a los toros, de la música bárdica, de terribles profecías. Son elementos apasionantes que nos dan una visión distinta de las civilizaciones del pasado, porque es cierto que habitualmente en la novela histórica solemos obviar estos escenarios, a pesar de que ellos creían con firmeza en estos poderes.

Lo que sí da la impresión, más allá de si es novela histórica canónica o no, es que Lerna es una historia de aventuras. En tiempos pandémicos, ¿las grandes aventuras son más necesarias que nunca?

Estoy convencido de ello. ¿Cómo viajar sin salir de casa? A través de la literatura. Y más concretamente de géneros como el fantástico o el histórico, especialistas en mostrarnos lugares y tiempos lejanos. Lerna, además, es tanto un gran viaje en busca de un nuevo hogar como una odisea de crecimiento para los personajes.

¿Qué ha disfrutado más, escribir una novela como esta o novelas históricas más clásicas?

Siempre disfruto escribiendo, en cada una de mis novelas, o jamás las escribiría. Pero es cierto que Lerna es mi proyecto más personal, pues nació como un pequeño relato hace quince años de mi amor por las leyendas irlandesas. Retomarlo después de tanto tiempo ha sido muy especial.

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