Manuel Lisa, el español que hizo posible el descubrimiento de Yellowstone

White Dome Geyser, Yellowstone, United States. Photo by Jonathan Larson on Unsplash

Todos tenemos en mente las espectaculares imágenes del Parque Nacional de Yellowstone, ubicado entre los estados de Idaho, Wyoming y Montana. Da igual si se ha estado físicamente o no, el cine y la cultura dominante de EE UU nos han transportado a todos varias veces a Jackson Hole, sus géiseres, sus paisajes montañosos… El primer hombre de ascendencia europea que pisó aquellas tierras se llamaba John Colter, y llegó hasta allí trabajando para un explorador, comerciante y pionero de origen español llamado Manuel Lisa. Uno de esos nombres que coincidió con nombres de leyenda de la exploración de Norteamérica como el propio Colter, Lewis y Clark o Hugh Glass -cuya peripecia inspiró la película El renacido-. Ahora el escritor Santiago Mazarro ha ‘resucitado’ a Lisa y sus aventuras en la novela Senderos Salvajes (Ediciones Pàmies, 2020), que hace unas semanas os destaqué como uno de los debuts literarios más prometedores del género durante el año pasado, fue finalista del premio Ciudad de Úbeda de hace dos años y esta semana ha sido nominado a mejor autor novel del 2020 en los premios Hislibris. Aquel mundo de tramperos y exploradores con sombreros de castor y mosquete también tuvo acento español.

Este escritor, periodista y director y guionista de documentales madrileño (de 1992) se cruzó con Manuel Lisa cuando realizaba un documental sobre la figura de Godoy. «Fue una maravillosa casualidad», asegura Mazarro: «No pude añadir nada sobre lo concerniente a América  y me quedó una espina clavada que quise extraer leyendo todo lo que pude sobre la Norteamérica de la época». Y así encontró un carta de un tal Manuel Lisa. «Pedía financiación para una expedición de 300 millas por el Misuri hacia tierras desconocidas, solo esa carta ya daban ganas de ver esa peli», afirma. De hecho su primera idea fue hacer un documental, pero al no encontrar financiación lo trajo a la novela: «Lisa era un personaje novelesco que merecía ser escrito porque nadie lo había hecho».

Lo cierto es que la vida de aquel hombre bien lo merecía. Novohispano, de padre de Murcia y madre de Florida, nació en Nueva Orleans en 1772, cuando esta era una ciudad española. «Vio como su ciudad, durante su vida, volvió a ser francesa durante un breve lapso de tiempo y luego fue estadounidense», explica Mazarro, «aunque él en sus cartas asegura que siempre se sintió español, creo que quedó un tanto desprotegido, sintió que la tierra de su origen se movía y cambiaba y creo que eso le empujó a hacer de la Frontera su modo de vida».

Lisa fue un conocido trampero y explorador, impulsó el comercio de pieles con la compañía que él mismo fundó y entabló contacto con numerosos pueblos nativos. Fue agente indio y medió con diversas tribus en favor de los recién nacidos Estados Unidos.

«Fue un auténtico pionero, su época fue la anterior a la de la masiva colonización que todos conocemos por el western«, explica el autor. «Fue un pionero cuando en esos territorios solo campaban tramperos solitarios que, al contrario de lo que ocurriría décadas más tarde, tenían que llevarse bien con los indios porque estaban prácticamente solos en territorios inmensos», esboza Mazarro.

Santiago Mazarro, en San Francisco (Cedida por el autor)

Olvidado por la historia

Manuel Lisa (Dominio Público, retrato de autor desconocido, 1818, aprox)

Y, ¿por qué alguien que su momento fue considerado uno de los grandes exploradores de Luisiana ha sido olvidado tanto allí como en su América natal? «No conocemos a Lisa porque el mito anglosajón del Oeste, creado en el siglo XX, ha eliminado a los personajes de otras nacionalidades«, responde Mazarro, gran conocedor y divulgador de la historia de Norteamérica.

«Me encanta el western, pero ha desvirtuado el origen de ese país», afirma categórico. En el libro, el propio Mazarro escribe que «el mito del Lejano Oeste magistralmente articulado por el nacionalismo estadounidense, no solo había encontrado su sitio en el cine, el cómic o la iconografía popular, sino que había calado los a menudo permeables muros de la historiografía moderna (…). De este modo, y siempre por detrás de los nativos americanos, los alemanes -primeros cowboys y granjeros-, los escandinavos -entre los que hubo comerciantes y tenderos-, los franceses -verdaderos pioneros del comercio de pieles- o los españoles -herederos de las antiguas rutas comerciales de Nueva España- habían sido, tal vez no a propósito, pero sí por abandono, sacados de la historia».

¿No fueron olvidados a propósito? le pregunto a raíz de ese pasaje. «Hay gente que habla de Leyenda Negra, pero yo no estoy convencido, creo que ha sido por abandono», responde. «Los EE UU son únicos a nivel mundial a la hora de construir su relato histórico, han logrado crear un relato extraordinario, pero centrándose en lo anglosajón. Pero creo que eso esta´cambiando, que vamos a vivir grandes cambios en la revisión histórica de EE UU. Hay historiadores jóvenes de allí, como Carrie Gibson autora de El Norte, que ya están contando que la historia de EE UU no arranca con el desembarco de los ingleses. He trabajado con historiadores estadounidenses de principios de siglo XX y es muy difícil encontrar cualquier cosa sobre los españoles. Eso está cambiando».

«Es muy paradójico que un país obsesionado con los orígenes haya ido olvidando sus raíces nativas, hispanas, francesas y africanas que le dieron forma y la forjaron», me asegura Mazarro. «Esa recuperación es parte de la intención de esta novela», y añade que le consta que «la comunidad hispana está buscando sus raíces en el país y el hueco que merecen en la historia de ese país».

«Cada vez más la comunidad hispana está más representada en las instituciones y cada vez mira más a su pasado y quiere encontrar su pasado en EE UU», asegura. «Se han encontrado con un relato nacional basado en el lejano oeste que les excluye, pero en realidad, los españoles, los novohispanos y los mexicanos estuvieron muy presentes en la forja de un país como EE UU. En ese sentido, conocer la historia a través de la novela puede ser clave para entender la situación política del país hoy», afirma.

«Hay gente que dice que EE UU no tienen historia», reflexiona, «pero a mí me parece todo lo contrario, es un territorio singular a nivel mundial porque en apenas dos siglos, con todas las migraciones, toda la gente que lo han construido han creado una anomalía capaz de crear historias que solo podían darse allí».

¿No cree que esos hispanos también recelará de un pasado español relacionado con la metrópoli? «Hay que ser cuidadosos», responde Mazarro. «Es interesante que los españoles conozcamos el origen hispano de EE UU, pero hay que entender que otros países como México tienen derecho a tener su propio relato. No queda otra que reconocerlo y entendernos».

Paisaje y proto ecologismo

Hay en Senderos Salvajes una gran aventura llena de grandes paisajes y viajes. «La expedición de Lisa, que gracias a ella se descubre Yellowstone, tuvo ante sí un paisaje inmenso, incluso hoy lo es. Para ellos debió ser abrumador, se tiraron meses sin ver a otras personas. He disfrutado describiendo esos paisajes, el lector tenía que ser uno más, sentir el calor y los mosquitos en el río y en el frío de la cordillera. He intentado mostrar lo indefensos que estaban ante su entorno».

También hay en cierto modo, en la novela, una especie de proto ecologismo, que coincide con aquellos hombres rodeados de un espacio natural inmenso. «Yo no quería hacer presentismos, ni dar mensajes ecologistas porque no existían en la época«, asegura Santiago Mazarro, «pero la verdad es que aquellos hombres aprendieron muchas cosas sobre el entorno de los nativos. Estos pueblos eran capaces de vivir en equilibrio y armonía con el entorno».

«Hay una lectura ecologista en la novela, pero no la hacen los protagonistas sino el lector del siglo XXI en su lectura», reconoce el autor.

Novela histórica de aventuras y videojuegos

Este autor explica que considera su obra como una novela histórica de aventuras, pero, sobretodo, como una novela de Frontera o protowestern como Bajo cielos inmensos, de A.B. Guthrie, Jr., o Bailando con lobos. «Es el género que surge de donde no hay ley ni civilización, y es ahí donde surgen historias increíbles donde el lector y el espectador ve lo más primitivo y bestia del ser humano. Creo que por eso nos gusta el western o las historias de mafiosos», explica.

Mazarro inventa a un sobrino de Lisa, Joaquín, para contar aquellas peripecias, aquel tiempo de pioneros, aquellos hombres reales, desde fuera. «El narrador es mi aporte creativo, he construido dos personajes ficticios para mostrar lo que realmente ocurrió». Y lo que ocurrió es una grandísima novela de aventuras.

Entre sus influencias, Mazarro se descubre: «Soy del año 92 y me inspira el mundo del videojuego, del que me entusiasma su guión y narrativa. Algún lector lo ha notado y han relacionado, creo que acertadamente, la novela el Red Dead Redemption, sobre todo en algunos aspectos sobre el punto de vista de los personajes. Me encanta Truman Capote y le leo, pero no me inspira para trabajar».

«Me guste o no, soy millenial«, explica. «Hay cierto romanticismo con la novela histórica y parece que el autor también tenga que ser de época; pero yo creo que esto se tiene que hacer desde ahora y con referencias de hoy. Tenemos que ser diferentes a los escritores que nos precedieron. En EE UU se están escribiendo grandes novelas que están renovando y actualizando el western«, concluye.

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1 comentario

  1. Dice ser Por supuesto

    Bueno, ingleses de un lado u otro del atlántico. Es lo que hay

    11 febrero 2021 | 09:31

Los comentarios están cerrados.