Misteriosos asesinatos en la Barcelona de los godos

El escritor e historiador Santiago Castellanos.

Hay muchas novelas sobre asesinatos, hay muchas novelas históricas y muchas ficciones de ese tipo con muertes e investigaciones. Y bastantes de ellas se ambientan en Barcelona. Sin embargo, no hay demasiadas -aunque cada vez más- novelas históricas sobre los godos y ninguna -hasta donde servidor conoce- en la que haya esa temática de intriga. Y material puede haber, que de asesinar reyes los godos sabían un rato, por aquello del morbo gótico, ya saben. ¿He dicho ninguna? Olvídense, desde este año hay una: Gothia. Muerte en Barcinona (Ediciones B, 2020).

Tan curiosa mezcla, godos y thriller, solo la ha podido llevar a cabo un auténtico especialista en la época, el Doctor en Historia Santiago Castellanos. En su tercera novela, tras Barbarus y Martyryum nos lleva a la Barcelona del siglo V y despliega un thriller histórico que aloja las claves de una época de cambio: el final del imperio romano, la entrada de los godos en la Península Ibérica, el auge del cristianismo y el fin del paganismo… En ella, hay crímenes, intriga, mujeres fuertes y activas, que tratan de quitar polvo y «mala fama» a esta época.

¿Cómo se enfoca un un thriller en el siglo V?

He utilizado la técnica del thriller para escribirla. Como lector, el thriller me llena porque es un sistema narrativo dinámico, que permite insertar las pasiones humanas, que es el tema central de Gothia, por ejemplo, en una trama que atrape. Los asesinatos, las intrigas, las ambiciones o las traiciones son algunos de esos ingredientes. Hacer partícipe al lector de esas intrigas, que se arriesgue a sospechar de unos o de otros, es acaso una de las grandes ventajas narrativas del thriller. Y creo que es una novedosa forma de narrar la Historia de Hispania. Como le digo, estoy preparando otro thriller que ahondará en estas cuestiones. Tanto en esta otra en la que trabajo ahora, como en ésta, no se trata de presentar asesinatos por presentarlos. Más bien, pretendo que dichos asesinatos y las intrigas que están detrás de los mismos permitan al lector meterse en el túnel del tiempo animado por el misterio, la tensión, y las ganas de conocer por qué cada personaje se comporta como se comporta. Y todo ello en una época histórica apasionante.

En esos años se vivían años de transición, de cambio hacia un futuro desconocido, del abandono de una realidad que se creía segura ¿es un paralelismo con el tiempo del autor y del lector?

Bueno, los historiadores profesionales, académicos, los que somos profesores universitarios de la materia, somos reacios a este tipo de comparaciones. Pero pueden ser elementos útiles de conversación. Y, desde luego, en el terreno de la ficción histórica, lo son. Porque, como decía antes, hay aspectos que son atemporales. El miedo de las gentes ante los cambios críticos, los conflictos, las pasiones, la búsqueda del poder, entre otros, son ejemplos de eso. Así que, con toda la prudencia académica de la que estoy convencido, creo que sí, que el lector va a encontrar resortes que pinzarán su mente y que le serán muy reconocibles en su mundo actual.

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Y ¿por qué la Barcelona de la época?

Porque fue el primer sitio en el que los godos se asentaron en Hispania. Fue en 415. Allí sucedieron muchas cosas. Venían de la Galia, pero Constancio, el hombre fuerte del Imperio occidental que gobernaba Honorio, había logrado hostigar los puertos y los abastecimientos del sur de la Galia. Digamos, por resumir, que los obligó a quedarse por un tiempo en Barcino, que por entonces, en los textos, comienza a denominarse Barcinona y Barcilona. De ahí el subtítulo de la novela, Muerte en Barcinona. Y muerte porque allí fue asesinado nada menos que Ataúlfo, rey godo, cuñado de Alarico (que había llevado a los godos a saquear Roma cinco años antes), casado con Gala Placidia. Placidia era hija de Teodosio, hermana de Honorio, así que, a nivel geopolítico, estos movimientos eran de la máxima importancia. El asesinato de Ataúlfo es un motor de la novela, pero hay otros asesinatos, puesto que es una novela de intriga, un thriller histórico. No quiero revelar mucho más… Unos meses después, los godos, con un pacto con el Imperio, se asentaron en la Galia, en un reino que iba a duran casi un siglo, hasta comienzos del siglo VI. Aquellos meses en la actual Barcelona son apasionantes para el historiador profesional y, como novelista, aún me lo han parecido más. Es un microcosmos en el que, repentinamente, se jugaron partidas a varias bandas para decidir buena parte de la política posterior.

¿Cómo era aquella Barcelona?

Era una ciudad con unas murallas portentosas, con más de setenta torres. Como la mayor parte de las ciudades de Occidente a comienzos del siglo V, estaba en plena transformación. Aún no habían culminado algunos de esos cambios, pero ya se habían iniciado obras como por ejemplo la primera iglesia episcopal bajo la actual catedral, probablemente del siglo IV, pero ampliada en el siglo V, o los cambios en el foro, o la amortización de algunos espacios públicos, entre otros aspectos. En la Nota de Autor final explico cómo el visitante actual puede ver la mayor parte de los escenarios en los que se mueven los protagonistas de Gothia. Desde las murallas, que en parte se conservan hoy, hasta el subsuelo de la actual Barcelona medieval. Entrando por el Museo de Historia de la Ciudad, descendemos a esos subsuelos, que son los de época romana. Gracias a la arqueología actual, como digo, varios de esos escenarios pueden ser hoy visitados por los lectores.

¿Por qué cree que la época visigoda en la Península y la tardo antigüedad en general ha sido tan poco novelada?

Porque tiene una mala fama. Y la tiene, al menos, por dos motivos. El primero es la supuesta falta de fuentes. No lo es tal. Hay fuentes, lo que ocurre que son difíciles de estudiar, implican el conocimiento del latín, de ciertas retóricas de los textos tardoantiguos, entre otras dificultades para quien no es especialista. En mi caso, al ser mi campo profesional, me muevo con cierta facilidad, aunque le aseguro que esto que acabo de decir es, en sí mismo, una exageración… El segundo es que es una época que ha sido muy manipulada. Tanto por conceptos como “decadencia” como por sistemas políticos de diverso signo. Y atacada por otros. En fin, ha sido una suerte de pim pam pum. Y, sin embargo, es una época apasionante. Pretendo conseguir que los lectores se apasionen conmigo: que se entretengan y que, al tiempo, aprendan y comprendan algunos de los grandes cambios que marcaron la historia de Hispania durante siglos. En eso estoy.

Coloca a una mujer moderna y liberal como protagonista, en un mundo patriarcal, donde el cristianismo ha vencido y donde los pueblos germanos llegan para gobernar, ¿no resulta algo anacrónico?

Puede parecerlo. Pero no lo es. Hay que tener en cuenta que las evidencias empíricas, académicamente hablando, es decir, nuestras fuentes, obedecen a intereses ideológicos. Y, no pocas veces, cuando se regula algo, bien sea en leges imperiales o en cánones conciliares eclesiásticos, en los siglos IV o V, eso no implica que se trate de representaciones de la realidad, sino los deseos de quienes las emiten. El principal personaje femenino de mi novela busca su espacio de libertad tanto cultural como religiosa como sexual en un mundo que estaba en transformación. Siempre que hay cambios de ese tipo, hay sectores que pugnan por buscar su hueco. Otra cosa es que se lo permitan. Y, otra cosa más diferente aún, es que esa pugna deje huella en las fuentes que, muy mayoritariamente, son escritas por quienes han pilotado dichos cambios.

¿Qué cambios se producen cuando uno mira al siglo V con los ojos de una mujer?

Entre otros, el colapso de un Imperio, las infiltraciones de los bárbaros, y el triunfo de una rama del cristianismo, el catolicismo. Clodia es partidaria del paganismo tradicional romano, que acababa de perder definitivamente la partida del poder muy pocos años de los acontecimientos de la novela. Su biblioteca, por ejemplo, es un núcleo del reducto que las aristocracias paganas intentaban mantener allá donde les era posible. Pero la novela no solo explica esos cambios a través de los ojos de Clodia, sino también de las oligarquías locales masculinas, como es el caso de los miembros de la curia. Las curias fueron el reducto de las aristocracias locales del mundo romano durante siglos. En la época de la novela, empezaban a estar en crisis en muchos casos. Y he narrado cómo cada uno tiraba hacia lo suyo, buscando incluso maneras de medrar en mitad de la crisis. Los bárbaros fueron un agente político y social de creciente influencia. Intento narrar el impacto que tuvieron en las sociedades locales, que va mucho más allá de una situación de catástrofe o de fin de un mundo. Hubo numerosos pactos, alianzas, intereses comunes. Y en la novela, sin querer desvelar nada, buena parte de la intriga tiene que ver con eso.

¿Cree que la Historia y la novela histórica le deben más atención a las mujeres del pasado?

Absolutamente. He intentado dársela en Gothia, pero estoy haciéndolo de nuevo en la que estoy escribiendo en estos mismos instantes. Me interesan los conflictos personales, porque son atemporales, son universales. En ellos viven las pasiones, las tensiones, el amor, la ambición… No es una cuestión de mujeres o de hombres, sino de personas. Intento narrar las reacciones de las personas en un mundo en crisis total, como es el siglo V. También en la que estoy escribiendo precisamente mientras contesto a esta entrevista. Es más, le diría que, en ella, en la que estoy preparando, esas pasiones tanto femeninas como masculinas, la traición, la ambición, el amor más profundo, el odio, la amistad, van a aflorar de nuevo, algunas más que en Gothia, otras menos. Estoy satisfecho de cómo aparecen en Gothia. Ojalá el público y los lectores también.

Está época ha sido habitual en sus novelas, pero es la primera vez que nos lleva a la Península Ibérica, ¿por qué?

Porque creo que es una época apasionante de la historia de Hispania. El final del mundo romano en Hispania mezcla una serie de convulsiones sociales, con el agravamiento del panorama político, la incursión de diferentes grupos de bárbaros, entre otros agentes históricos. En segundo lugar, pretendo contar sobre la base de ficciones históricas, pero basadas en la Historia académica a la que yo profesionalmente me dedico, el final de la Antigüedad y la época visigoda en Hispania. En ese sentido, Gothia es un primer paso en un camino, como bien dices, que pretende basarse en Hispania.

Al poco de salir la novela, llegaron todas las medidas sobre el coronavirus, el estado de alarma… ¿Cómo afecta todo eso a la novela y a su autor?

Estamos en una catástrofe sanitaria y social. Todo pasa a un segundo, tercer o cuarto plano. Ahora bien, contestando a su pregunta, pues en un parón total. La novela salió a todas las librerías de España el día anterior al inicio del confinamiento. Con eso está todo dicho. En cualquier caso, intentamos, tanto la editorial, Ediciones B, Grupo Penguin Random House como yo, en mi cuenta de twitter, @biclarense, intentamos, digo, explicar la novela por vía telemática. En ese sentido, inició una serie de minivídeos en directo, de unos minutos, los martes a las 7.30. En ellos explico cuestiones de Historia (soy profesor universitario de Historia Antigua, y la cabra tira al monte) vinculadas con la novela, con un sorprendente éxito de audiencia. Imagino que, cuando se pueda, iniciaremos las presentaciones presenciales en varias ciudades de España.

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