Luis Zueco: «La libertad de expresión siempre estará amenazada, pero es una batalla perdida para sus enemigos»

El escritor Luis Zueco.

Es uno de los valores al alza de la novela histórica española. Sus novelas siempre traen ideas poderosas y la creencia de que la ficción nacional de género puede realizar, con sus elementos propios, las mismas grandes apuestas que la internacional. Luis Zueco (Borja, 1979) abandona la Edad Media de su trilogía medieval -ya saben, aquella compuesta por El castillo, La ciudad y El monasterio– y, quizá como una metáfora personal sobre él mismo y su carrera literaria, narra el salto hacia adelante del Renacimiento y el fin del Medievo a través de una historia de viajes y libros.

El Mercader de libros (Ediciones B, 2020) es una gran novela de aventuras que muestra el avance de la historia, un tiempo de cambio y constituye un hermoso homenaje al mundo del libro y la imprenta.

Salta de la Edad Media al Renacimiento. Literariamente, ¿qué supone este cambio de época para el escritor?

Mi primera novela estaba ya ambientada en el siglo XVI, así que es una época que conozco bien. Sin embargo, es un cambio enorme respecto al Medievo, un verdadero reto, esta es la novela en la que he dedicado más tiempo.

Las décadas en las que ambienta la novela es una época fronteriza, de cambio y evolución… Muchos dirían que guarda paralelismos con el tiempo en el que vivimos…

Precisamente quería reflejar ese cambio en la novela, esa transición. Siempre he tenido la duda de si los hombres somos realmente conscientes cuando se produce un cambio de época. No es algo que suceda habitualmente, tiene que haber un gran detonante, precisamente como está sucediendo ahora.

¿Qué cambió más el mundo en aquellos tiempos, la caída de Constantinopla, el descubrimiento de América o la imprenta?

Sin duda la imprenta, es la palanca en la que los hombres se apoyan para derivar las murallas del Medievo. Los libros son los que hacen cambiar el mundo a finales del siglo XV y principios del XVI. La caída de Constantinopla es más simbólica que otra cosa, Bizancio llevaba siglos en crisis y decadencia. Y las consecuencias del descubrimiento de América tardan décadas en llegar a España y, sobre todo, a Europa.

En la novela se habla de libros peligrosos y perseguidos, del poder de las palabras escritas en aquella época… ¿La libertad de expresión y publicación sigue enfrentándose a grandes peligros hoy aunque hayan cambiado las formas?

Desde luego, y siempre estarán amenazadas. Pero es una batalla perdida para sus enemigos, no se puede frenar las ideas, ni se pudo en el siglo XVI ni se puede hoy en día… Y en eso tienen que ver mucho los libros, siempre han sido el mejor vehículo para transmitir las ideas de libertad.

¿Cómo nació este El Mercader de libros?

Llevaba mucho tiempo pensando en una novela sobre los libros ambientada justo después de la invención de la imprenta, pero necesitaba encontrar la piedra de bóveda sobre la que sustentarla, y lo logré al leer sobre la Biblioteca Colombina de Sevilla y el hijo de Colón.

¿Cómo fue la creación de su protagonista, Thomas?

Fue un proceso complejo, quería crear un personaje inspirado en los héroes clásicos, en Ulises y La Odisea, por eso Thomas es un soñador. Pero también quería que fuera real, por eso es enamoradizo, lo que le hace cometer muchos errores, algunos incluso repetitivos, porque siempre caemos en los mismos errores, es una característica intrínseca de la condición humana.

Quería crear un personaje que fuera formándose poco a poco, y representara de manera fidedigna la época que vivió, por eso con los libros descubre la manera de viajar.

Sigue manejando en esta novela esa conjunción que le ha funcionado tan bien en su trilogía medieval donde la intriga y el suspense se entremezclan con la recreación histórica y la aventura…

En la vida siempre hay suspense e intriga, por lo tanto, tiene que haberla también en una novela. Vivimos rodeados de misterios, de dudas. Y la novela histórica necesita aventura, amor, grandes personajes e intriga.

Pero en comparación a su trilogía, tan centrada en espacios concretos, esta es una novela mucho más viajera…

Desde luego, esa es la idea. Porque los hombres del siglo XVI eran así, soldados, escritores, descubridores… como, por ejemplo, Cervantes que hasta fue recaudador de impuestos. A los humanistas les interesaban todos los campos, eran personas muy polivalentes. Ahora estamos más especializados, de ciencias o de letras, es un error terrible, debemos volver a la idea humanista del hombre.

Aunque también hay lugares importantes, como Sevilla…

Sevilla es el centro del mundo en el siglo XVI, en esta novela he querido hacer mi particular homenaje a esta increíble ciudad.

¿Cómo descubrió la biblioteca Colombina y decidió convertirla en parte clave de la novela?

Investigando, trabajando la idea de una novela de aventuras, pero con los libros como trama principal y ambientada en el mundo del siglo XVI porque quería reflejar la primera época del descubrimiento de América. Buscando información sobre imprentas, libros curiosos, así llegué hasta la biblioteca del hijo de Colón, la mayor de su tiempo. La más novedosa, la más ambiciosa y una de las más desconocidas.

Cómo es la relación de Luis Zueco con los libros, ¿tiene una gran biblioteca, acumula libros, o es un utilitarista con ellos? ¿Busca libros raros o antiguos?

Tengo muchos libros pero repartidos por varios sitios. Gestiono el Castillo de Grisel, que es un alojamiento turístico, allí todas las habitaciones son temáticas relacionadas con diferentes géneros literarios. En vez de estar numeradas, llevan por nombres “Poesía”, “Fantasía”, ”Romántica”, etc. y están llenas de libros.

En mi casa guardo aquellos que más aprecio, los que tengo dedicados, los más valiosos para mí. Antes sí buscaba libros antiguos, ahora ya no.

En estos días de cuarentena se ha hablado mucho de si los libros son bienes de primera necesidad, ¿qué opina?

Los libros y, la cultura en general, son maravillosos, hacen que la vida sea mejor, más agradable. Pero en una situación como la actual no son de primera necesidad. Ahora debemos estar con los sanitarios, con las fuerzas de seguridad, con las cajeras y los repartidores de los supermercados, con la gente que cuida a los ancianos en las residencias, con los limpiadores de los hospitales…

Creo que todos sabemos qué es un bien de primera necesidad. Los libros nos ayudan a sobrellevar esta situación, pero podemos estar unos meses sin comprarlos, ya habrá tiempo de acudir a las librerías cuando salgamos de este confinamiento.

Tras el gran éxito de su trilogía, ¿no siente vértigo al dejarla atrás?

No, porque como escritor me gustan los retos. El Mercader de libros es mi novela más ambiciosa, una aventura con mayúsculas. Y, en el fondo, explica como se vivió dejar atrás una época tan larga como el Medievo, que es lo que yo también he hecho al escribirla.

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1 comentario

  1. Dice ser Francisco

    Conozco personalmente a Luis y estuve en el Castillo de Grisel unos días, celebrando un aniversario ,es una persona encantadora, y el Castillo de lo mejor, lo alquilamos entero y quedamos encantados.

    16 abril 2020 | 13:36

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