Ricardo Sánchez: «Diseñar una portada histórica requiere requerimos documentación, ingenio y diferenciación»

Ilustrador y diseñador, director creativo de Risco Negro, Ricardo Sánchez Rodríguez, no para de moverse en el mundo editorial, ahora también embarcado en temas que relacionan arte y tecnología eventos y exposiciones, la realidad aumentada y el big data. Le conocí personalmente en las pasadas  jornadas del Proyecto Belvedere y cuando le propuse participar en este reportaje sobre el diseño de cubiertas históricas no dudó un segundo.

[A FONDO: La importancia de la cubierta en las narrativas históricas]

¿Qué diferencias hay entre diseñar una cubierta de género histórico al de otros géneros?

Para crear una portada de género histórico, de ensayo o ficción, además de conocer el entorno social en el que se desarrolla el relato, hay que analizar el lector actual. El cine, los vídeo juegos y las redes sociales, desempeñan un papel trascendente a la hora de generar un lenguaje visual y dirigirnos a nuestro público.

Como ejemplo y a vuela pluma, al elaborar la cubierta de un libro cuya acción se pudiera desarrollar en el conocido sitio de Stalingrado, deberíamos estudiar minuciosamente otras obras publicadas, filmografía, juegos de guerra, etc. El objetivo es evitar caer en los tópicos extendidos y huir del cliché. Por supuesto que el público quiere ver la zozobra y la sangre de los soldados, pero no la misma sangre de siempre ni los mismos fusileros avanzando entre las ruinas de la ciudad. El reto debe ser innovar en la ilustración y el diseño, cuando los  lectores creen haberlo visto casi todo.

En este sentido nuestra la creatividad gráfica está muy cerca de otros géneros transversales y desgarradores como el policiaco, el misterio, la ciencia ficción…  y muy lejos de cualquier libro de autoayuda y formación.

La portada del género histórico quiere conmover, atraer y ser revulsivo visual e intelectual en el lineal de las librerías. Para ello requerimos fundamentalmente documentación histórica, ingenio y diferenciación.

¿Cuál es tu proceso creativo?

Más allá de la inspiración, hay un proceso de fabricación tradicional que debemos situar en este contexto de transformación tecnológica. Debemos modernizar nuestra forma de crear la portada.  El libro es cultura y además es producto. Si queremos salvar el libro, vender más y divulgar, tenemos que aplicar las reglas del marketing y del marketing online, para elaborar una portada que se pueda vender y difundir en redes. Es indispensable que el proceso creativo observe atentamente lo que hay publicado en todos los soportes posibles y analice el posicionamiento de nuestras publicaciones anteriores para proyectar la realización de un producto editorial original y, como he dicho, diferenciado. No por ello se va a perder el romanticismo. De manera que si el lector habitual de nuestros libros espera una ilustración con una carga de caballería, abocetamos e ilustramos, por ejemplo, al regimiento de Alcántara en el río Igán, con todo lujo de detalles. En este caso, como valor añadido, diseñaremos una portada que casi huela a pólvora, perfectamente documentada y dinámica. Como así ha sido en el  libro de Fernando Martínez Laínez, Mientras la patria exista, para un público tan definido.

El rigor histórico frente a la belleza visual o al impacto, en este caso ¿quién gana?

Quiero recordar aquí al dibujante de Alien el octavo pasajero, Hans Ruedi Giger, que ha prodigado sus trabajos en tantas películas y portadas. ¿Su fórmula de ilustrar es estética? Yo diría que sí, pero es absolutamente terrorífica e impregnada del mal. Otro ejemplo puede ser la secuencia del desembarco de Normandía en la película Salvad al soldado Ryan, de Steven Spielberg, absolutamente terrible y realista. ¿Podemos calificarla como ausente de belleza? ¿Qué es la belleza en el género histórico? ¿Hombres destrozados en un campo de batalla? ¿Cleopatra muriendo tras la picadura de un áspid?

Siempre que pienso en una escena antiestética y casi cómica de la literatura histórica, recuerdo la frase de La sombra del águila de Pérez Reverte: «El flanco derecho estaba hecho polvo». Tanto lo estaba, que aquellos hombres emprendieron una huida frenética hacia adelante, bajo un intenso fuego artillero que arrancaba cabezas, piernas y lo que hiciera falta. Esto de que ninguna manera pudiera ser bello está impregnado de esa heroicidad que a todos nos gustaría ver. El lector de narrativa histórica busca en la portada rigor, épica, valentía, piedad, ensoñación y en definitiva experiencias. La belleza muchas veces se ve superada por el contenido y el diseño de la cubierta, que se complementará  con la fantasía del lector cuando se decida a comprar nuestro amado producto.

[FIRMA INVITADA: Cubierta y portada de novela histórica: dos siglos de evolución]

Cuando te piden una cubierta de este género, ¿Qué datos e información requieres?

El encargo editorial suele incluir las dimensiones, una sinopsis del contenido del libro, los objetivos y el alcance de la portada, la ambientación histórica, los personajes y ,en ocasiones, una valoración de otras portadas hechas acerca del tema que vamos a tratar. Es en este acto de entrega de información donde se juega la difusión posterior del libro y donde se casan los afanes de marketing de la propia editorial con el punto de vista del autor y la capacidad creativa del portadista. ¿Cuántas veces no hemos comprado un libro cuyo interior difiere del contenido de la cubierta, tal vez porque no se ha armonizado en el encargo el punto de vista editorial, con lo que quería transmitía el autor en su obra? Recibes ideas o sugerencias de los autores, ¿crees que realmente son conscientes de la importancia de la cubierta en sus obras? Hoy en día el autor, si bien pudiera estar lejos del proceso de fabricación, sondea el mercado antes de escribir su obra. En este análisis contempla e imagina su producto, la red de público al que se va a dirigir e incluso planifica la presentación y los medios donde lo va a difundir. Conoce lo que va a comunicar y a quién, antes de que la información haya pasado por la mano del editor. Buscará ampliar sus redes sociales dirigiéndolas hacia posibles nichos de venta. Los autores son muy conscientes de que la portada va a ser la punta de lanza del libro y desde luego, me parece difícil lanzar una cubierta sin tener en cuenta la opinión del autor o considerarla en parte.

Respecto a otros mercados (anglosajón o francés) ¿cómo valoras las cubiertas de género españolas?

Estamos en un mercado global. Las claves de comunicación en el tratamiento de las portadas son muy similares. No obstante, hay algunos temas de nicho o de actualidad social en cada país que difieren significativamente. Al final no es una cuestión geográfica, influye la moda mundial.

Hay un ejemplo que podría ilustrarlo: ¿Serviría para un libro sobre mujeres una ilustración del personaje de la Marvel, Wonder Woman? Tal vez. Después de todo ya es un icono universal. Nuevamente se deberá imponer el marketing del libro, habría que leer, ver de qué trata la obra y saber a qué público va dirigida.

Podríamos hablar de segmentación a la hora de ilustrar y diseñar una cubierta pero como decía Michael Ende «esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión».

 

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