David López Cabia: «La novela bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial tiene un potencial enorme para atraer lectores jóvenes»

David López Cabia (Burgos, 1986) es uno de esos entusiastas y apasionados jóvenes escritores españoles que están tratando de rejuvenecer el género bélico literario más clásico en nuestro país. Tras dos primeras novelas (La última isla, ambientada en Okinawa y En el infierno blanco, sobre Normandía y las Ardenas) ha publicado en este 2018, Indeseables (Círculo Rojo) una novela sobre el desembarco de Dieppe que recupera las ya clásicas ficciones de comandos…

¿Cómo un burgalés licenciado en Administración y Dirección de Empresas acaba escribiendo novela bélica de la Segunda Guerra Mundial?

Desde la adolescencia comencé a mostrar interés por este conflicto y empecé a acumular libros de ensayo histórico. Mi curiosidad era insaciable, pues es una etapa histórica en la que uno nunca deja de aprender, siempre aparecen nuevos libros o se descubren hechos históricos que habían permanecido ocultos. Así pues, en el verano de 2013, decidí dar el salto. Si bien me había formado como economista, quería transmitir al público mi pasión por la Segunda Guerra Mundial, creando una historia humana con la batalla de Okinawa como escenario. Por ello, me puse manos a la obra tratando de escribir una novela que combinase acción, sentimientos y rigor histórico.

¿Cuáles son sus referentes en el género?

Curiosamente me aficioné al género bélico-histórico con el escritor británico Bernard Cornwell. No ambienta sus obras en la Segunda Guerra Mundial, pero su saga sobre las aventuras del fusilero Richard Sharpe en las guerras napoleónicas es una es una auténtica joya de la novela histórica.

En su interés por el género, ¿le ha influido más la propia literatura o el cine?

Como decía anteriormente, Cornwell ha tenido una gran influencia en mí. Se trata de un autor que aborda muy bien los sentimientos y las emociones humanas, con un profundo conocimiento del marco histórico y unos personajes muy bien definidos. El ensayo histórico también tiene su peso, en más de una ocasión, la lectura de un buen libro de Historia me ha inspirado para escribir una novela. Esto ha ocurrido con las obras de historiadores como Max Hastings, Antony Beevor, Rick Atkinson o David O’ Keefe. En cuanto al cine, algunas películas me han animado mucho a profundizar en el conflicto. Tomemos como ejemplo la película Un puente lejano; desde que la vi por primera vez, he leído multitud de libros sobre la batalla de Arnhem, incluyendo el último ensayo de Antony Beevor, Arnhem. La batalla por los puentes, publicado en septiembre de este año.

Las novelas bélicas parecen que tuvieron su momento dorado hace unas décadas, pero ahora, aunque siguen publicándose, parece que están menos de moda, ¿qué se puede aportar nuevo a ese género tan trabajado ya?

Encontramos multitud de novelas ambientadas en las campañas militares de las legiones romanas o que cuentan las gestas de genios militares como Alejandro Magno y Aníbal. Ahora bien, si acudimos a una librería en busca de una obra de ficción bélica de la Segunda Guerra Mundial, lo más probable es que volvamos con las manos vacías o tal vez, en el mejor de los casos, encontremos algún libro de Sven Hassel. La novela bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial tiene un potencial enorme para atraer lectores, especialmente a los más jóvenes. Pienso que puede ser el gancho para que el público joven se emocione con las aventuras de un grupo de soldados, se aficione a la lectura y aprenda Historia.

Como autor español que escribe sobre ese conflicto, ¿no se siente en desventaja frente a los anglosajones o de otros escritores de países beligerantes?

Sin duda alguna hay más abundancia de este tipo de obras en el mercado anglosajón. Británicos, canadienses, estadounidenses y australianos sienten un profundo respeto por su participación en las dos guerras mundiales. En este contexto, es más fácil abrirse camino para los autores anglosajones. Sin embargo, sin importar la procedencia del autor, creo que en cualquier país pueden surgir creadores capaces de abordar la Segunda Guerra Mundial desde la ficción bélica. Por último, me gustaría añadir que, pese a la preponderancia de los escritores anglosajones, ilusión no me falta, siempre estoy pensando en nuevas batallas que novelar.

¿Por qué los lectores deberían seguir leyendo sobre la Segunda Guerra Mundial?

Han pasado más de setenta años desde el final de la contienda y, sin embargo, las consecuencias del conflicto siguen teniendo repercusión el mundo actual. Las relaciones internacionales, la configuración de las fronteras actuales y otros muchos aspectos sociales son fruto de la Segunda Guerra Mundial. Un buen conocimiento del conflicto es de gran ayuda para comprender el mundo actual. Fue una de las etapas más sombrías, si no la más dramática a la que se enfrentó la Humanidad. No obstante, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, se llevaron a cabo numerosas innovaciones tecnológicas y descubrimientos científicos, que no solo se aplicaron en el plano militar, sino también en otras áreas como la medicina y la industria. Es más, hay productos de uso cotidiano que tienen su origen en la Segunda Guerra Mundial, como el papel film y el papel de aluminio. Aprovecho la ocasión para recomendar el libro Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra Mundial, del historiador Jesús Hernández, que precisamente aborda estos aspectos del conflicto.

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Me contaba que su novela sobre Okinawa, La última isla, acabó en manos del hijo de un japonés que combatió en aquella batalla…

El libro llegó a manos de Ariel Hokama, hijo de Seiko Hokama, superviviente japonés de la batalla de Okinawa. Fue algo muy emotivo, cuando comencé a escribir La última isla no era capaz de imaginar que algo así pudiese suceder. Me emocionó mucho cuando Ariel contactó conmigo. La novela cuenta la historia de un soldado japonés y un marine estadounidense en la batalla de Okinawa. Pues bien, mi amigo Ariel, que vive en Buenos Aires, leyó el libro y me felicitó por el modo en que narraba la visión japonesa. Por lo visto, la historia del soldado Saito se asemeja mucho a lo que padeció su padre, Seiko Hokama. Entre otras cosas, me dijo que le recordaba mucho al escenario de pesadilla en el que tuvo que combatir su padre, con el terreno enfangado y la fetidez de la cordita y los cuerpos en descomposición flotando en el aire. También le gustó cómo abordaba los miedos del soldado japonés que, pese a estar en la obligación de luchar hasta la muerte, tenía sus anhelos por regresar junto a sus familiares. Seiko Hokama, herido en Okinawa, fue rescatado por los estadounidenses y tras la guerra, fue “sensei” de un grupo de huérfanas y posteriormente, como muchos japoneses, emigró con su familia a Argentina. Debo reconocer que esta experiencia me llegó muy hondo al corazón y le estoy muy agradecido a Ariel Hokama por ponerse en contacto conmigo. Nunca pensé que la ficción bélica pudiese llegar tan lejos y ponerle rostro a un combatiente japonés.

Su novela más reciente es sobre comandos británicos, Indeseables, ¿cómo nació esa novela?

La idea brotó en mi mente en una noche de insomnio. Empecé a pensar en las incursiones de los comandos: Noruega, Saint-Nazaire, Dieppe… Sus acciones contribuyeron a mantener alta la moral británica mientras luchaban en solitario contra el Tercer Reich. Era un cuerpo de operaciones especiales formado por voluntarios, con hombres muy pintorescos, como Jack Churchill que iba a la batalla con arco y espada; por no hablar de golpes de mano como Saint-Nazaire, donde los comandos empotraron contra el puerto un viejo destructor cargado de explosivos. ¡Cómo no iban a merecer una novela los comandos!

¿Qué le llamó la atención del desembarco de Dieppe?

Cuando empecé a documentarme sobre Dieppe, me impresionó que el desembarco fuese una auténtica masacre. En pocas horas, toda una división canadiense fue aniquilada. Se decía que el propósito de la operación era probar la capacidad de reacción alemana y capturar temporalmente el puerto y destruirlo. Sin embargo, mientras me documentaba, me topé con un libro titulado One day in august del historiador David O’ Keefe y con su documental “La batalla de Dieppe al descubierto”. Pues bien, tras una concienzuda investigación en archivos históricos, David O’ Keefe, descubrió que el objetivo del desembarco en Dieppe fue el robo de una máquina de cifrado Enigma. Tan desquiciados estaban los británicos con la introducción de un cuarto rotor en la Enigma, que les era imposible descifrar los códigos alemanes. Por ello, Ian Fleming (a la postre autor de las novelas de James Bond), que por entonces servía en la Inteligencia Naval británica, diseñó una operación para asaltar Dieppe y hacerse con la Enigma de cuatro rotores que se hallaba en el cuartel general alemán en Dieppe. Desgraciadamente, la misión terminó en un rotundo fracaso. Si bien esta historia ha gozado de una amplia difusión en países como Canadá y Gran Bretaña, no es muy conocida en España, por lo que decidí valerme de una novela para acercarla al público.

Dice el historiador Jesús Hernández en el prólogo que ha cumplido usted los tres requisitos para escribir una buena novela “documentarse, documentarse y documentarse”. ¿Cómo ha sido esa labor?

Hay quien ve en el trabajo de documentación algo tedioso, sin embargo, cuando investigas sobre lo que te apasiona resulta una labor muy gratificante. Sin duda alguna, documentarse, es el gran requisito previo para escribir cualquier novela con trasfondo histórico. La verdad que hay que procesar mucha información, teniendo en cuenta fechas, personajes históricos, descripción de los escenarios y unidades implicadas. Una buena planificación y organización de este trabajo facilita mucho las cosas. Ahora bien, no solo basta con documentarse, también hay que crear una historia que enganche a los lectores.

¿Está trabajando en nuevas novelas?

Por supuesto, ilusión y motivación no me faltan. Hay tantos escenarios bélicos para elegir y sobre los que novelar…

Recomiende a nuestros lectores, tres libros de Historia, tres novelas y tres películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, que merezcan la pena…

Si tengo que recomendar tres libros de Historia me decanto por Okinawa. La última batalla, de Bill Sloan, Némesis: La derrota de Japón 1944-1945, de Max Hastings y Trilogía de la liberación, de Rick Atkinson. En cuanto a novelas recomiendo Praga mortal, de Philip Kerr, La clave está en Rebeca, de Ken Follet y Big red one, de Samuel Fuller. Respecto al cine me decanto por Un puente lejano, de Richard Attenborough, Hasta el último hombre, de Mel Gibson y Cartas desde Iwo Jima, de Clint Eastwood.

¡Buenas lecturas!

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1 comentario

  1. Dice ser Casandra

    Sven Hassel

    Sven Hassel (Frederiksborg, Dinamarca; 19 de abril de 1917 – Barcelona, España; 21 de septiembre de 2012)2​ es el seudónimo del escritor danés Børge Willy Redsted Pedersen.3​ Sus padres fueron el molinero danés Peder Oluf Pedersen y su esposa Maren Hansine Andersen.1​ Más tarde como autor se utilizó el seudónimo de Sven Hassel.

    Obra
    La legión de los condenados (1953)
    Los panzers de la muerte (1958) ; esta novela fue llevada al cine en 1987 por Panorama Films International bajo los títulos en inglés Wheels of Terror o The Misfit Brigade (la película fue filmada en Belgrado, Yugoslavia)
    Camaradas del frente (1960)
    General SS (1960)
    Batallón de castigo (1962)
    Gestapo (1963)
    Monte Cassino (1963)
    ¡Liquidad París! (1967)
    Comando «Reichsführer» Himmler (1971)
    Los vi morir (1975)
    La ruta sangrienta (1977)
    Ejecución (1979)
    Prisión GPU (1981)
    El comisario (1985)
    La gloriosa derrota (Póstuma. Prevista su publicación en 2013 en Dinamarca y Suecia. Sin fecha para España)

    26 diciembre 2018 | 12:47

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