
El escritor británico Philip Kerr, autor de la serie Berlin Noir. (ALBERTO ESTÉVEZ / EFE)
Philip Kerr ha muerto. Al creador del mítico detective de la Alemania Nazi Bernie Gunther se lo llevó este viernes pasado un cáncer a los 62 años. Estaba trabajando en la 14ª entrega de su más célebre personaje. Nunca sabremos ya qué cuitas le tenía preparado su creador.
We are very sad to have lost Phillip Kerr today, a wonderful man and a great author. We are thinking of @janethynne and all his family, friends and colleagues at this difficult time.
— Quercus Books (@QuercusBooks) 23 de marzo de 2018
Siempre da pena despedir a alguien tan joven, y aún más a un creador que parecía seguir en racha creativa. A Kerr (Edimburgo, 1956) le habían salido muchos buenos personajes, pero uno sobresalía: el antes mencionado Bernie Gunther, el buen tipo trabajando en un mundo dominado por los malos. Durante este fin de semana, el mundo del libro le ha recordado a él y a su obra. Por ejemplo, la compañera Regina Exlibris recordaba en su blog cómo se convirtió en una auténtica forofa del tándem Kerr-Gunther, o en sus propias palabras «devota philipkerriana y bernieguntheriana de pro». Muchos escritores lo recordaban en las redes…
Sólo quienes no han leído nunca a Philip Kerr pueden considerarlo un autor de género o un autor menor.
— Luis Roso (@_LuisRoso) 24 de marzo de 2018
Leyendo sus libros soñé con ser escritor y si hoy lo soy, Kerr tiene mucho que ver. Muchos lo echaremos de menos. #philipkerr pic.twitter.com/xDurwQ9bHP
— Jordi Llobregat (@JordiLlobregat) 24 de marzo de 2018
Nadie se sorprenderá que diga -y reconozco que sólo me he leído los cuatro primeros libros de la serie de Gunther- que las novelas de Kerr eran adictivas, enganchaban como las cañas cuando estás de charla con los amigos. Pero desde XX Siglos quería destacar dos cosas más.
La primera, era -me sale raro escribirlo en pasado- su capacidad para desbrozar el contexto histórico y convertirlo en un universo literario verosímil y poderoso: el Berlín nazi era visual y casi palpable; los personajes de la historia que aparecían en sus novelas, con frecuencia grandes jerarcas nazis, mantenía un delicado equilibrio entre la imagen histórica y la sorpresa de su caracterización;… En el diario El Mundo titulaban la noticia de su muerte: «Muere Philip Kerr, maestro de la novela negra histórica» y no puedo estar más de acuerdo. El mejor acercamiento a autor, su personaje y universo lo ha escrito, no podía ser de otra manera, Jacinto Antón en El País.
Lo segundo es la influencia que ha tenido. No fue el primero en probar a meter lo negro con lo histórico (Eco o Ellis Peters, entre otros lo hicieron antes), ni siquiera en ambientarlo en la Segunda Guerra Mundial (ya estaba publicada La noche de los generales, sin ir más lejos), pero Kerr supo llevar a este pequeño subgénero a su máxima cima de popularidad, éxito e influencia. Influencia directa sobre escritores, como confesaba Jordi Llobregat en su tuit citado un poco más arriba, o indirecta sobre el mundo editorial: su éxito, seguramente, tuvo mucho que ver con que las editoriales apostaran por las novelas de Ignacio del Valle, Luis Roso o Ben Pastor, entre otros muchos. Sin él, el Tercer Reich y la Segunda Guerra Mundial, hoy no sería un territorio negro-criminal tan fértil y variado.
Nos faltó ver (quizá nosotros lo veamos algún día, su creador ya no) si Gunther quedaría tan bien en pantalla como en papel, con el proyecto tan rumoreado de su serie; o leer la 14ª novela en la que trabajaba Kerr y las sucesivas…
Kerr ya no está entre nosotros, pero estará en el cielo que desean muchos escritores: las estanterías de millones de lectores.
Descanse en paz. Nuestro mejor homenaje será leer sus novelas.
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