Carlos de Austria, un emperador de novela

Carlos V a caballo en Mühlberg por Tiziano (WIKIPEDIA)

Tras más de 20 novelas publicadas, el historiador José Luis Corral regresa a nuestras librerías con la segunda entrega de su ambiciosa serie Los Austrias (Planeta) que arrancó en 2016. En este artículo, el autor nos avanza el contenido de esta nueva historia y la visión que da de su gran protagonista: Carlos I.


Carlos de Austria, un emperador de novela

Por José Luis Corral | Historiador y escritor

Los Austrias II. El tiempo en sus manos es la segunda entrega de una saga sobre la dinastía que gobernó los reinos hispánicos y desde 1504 hasta 1700. En esta segunda novela se narran los acontecimientos sucedidos entre 1519 y 1539, desde que Carlos de Austria se convierte en emperador hasta la muerte de su esposa la emperatriz Isabel.

Estos años fueron cruciales en la Historia de España: se produce la revuelta de los comuneros en Castilla, que ofrecieron el poder a Juan la Loca y esta se negó para no traicionar a su hijo, y de las germanías en Valencia; se obliga a los mudéjares a la conversión obligatoria al cristianismo, los moriscos; los conquistadores y descubridores, como Hernán Cortés y Francisco Pizarro, ganan para la corona imperios como el azteca y el inca; y Magallanes inicia la primera vuelta al mundo que culminará Juan Sebastián El Cano.

Y también para la relaciones de España con Europa: en el norte se desata el conflicto de la Reforma protestante, que partirá la Iglesia cristiana y arrastrará a Carlos a una guerra de religión; estalla la guerra con Francia, decidida con la victoria en Pavía; y se acentúa el conflicto bélico con el Imperio otomano y los corsarios a su servicio.

Esta novela aborda esos complejos tiempos, llenos de extraordinarios acontecimientos, tanto en los grandes episodios de la historia (grandes expediciones, batallas, ceremonias triunfales) como en los aspectos de la vida íntima y cotidiana de los protagonistas.

Junto a los grandes protagonistas de la historia como Carlos de Austrias, Enrique VIII de Inglaterra o Francisco I de Francia, por estas páginas discurre la peripecia vital de la familia Losantos, judíos conversos, médicos de la casa real, que representan a la gente anónima y sin voz de la época, los que tuvieron que convertirse al cristianismo y renunciar a sus creencias y a su religión para poder seguir viviendo en el que hacía siglos que era su país. Los Losantos, personajes de ficción, tienen la solidez y la verosimilitud de los personajes reales. El protagonista es ahora Pablo, hijo de Pedro Losantos, que lo fue en la anterior. Médico del monarca, Pablo contará con la protección de éste frente al peligro que constituye la Inquisición para un judío converso como él, pero la cercanía al poder le obligará a pagar un precio de sometimiento que le llevará a traicionar su propia conciencia. No son de menor importancia las mujeres de la familia Losantos (Juana y María, madre y hermana de Pablo, respectivamente), fuertes y sagaces, expertas en hierbas medicinales, un apoyo imprescindible para la medicina que practica Pablo Losantos.

Carlos de Austria se convierte en emperador, y sobre sus jóvenes hombros de 19 años se deposita el peso abrumador de gobernar el imperio más poderoso del mundo y la profecía de que es él el monarca que anuncian las profecías para unificar a la cristiandad, frenar a los turcos y conquistar los Santos Lugares.

Pero para gobernar sus enormes dominios, Carlos necesita de los préstamos de los más adinerados y poderosos banqueros, como los Fugger, los Walser, a cuyas manos irán a parar, mediante los intereses cobrados, buena parte del oro y la plata que llegan de América y que no bastan para cubrir los enormes gastos del Imperio, convertido en una máquina de gastar que devora todas las rentas de la corona.

En esta novela no faltan las intensas intrigas palaciegas, desde la reclusión de la reina Juana la Loca, a la que Carlos mantendrá presa en Tordesillas hasta el final de sus días, a la pugna por mantenerse en el poder de los consejeros del emperador. O las maquinaciones de los agentes del rey para comprar la voluntad de los siete grandes electores con voto para decidir el nuevo emperador de Alemania. Una vez conseguido el trono imperial, dueño de amplísimos dominios, Carlos pondrá en marcha una política de unificación religiosa en España y en Europa que levantará no pocos conflictos y problemas.

El historiador e historiador José Luis Corral en Tordesillas (©CARLOS RUIZ B.K. / CEDIDA POR EDITORIAL PLANETA)

Lector de novelas de caballerías, amante de los torneos y los alardes caballerescos, Carlos de Austria fue un hombre a caballo entre los valores de la Edad Media y los de la Modernidad que se anuncia en el Renacimiento. Imbuido en ese espíritu, Carlos llegó a retar a un duelo singular en un torneo al rey Francisco I de Francia, con el que librará una larga disputa por el dominio de Europa.

En la novela ocupa un lugar destacado la relación amorosa de Carlos de Austria e Isabel de Portugal, que además de esposos eran también primos hermanos. Casados en Sevilla en 1526, vivieron una larga “luna de miel” en Granada, en los palacios de la Alhambra, donde vivirán unos meses de intensa pasión.

Carlos había tenido varias amantes e hijos naturales antes de casarse con su prima, y las tuvo después, pero durante los trece años que estuvieron casados no se le conoce relación amorosa extramatrimonial alguna, lo que ratifica el profundo enamoramiento que se desarrolló entre ellos desde el primer momento en el que se conocieron, apenas un par de horas antes de casarse.

En los años en que transcurre esta novela, el mundo hace más grande con el descubrimiento de América y es circunnavegado. Carlos es el gran emperador, pero se siente extranjero en todos sus dominios, con varios frentes abiertos y metido en lleno en todos los grandes conflictos internacionales. Los Austrias conciben el poder como una extensión de la familia y lo supeditan a sus intereses de linaje.

Esta novela adentra al lector en numerosos detalles del mundo de la primera mitad del siglo XVI: la intrincada política del Renacimiento, las relaciones de reyes y príncipes, la medicina heredera de la importante tradición árabe y hebrea, las ceremonias públicas, la gastronomía o la guerra, a la que el empleo masivo de la pólvora ha cambiado radicalmente.

El tiempo en sus manos es una alegoría de los nuevos conocimientos que en las primera mitad del siglo XVI cambiarán el concepto y la visión del mundo y del universo para siempre.

*Las negritas son del bloguero y no del autor del texto.

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