Viviana Rivero: «Las guerras son épocas tentadoras para los escritores porque se vive como si cada día fuera el último»

Dicen de Viviana Rivero (Córdoba, Argentina, 1966) que es una de las escritoras más leídas en su país natal. Su éxito internacional (también lo repite en otros países latinoamericanos) lo intenta replicar ahora en España donde ha publicado este otoño La magia de la vida (Martínez Roca, 2017). La escritora argentina vuelve a una fórmula habitual en su obra con esta obra, su sexta novela: mezclar historia y realismo romántico. Y, de momento, parece que le funciona.

En este caso, mezcla la peripecia de una periodista argentina que viaja a Florencia con la historia de un conde lleno de secretos que se retrotraen a la Segunda Guerra Mundial.

Aprovecho el paso de Rivero por Madrid para promocionar esta novela para charlar con ella. Lo primero que me llama la atención es la dedicatoria a su abuelo, Domenico Fabris. «Mi abuelo se fue a América a los 33 años», relata la escritora, «se había peleado con su hermano y no quiso regresar. De hecho, yo fui la primera de la familia en volver a Italia. Fue muy impactante: él era carabinero y en una plaza de Padua, con la comisaría de los carabinieri en frente, me lo pude imaginar tomando aquella decisión. Irse a América en aquellos tiempos no era como ahora: no había WhatsApp y el correo a larga distancia funcionaba realmente mal». Y esa vivencia familiar, explica, es uno de los «temas generadores» de La magia de la vida.

En su regreso, al menos literario, al país de su abuelo Viviana Rivero se centra en un castillo en Piacenza y un conde, durante la Segunda Guerra Mundial. «Es una época fascinante y lo que pasaba con la aristocracia italiana, aún más», me cuenta. «En Italia tenían rey, incluso durante el fascismo, pero cuando llegaron los alemanes éste huyó precipitadamente (Víctor Manuel III abandonó Roma a los nazis en 1944, cesó el ejercicio de sus poderes pero no abdicó): eso dejó a la aristocracia desprotegida y el nazismo aprovechó para expropiar propiedades y obras de arte».

Cuenta con pasión esta hija de escritor y antigua abogada que cambió el Derecho por la literatura que su investigación histórica para la novela la llevó a entender hechos interesantes como la posición de Italia durante la Segunda Guerra Mundial o la historia de una zona de la Piacenza llena de castillos y familias nobles. «En la novela cuento muchas de sus historias», me cuenta, «como la de los Barrantes, que se ocultaron en unas cuevas cuando llegaron las nazis. Cuando los encontraron, el cabeza de familia gritó ‘Rey o muerte’ y los nazis los mataron». Explica que, tras sacar la novela, la escribieron los nietos de la princesa Isabella, de esa misma familia, que casualmente vivía aún, y en Argentina.

Le preguntó cómo valora su trabajo en el contexto de lo histórico. «Pongo mucho cuidado en la documentación histórica», responde: «Trato de adaptar mis historias a los hechos reales y no al revés».

Rivero confiesa su método de investigación. «Intento no usar lo que está en Internet o libros que actualmente están en librería: a eso todo el mundo llega. Trato de rebuscar en libros de antiguo, leo literatura del lugar y la época, y no sólo literatura, también cine o grabaciones. Y cuando tengo oportunidad, hago entrevistas con gente que vivió aquellas épocas», explica.

¿La novela con ambientación histórica sirve para aprender? «Tengo lectores que no tienen la paciencia o las ganas para aprender historia. Quizá recuerden que en el colegio era aburrida, no lo sé. Pero siento que estoy enseñando: el lector no va a dudar, y si duda, lo buscará y si no has hecho bien tu trabajo, el lector va a dudar de la credibilidad de toda tu novela. Siento que enseño y lo sé porque algunas de mis novelas se usan en los últimos cursos de bachillerato en mi país», explica.

¿Por qué decidió a ambientar parte de la trama de La magia de la vida en la Segunda Guerra Mundial? «Tengo abuelos italianos, españoles y checoslovacos y ellos contaban lo que sufrieron, hablaban sobre los parientes que quedaron allí. La Segunda Guerra Mundial es una época tentadora para cualquier escritor, en realidad cualquier guerra, porque durante esos conflictos se vive como si cada día fuera el último«.

Le pregunto sobre si la literatura que trata estos temas puede tener uso como parte de la memoria histórica. Se muestra entusiasta: «Este de la memoria histórica es un debate muy interesante que tiene nuestra generación, pero no tuvieron las anteriores. Ahora miramos al pasado y eso nos da pie a tomar decisiones más inteligentes. Tratamos de aprender del pasado».

Historia, romanticismo -Rivero confiesa que cree que «el amor es la fuerza que mueve al mundo»-, ritmo vertiginoso -«tenemos que escribir a un ritmo parecido al que vivimos»-, optimismo… ¿Cuál cree esta autora que es el secreto de su éxito?

«Acuérdate de que yo era abogada, así que estoy acostumbrada a trabajar muchas horas. Soy muy metódica, estoy dispuesta a dedicar muchas horas a mi trabajo y eso me permite sacar una novela al año. Y eso hace sea la más vendida y leída: unas novelas arrastran a otras. En este trabajo hay un porcentaje de inspiración pequeño y otro muy grande de transpiración, de trabajar. Cuando me pongo a escribir abandono las redes sociales y muchas cosas. Hago gimnasia todos los días, no porque me guste, sino porque tengo que hacerlo para aguantar tantas horas después. Y así, muchas cosas más», explica sincera.

«Pero», me dice para concluir», lo especial que tiene un best seller es que posee una mirada muy común. Uno tiene una mirada de la vida y la desarrollas en tus novelas, y la gente, al leerlas se siente identificada. Y por eso es común, porque hay muchos lectores que comparten tu mirada».

Y vosotros, ¿conocíais a esta escritora argentina?

¡Buenas lecturas!

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