El Duque de Lerma: el Siglo de Oro de ‘El Quijote’ y la corrupción

Palacio Ducal de Lerma (actual Parador) (WIKIPEDIA)

Palacio Ducal de Lerma (actual Parador) (WIKIPEDIA)

A un día de celebrar el cuarto  la muerte de Miguel de Cervantes (por cierto, no os perdáis el especial sobre Cervantes de este periódico), continúo este mes cervantino en XXSiglos donde hemos recorrido la vida del escritor con un trivial, hemos revisado hasta el momento tres novelas históricas sobre él (El hidalgo que nunca regresó, Ladrones de tinta y La sombra de otro) y el escritor Blas Malo nos acercó a su rival, Lope de Vega. Hoy, vuelvo a tirar de ayuda y Teo Palacios nos recuerda al duque de Lerma, una figura capital de la política de la época en la que vivió Cervantes y que sin duda marcó su obra.

Con Teo hablé hace unos meses sobre su última novela El trono de barro (Edhasa, 2015) que novela, precisamente, la vida de Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, que hoy nos trae aquí como ejemplo de las sombras (y también alguna luz) de aquella España que habitó Cervantes…

 


El duque de Lerma: el Siglo de Oro de ‘El Quijote’ y la corrupción

Por Teo Palacios, escritor | @teopalacioscom 

La época conocida como “Siglo de Oro” está considerada como una de las más brillantes de la Historia de España. Ese término, Siglo de Oro, en realidad no hace referencia a un siglo concreto, sino a un periodo de tiempo que va desde finales del S. XV hasta mediados del XVII. Se le conoce como el momento álgido de las artes españolas. Ese momento histórico está plagado de personajes importantísimos que han quedado en el olvido. Uno de ellos es Francisco de Sandoval y Rojas, quien llegó a ser el hombre más poderoso del Imperio Español.

El Duque de Lerma (Wikimedia Commons)

El Duque de Lerma (Wikimedia Commons)

Al heredar su casa se encontró con que estaba arruinado, a pesar de que su familia llevaba muchos años sirviendo al rey. Tenía aliados poderosos, pero no tenía dinero. Así que para permanecer en la Corte organizó su matrimonio con Catalina de la Cerda. Catalina era la hija del Duque de Medinacelli y tenía 25 años. Los hijos llegaron al poco tiempo. Cristóbal, el primogénito, nació en 1577. Y llegarían otros cuatro más. No parece que fuera un matrimonio especialmente feliz, aunque sí remaron en la misma dirección, y de hecho Catalina obtuvo puestos de gran responsabilidad en la casa de la reina Margarita. Llegó a ser su Camarera Mayor, pero eso sería con el paso de los años. Al principio, su situación era precaria.

El modo que emprendió Francisco para lograr el poder fue por medio del joven príncipe Felipe, que por entonces tenía solo siete años. Así empezó a obtener algunos puestos de mayor responsabilidad, y así también fue como, tras la muerte de Felipe II en 1598, se encontró en una posición aventajada para hacer y deshacer a su antojo tan pronto como fue nombrado Duque de Lerma por el nuevo rey, Felipe III.

De Felipe III no hay mucho bueno que decir. Es cierto que en los últimos años de su reinado se dedicó a gobernar como debiera haber hecho mucho tiempo antes, pero la mayor parte de su vida la pasó ocupada en pasatiempos, en cacerías, en partidas de cartas… Llegaba a gastarse 10.000 ducados en una sola noche. Eso significa miles y miles de euros gastados en una sola noche de juego, y eso a pesar de que el Imperio estaba pasando por una crisis desconocida hasta entonces. A pesar de la cantidad de dinero que llegaba desde las Indias, a pesar de que España gobernaba uno de los mayores imperios conocidos en la historia, los reinos españoles estaban arruinados; La Guerra de Flandes, el enorme gasto de la construcción de la Gran Armada, los gastos de las casas reales, el levantamiento de los moriscos granadinos, las revueltas en Aragón… Todo era un saco sin fondo por el que desaparecía el oro y la plata. Los reinos no efectuaban los pagos correspondientes a la corona, no había dinero para pagar las soldadas a los Tercios, y para colmo se producían brotes de peste de forma regular. Se intentaron tomar muchas medidas para paliar la situación, pero de nada sirvió… España se arruinaba. La gente pasaba hambre. Pero los poderosos se enriquecieron… Y el que más se enriqueció de todos ellos fue el Duque de Lerma.

El duque se enriqueció como nadie había hecho hasta la fecha. Por ejemplo, se dedicó a comprar una serie de propiedades en Valladolid. Por entonces la ciudad del Pisuerga había perdido prestigio y sus haciendas tenían un precio bajo en comparación con las de Madrid. Y cuando lo hubo hecho, hizo que toda la Corte se trasladara a Valladolid. Aquello fue un caos… hubo muchos problemas. El mismo rey estuvo un tiempo sin un palacio propio, hasta que el duque le vendió a precio de oro el palacio de Benavente, que él mismo había comprado meses antes a un precio ridículo. Y no contento con eso, logró que el rey lo nombrara alcalde perpetuo del palacio, lo que en la práctica lo convertía en su dueño, y le entregó un pago por ostentar ese título.

Hubo muchos otros ministros que se hicieron de oro. Famoso fue el caso de Rodrigo Calderón, que comenzó como secretario del duque, se convirtió en Secretario Real y uno de los hombres más poderosos del imperio y terminó su vida ajusticiado. Algunos llegaron a acusarlo de atentar contra la reina Margarita. Se decía que nadie podía hablar con Calderón si se llevaban las manos vacías y que esperaba recibir “regalos” de todo el que quisiera que intercediera por él en la Corte.

No obstante, no todo fueron sombras en el valimiento del Duque de Lerma; bajo su dirección se firmó la paz con Inglaterra, Francia y Flandes, y se opuso tanto como pudo a la expulsión de los moriscos. Pero Francisco se había ganado poderosos enemigos, como la propia reina Margarita de Austria.

Era una mujer de mucho valor, con unas ideas muy claras de lo que quería y por qué lo quería. Así que organizó a su alrededor todo un partido que intentaba arrebatar al duque el poder que tenía. Pero murió joven, con solo 27 años, en muy extrañas circunstancias. El relevo a la reina lo tomaron Fray Aliaga y Baltasar de Zúñiga, el tío del que llegaría a ser Conde-Duque de Olivares.

Todas esas intrigas políticas, todas esas corruptelas, fueron el campo en el que se vivió una de las épocas más brillantes, y al mismo tiempo más oscuras, de la Historia de España. La época en la que se escribió El Quijote y se perdió Flandes, el momento en el que Lope de Vega escribía sus obras y en el que miles de moriscos morían en los campos asesinados por los mismos soldados que debían custodiarlos.

Una época de luces y sombras: la que gobernó, con mano de hierro, el Duque de Lerma.

*Las negritas son del bloguero, no del autor del texto

2 comentarios

  1. Dice ser Canta mañanas

    De que me sonara toda esta corrupción del poder y compra de favores en un país hasta llevarlo a la ruina?

    Aaaah del único país en la tierra que siendo una potencia mundial, lo llevaron a la quiebra los mismos patriotas que se enriquecieron a su costa.

    Que pena no haber copiado de los franceses la guillotina y pasar a todos por cuchilla.

    21 abril 2016 | 10:42

  2. Dice ser belleza libre sana emotividad pro natura

    Mientras la corrupción campa a sus anchas y la contaminación sigue siendo hipócritamente enfrentada en este mundo aún terco, criaturas celestiales liberan prejuicios, también cadenas de pasados oscuros antinaturaleza, y muestran belleza para pintar má slindo mundo. EL cuerpo dejará de ser maligno y será la mente la que entre a ponerse en tela de juicio por lo que permitimos de destrucción y violencia varia en este mundo.
    https://fashioncopious.com/Article/index.cfm/EE60E12B-C8E2-41CB-A2E0-B2B56AC5B453

    21 abril 2016 | 13:16

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