El día en que a Carlos I de Inglaterra le cortaron la cabeza

Fotograma de la película 'Matar a un rey'.

Fotograma de la película ‘Matar a un rey’.

Hoy es 30 de enero de 1649 (¿quién ha dicho 2016? ¿Acaso estáis locos?) y esto es Londres.

El verdugo y su ayudante recibieron al rey Carlos ya encapuchados (…). El rey intentó dirigir unas palabras a la multitud, pero había demasiado ruido. Le dijo al obispo:

—Paso de una corona corruptible a una incorruptible. —Entonces se dirigió al verdugo, que lo miraba con inquietud.— ¿Os molesta mi cabello?

El verdugo y el obispo ayudaron al rey a remeter su larga cabellera en el gorro.

Al ver el tajo, el rey exclamó. (…)

—Podría haber estado más alto.

—No puede estar más alto, señor.

—Voy a pronunciar una plegaria muy breve y entonces, cuando tienda las manos así…

(…)

Hubo una breve pausa. El rey extendió las manos… y, con un solo hachazo, el verdugo cortó la cabeza del monarca.

El ayudante sostuvo la cabeza en alto sujeta por el cabello para mostrársela a la gente, al tiempo que exclama las palabras tradicionales: «¡He aquí la cabeza de un traidor!»

(Rebeldes y traidores. La revolución de Cromwell. Lindsey Davis. Edhasa, 2012)

Así narraba la británica Lindsey Davis la ejecución de Carlos I Estuardo, rey de Inglaterra, en 1649, hace hoy 367 años.

Por si a alguien la efeméride le invita a leer (cohetes artificiales), hoy os traigo este novelón de mil páginas donde la madre del genial Marco Didio Falco se lanza de lleno a narrar la Guerra Civil y la revolución de Cromwell desde 1639 hasta 1658.

La novela, sin muchas dudas, debe ser la más completa sobre el asunto publicada en español. Davis se mete en todas las batallas, procesos y negociaciones donde haya que estar. La historia contada en detalle, incluyendo los debates religiosos y políticos. Incluidos los interesantes y avanzados (y en cierta medida fracasados) niveladores (levellers).

El fallo, para mí, de esta ambiciosa recreación es que ya conocía a Davis y me encantaban la humanidad y el humor que aportaba a su recreación de la Roma de Vespasiano. En esta obra, la autora se pone más circunspecta, quiere ser rigurosa y fiel al extremo y pierde frescura. Además, esa obsesión la conduce a desfallecimientos narrativos, provocados por su ansia descriptiva del hecho histórico que hace perder de vista al lector a esos personajes que le hacen vivir la historia. Y eso que tiene muy buenos personajes como el matrimonio formado por Orlando y Juliana Lovell. Aún así, como os decía, es imprescindible para los que os interese leer algo sobre ese momento de la Historia de Inglaterra.

¿Alguno ha leído esta novela? ¿Coincidís con mi apreciación? ¿Otras novelas sobre el asunto que queráis referir?

¡Buenas lecturas y guardad bien vuestras cabezas en este día de decapitaciones!

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